Un importante contrato con un vendedor de armas fue suspendido porque abastecía al gobierno de Afganistán con municiones de varias décadas de antigüedad, provenientes del ex bloque comunista, y cartuchos fabricados en China, informa este jueves el "New York Times".
Según una extensa investigación del periódico, la compañía AEY Inc. es liderada por un joven de 22 años y su vicepresidente es un masajista.
Gracias a un contrato federal, firmado en enero pasado por unos 300 millones de dólares, AEY se convirtió en el principal proveedor de municiones de las fuerzas armadas y policiales de Afganistán.
Gran parte de las municiones provenía de antiguos depósitos, incluido material descartado por el Departamento de Estado por obsoleto e inestable. El contrato con AEY fue suspendido después de que el periódico neoyorquino cuestionara reiteradamente al Ejército sobre el mismo.
Fuente: dpa