Dado que la gran mayoría de los analistas dan por descontado que habrá una segunda vuelta electoral –el 26 de octubre– cobra cada vez más importancia qué harán los electores de Aécio Neves, el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), tercero en discordia en las encuestas, que hoy aparece muy lejos de un eventual ballottage.
Con el 18% de apoyo en las últimas encuestas, el ex gobernador de Minas Gerais puede erigirse en un gran elector que decida el próximo presidente de Brasil. Consultado por PERFIL, el nieto del ex mandatario Tancredo Neves se negó a adelantar cuál será su estrategia, pero expresó optimismo de cara a los comicios. “Estoy seguro de llegar al ballottage”, confió a este diario.
El candidato opositor y preferido del establishment está a nueve puntos de Marina Silva y a 22 de Dilma Rousseff. En un acto de campaña en su bastión electoral, Neves admitió ayer “errores” en el inicio de su campaña, pero se congratuló por recortar la distancia con la postulante socialista. “Es muy positivo porque disminuyó cuatro puntos la diferencia con la candidata que está en segundo lugar. Yo crecí seis puntos en San Pablo y cuatro en Minas Gerais en sólo una semana”, sostuvo el dirigente.
Acompañado por el ex jugador de fútbol Ronaldo, el líder opositor recorrió también la zona metropolitana de San Pablo, donde dialogó con los vecinos.
Pese a que aún Aécio no especificó que hará si pierde, el ex presidente y líder socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso adelantó que apoyará a Silva, en una gran coalición contra el Partido de los Trabajadores (PT). Su agrupación, ubicada en la centroderecha del espectro político, propone bajar la inflación, darle más independencia al Banco Central y “revisar el Mercosur”.
En ese sentido, Neves, al igual que Silva, pide la integración con la Alianza del Pacífico.
El economista de 54 años creció en un hogar con una fuerte tradición política. Está divorciado, tiene fama de playboy y pocos creen en sus chances de convertirse en una alternativa de poder.
De hecho, cuando Marina Silva despegó en las encuestas y lo relegó al tercer lugar, la prensa brasileña insinuó que el dirigente renunciaría a su candidatura, en apoyo de la ecologista. Sin embargo, Neves continuó con su campaña y, ahora, aspira a retomar el legado de su abuelo materno, quien fue electo presidente, pero murió en 1985 antes de asumir el primer gobierno civil después de más de veinte años de dictadura.