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Desde Washington
En una nueva buena noticia para el presidente Barack Obama, la tasa de desocupación en los Estados Unidos descendió a 6,6%, el nivel más bajo de los últimos cinco años, aunque en enero se crearon menos empleos que los proyectados inicialmente. Según informó ayer el Departamento de Trabajo, la economía agregó en enero 113 mil empleos, más que el mes anterior, pero quedó lejos de los 190 mil que esperaba el mercado.
La tasa de desocupación cayó una décima, hasta 6,6%, cuando la mayor parte de los expertos esperaba que quedara en 6,7%. Así, la economía norteamericana confirmó su lenta recuperación y alcanzó el nivel más bajo de desempleo desde octubre de 2008.
“El informe muestra tanto los avances registrados como los desafíos que enfrentamos”, subrayó la Casa Blanca en un comunicado en el que llamó al Congreso a renovar el pago del subsidio a los desempleados de larga data.
El sector constructor y el manufacturero fueron los principales responsables del repunte de la actividad en enero, mientras que el comercio minorista fue el que perdió más puestos de trabajo, según los datos del Departamento de Trabajo.
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) reiteró en su última reunión que mantendrá los tipos de interés próximos a cero mientras el desempleo esté por encima del 6,5% y la inflación no supere el 2,5%. El informe ambiguo sobre creación de empleo no debería implicar un cambio de rumbo de la Fed, que comenzó a reducir sus inyecciones de liquidez, según la mayoría de los analistas. “La Fed continuará retirando lentamente su apoyo”, sostuvo Jennifer Lee, economista de BMO Capital Markets. En su próxima reunión, bajo la dirección de su nueva presidenta, Janet Yellen, el Banco Central norteamericano busca crear más empleos
En el plano político, la Casa Blanca rechazó ayer las acusaciones de los republicanos de que el retraso en la aprobación de una reforma del sistema migratorio en Estados Unidos se deba a la falta de confianza en Obama. El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano John Boehner, dijo que los líderes de su partido no confían en que el mandatario pueda poner en marcha la reforma