PARIS.- La movilización social contra la reforma de la jubilación impulsada por el gobierno conservador francés se acentuaba este martes luego que ayer se plegaran los camioneros, agravando la situación de huelgas y protestas que ya dejaron sin abastecimiento a más de mil gasolineras.
El Ministerio de Interior reconoció por la noche "tensiones de suministro" de carburantes en varios departamentos y anunció la puesta en marcha de un "plan de despacho" de combustibles, pero en los hechos miles de automovilistas no encontraban disponibles para sus vehículos. En total, más de 2.600 gasolineras, de las 12.500 que tiene el país, estaban paralizadas la noche del lunes, según las informaciones recabadas por la AFP entre los distribuidores.
"De las 4.800 gasolineras de los hipermercados, que distribuyen el 60% del carburante en Francia, de 1.000 a 1.500 están sin combustible", declaró Alexandre de Benoist, delegado general de la Unión de Importadores Independientes Petroleros (UIP).
Las protestas contra la reforma de la jubilación, que aumentará de 60 a 62 años la edad mínima legal para jubilarse y de 65 a 67 años la edad para cobrar una pensión completa, que arrancaron a principios de septiembre, alcanzaron en la última semana al sector petrolero. Las 12 refinerías de Francia, que abastecen los 220 depósitos de combustible y las 12.500 gasolineras de todo el país, están en huelga.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) estimó que Francia, que empezó a recurrir a sus reservas, disponía de "provisiones suficientes". Al término de una reunión presidida por el presidente Nicolas Sarkozy, el Gobierno anunció la creación de una "célula interministerial de crisis" para garantizar "el abastecimiento de combustible".
"No habrá escasez de combustible porque vamos a adoptar" las medidas para evitarlo, afirmó el domingo el primer ministro francés, François Fillon, y sentenció: "No dejaré que un bloqueo en el abastecimiento de combustible ahogue a la economía francesa".
El presidente Sarkozy reafirmó que esta reforma es "esencial" y que seguirá adelante con ella pese a las protestas, la noche del lunes en Deauville, noroeste del país, donde se celebra una cumbre franco-ruso-alemana. El conflicto dio un paso más el lunes con la adhesión de los camioneros que empezaron a efectuar "operaciones tortuga" en cercanías de grandes ciudades, provocando enormes embotellamientos.
Militantes y huelguistas bloquearon terminales de transportes urbanos de pasajeros y nuevos depósitos de combustible, mientras la circulación ferroviaria seguía perturbada. En medio de la movilización estudiantil se produjeron actos de violencia protagonizados por jóvenes ajenos a los estudiantes en los suburbios de París, Nantes (oeste), Lille y Rouen (norte) y Lyón (centro-este), que se saldaron con 196 detenidos, según la policía.
Las dos organizaciones más importantes de estudiantes de secundaria y universitarios llamaron a participar en la jornada nacional de huelgas y protestas convocada por los sindicatos para el martes, que apoyan el 71% de los franceses según una encuesta del instituto CSA difundida el lunes.
Para hoy la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) prevé la anulación del 50% de los vuelos en el aeropuerto parisino de Orly y el 30% en el resto de los aeropuertos, entre éstos Roissy-Charles de Gaulle. Las centrales obreras habían convocado la protesta del martes a sabiendas de que el miércoles el Senado tenía previsto someter a votación la reforma.
Frente al endurecimiento del conflicto que el sábado pasado, por quinta vez en un mes y medio, sacó a los franceses masivamente a las calles contra una reforma que consideran "injusta", la votación podría ser aplazada "al jueves por la noche", según el jefe de fila de los senadores oficialistas.
"No sé si (la reforma) se votará el miércoles, pero será votada", anticipaba el domingo el primer ministro, cuya firmeza calificó de "aparente" el opositor Partido Socialista. "Detrás de esa aparente firmeza, hay un poder débil. Débil porque ya no tiene el apoyo sostenido de los franceses", sostuvo el portavoz del PS, Benoit Hamon. Los sindicatos se reunirán el jueves para evaluar la próxima etapa de la lucha contra la reforma de Sarkozy.
Fuente: AFP