El cambio que durante tantos años se pidió en las calles de España está llegando a las urnas. O al menos eso prometen Manuela Carmena (71) y Ada Colau (41), que este fin de semana lograron desbancar a los oficialismos locales en Madrid y Barcelona, con partidos nuevos, y se encaminan a dirigir dos de los centros urbanos más importantes del país ibérico.
Carmena es una reconocida jurista, con pasado en la militancia de izquierda, que este domingo obtuvo el 31,8% de los votos en la capital española y sólo depende de una alianza con el PSOE para llegar a la gobernación.
La postulación de Carmena fue inesperada. Tras retirarse del máximo tribunal español, Carmena conquistó a la dirigencia emergente con el libro Por qué las cosas pueden ser diferentes: reflexiones de una jueza (Clave Intelectual). Desde ese momento, empezó a recibir diferentes propuestas para candidatearse a la gobernación con Ahora Madrid, un nuevo movimiento donde confluye la plataforma electoral de Podemos.
“Me la pasé diciendo que no, porque siempre creí que este cambio lo deben hacer los jóvenes”, explicó. La mujer de 71 años se hizo rogar, pero finalmente cedió: “Lo que pasa es que tanto decir que fueran los jóvenes los que tomaran la iniciativa, claro, resultaba un poco contradictorio si los jóvenes tomaban la iniciativa y me pedían que los secundara... Entonces, como que me habían pillado”.
El mismo camino siguió en Barcelona Ada Colau, la activista que se hizo conocida como vocera de Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), un movimiento social que nació para ayudar a aquellos que, golpeados por la crisis económica, se enfrentaban a un desalojo de sus casas al no poder hacer frente a los pagos del banco.
De esa etapa quedaron decenas de postales de Colau enfrentandosé con la policía cara a cara, para resistir los operativos de los uniformados en hogares de familia. Con 41 años, la historia de esta activista pasó por todos los estadíos: vivió en la calle, afrontó la miseria de la mano de la militancia social y ahora acaricia la gloria, después de obtener 11 concejales y desbancar al actual mandatario, Xavier Trias.
Aunque quedó lejos de la mayoría simple (21 representantes), Barcelona en Comú se ungió como primera minoría. No obstante, Colau tendrá que gobernar el distrito más fragmentado de la democracia española y con la mayoría más débil desde 1979, lo que la obligará a llegar a arriesgados pactos con la oposición para obtener llevar adelante medidas de gobierno.
El mapa político español quedó sacudido con los resultados electorales: los partidos tradicionales (PP y PSOE) deberán reconquistar a una masa de votantes que hoy ve con buenos ojos a los partidos emergentes como Podemos (izquierda) o Ciudadanos (centro derecha).
Los planes de gobierno de Carmena y de Colau, ambas pertenecientes a facciones de Podemos, son similares. En Madrid, este movimiento relegó al Partido Popular a la oposición después de 24 años de gobernar la capital. En Barcelona, Colau propone prohibir los desalojos de primera vivienda, lanzar un plan de choque contra la pobreza, paralizar las grandes obras de infraestructura y, a mediano plazo, auditar la deuda municipal.
Durante la campaña, a Carmena le espetaron “haber defendido a los criminales de ETA” en distintos fallos. Su réplica fue contundente: vivió dos décadas bajo amenazas de los terroristas vascos. Eso sí, aclaró que cree en la reinserción social y por eso lanzó una casa de ropa de bebé confeccionada por exconvictos.
A Colau le achacaron su falta de experiencia y su activismo extremo. Tal es así que, según recordó el diario La Nación, el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica aprovechó sus minutos con la dirigente para decirle: “Ahora los banqueros y todos esos tipos a los que enfrentabas te van a poner la mesa. Vos tenés que aprender a sentarte con ellos”.