MOSCÚ.- Un atentado suicida en el aeropuerto Domodedovo de Moscú dejó este lunes 35 personas muertas y cerca de 90 heridos, decenas de los cuales est{an en grave estado. El hecho se agrega a una serie de ataques letales generalmente revindicados en los últimos años por grupos islamistas del Cáucaso.
"Hasta el momento 35 personas murieron", afirmó el Comité de Investigación de Rusia, que abrió una investigación por "atentado terrorista", precisando que se trataba "a priori" de un ataque suicida. Hasta ese momento había reinado una cierta confusión en torno al balance de muertos, ya que diferentes ministerios anunciaron cifras distintas.
El viceministro de Salud, Maxim Topilin, informó por su parte que 160 personas habían sido hospitalizadas, unas 40 de las cuales se encontraban en estado grave o muy grave, según la agencia de noticias Interfax. Según una fuente de las fuerzas del orden público mencionada por Interfax, un británico murió en el atentado. Según las agencias rusas resultaron heridos varios extranjeros: al menos un británico, un francés, un italiano, un alemán, un serbio y una actriz eslovaca, Suzana Fialova.
Tras la explosión, los investigadores encontraron "la cabeza de un hombre de apariencia árabe de unos 30 a 35 años de edad" que presuntamente sería el autor del atentado, informó Interfax. "Presuntamente fue quien hizo estallar el artefacto explosivo", declaró a la agencia una fuente de seguridad no identificada.
"Hay muchos heridos y el humo ha invadido la zona", indicó un testigo a la agencia ITAR-TASS. Se veía "gente quemada corriendo", otros "llevando cuerpos destrozados en camillas", dijo uno de ellos, Andrei, quien se hallaba cerca del mostrador de informaciones del aeropuerto. "Lo que pasó es horrible. Están sacando a decenas de personas en camillas y carritos", declaró a la radio City FM.
"Hay gente en camillas, a algunos de ellos se los llevan. Hay heridos, gente cubierta de sangre", relató una pasajera, Nadezhda, a la radio. "No se sabe quién está vivo ni quién está muerto", afirmó otro testigo, Alexei, a la misma emisora. El presidente ruso Dimitri Medvedev ordenó un "régimen de seguridad especial" en estaciones de tren y aeropuertos rusos, tras el atentado. Además, el mandatario aplazó su viaje al Foro Económico Mundial que se reúne esta semana en Davos (Suiza), en momentos en que la OTAN, "conmocionada" expresaba su "solidaridad" con Moscú.
Domodedovo es el aeropuerto ruso por el que pasa la mayor cantidad de pasajeros. Poco antes del atentado habían aterrizado aviones provenientes de El Cairo, Tokio, Dusseldorf (Alemania) y Londres. En marzo pasado, atentados suicidas en dos estaciones de metro de Moscú reivindicados por rebeldes islamistas que luchan contra las fuerzas de Moscú en las repúblicas rusas del Cáucaso (Chechenia, Ingusetia o Daguestán) causaron la muerte de 40 personas. Moscú está combatiendo a insurgentes musulmanes en el Cáucaso, donde ya tuvieron lugar dos guerras contra independentistas chechenos.
La segunda intervención militar rusa en Chechenia hace 12 años terminó con la guerra en esa pequeña república separatista, pero la rebelión se extendió en todo el Cáucaso ruso y desestabilizó a la región. En 1999, el entonces presidente Vladimir Putin había enviado tropas a Chechenia luego de un ataque de los rebeldes para vencer de una vez por todas a los separatistas. Pero 12 años después, y a pesar de la imposición de un poder pro-ruso en Grozny, la rebelión abraza ahora la causa del islam radical y está llevando su lucha a toda la región del Cáucaso.
Analistas estiman que la pobreza y la corrupción crean un terreno fértil para las acciones armadas y permiten a grupos islamistas reclutar con mayor facilidad a los jóvenes de la región. Por su parte, los defensores de los derechos humanos denuncian regularmente la arbitrariedad y la brutalidad de las fuerzas especiales rusas, acusándolas de actuar tanto contra los civiles como contra los rebeldes.