Jerusalén.- Una marcha de supervivientes del Holocausto prevista para hoy en demanda de un aumento de las ayudas a los más pobres de ellos, desató una polémica en Israel por el uso por parte de los manifestantes de estrellas amarillas y uniformes a rayas como los de los deportados.
Varias decenas de organizaciones de supervivientes convocaron una "marcha de los vivos" hacia la oficina del primer ministro israelí, Ehud Olmert, prevista para la tarde de hoy. El fin del acto es denunciar un aumento " insultante" de 20 dólares mensuales de las ayudas a los supervivientes del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo judío durante la Segunda Guerra Mundial que actualmente viven bajo el umbral de la pobreza.
Para conmover a la opinión pública, algunos de los manifestantes anunciaron a los medios su intención de enarbolar la estrella amarilla que los nazis obligaron a llevar a los judíos.
El término "marcha de los vivos" es asimismo muy simbólico y se usa para las ceremonias organizadas anualmente en el campo de concentración de Auschwitz (Polonia) en memoria de las víctimas del Holocausto. "Ehud Olmert, míranos a los ojos, ya no queremos sentirnos humillados por más tiempo, ya tuvimos suficiente", dijo uno de los supervivientes a la televisión estatal, en unas emotivas palabras que fueron reproducidas posteriormente por los demás medios de comunicación israelíes.
Otros supervivientes acusaron públicamente al gobierno israelí de jugar con "la solución biológica", es decir, no hacer nada mientras morían poco a poco los supervivientes, que actualmente se calculan en unos 240.000.
Las acusaciones han provocado un sentimiento de malestar en el Estado hebreo, que anualmente guarda dos minutos de silencio mientras suenan las sirenas en recuerdo de los seis millones de víctimas del genocidio nazi.
Olmert, consciente del impacto de estas declaraciones en su país y en el extranjero, anunciará próximamente, según el diario Yediot Ahronot, un nuevo reparto de las ayudas para los supervivientes más necesitados.
El primer ministro denunció en su consejo de ministros dominical "a los que explotan el Holocausto para intrigas políticas". "La exageración no es aceptable, publicar una foto de una mujer con un pijama a rayas y una estrella amarilla para hacer un llamamiento a una manifestación rebaja el debate a un nivel intolerable", afirmó el primer ministro israelí.
Amram Olmert, hermano del jefe del gobierno, declaró a la radio militar que "no hay que explotar el Holocausto y sus símbolos". El diario Maariv, citando a "personas cercanas" al primer ministro, afirmó que éste estaba "asqueado" de la campaña lanzada contra él.
"Los organizadores de esta manifestación deberían avergonzarse de hacer salir a ancianos a pleno sol; mi familia también sufrió la persecución nazi, ¿acaso me atacan a mí?", se indignó Ehud Olmert, según el diario.
El mismo periódico afirmó que Olmert está aún más contrariado porque ya decidió duplicar el número de supervivientes que recibirán ayudas para que éstas no fuesen a parar sólo a quienes padecieron la experiencia de los campos de concentración. Las ayudas irían a parar además a los "refugiados del Holocausto", es decir, los judíos que consiguieron huir del nazismo en Europa del Este y se refugiaron en la ex URSS.