Un internado de Dinamarca, destinado a la educación de príncipes e hijos de políticos y poderosos, está en el centro de la polémica después de que un informe oficial destapara un extenso historial de abusos sexuales y psicológicos contra los alumnos a lo largo de 400 años.
Se trata de la escuela Herlufsholm Gymnasium, fundada en 1565 en un monasterio de Næstved, a 90 kms de Copenhague, acusada ahora por 50 ex alumnos de fomentar y callar ante un viciado ambiente de castigos físicos y violaciones grupales.
En Herlufsholm estudiaba el príncipe Christian (16), nieto de la reina danesa Margarita II y futuro rey del país nórdico, hasta que sus padres decidieron retirarlo y, a la par, cancelar la inscripción de su otra hija, Isabella (15).
Los padres de Christian, el príncipe heredero Federico y la princesa Mary, dijeron que estaban "profundamente conmocionados" por los informes sobre el internado.
Los futuros reyes daneses aclararon que tomaron su decisión como resultado de un informe de la Agencia Nacional de Educación y Calidad de Dinamarca que "dirige una crítica particularmente dura" y "plantea demandas a la escuela en varios niveles, incluido el nivel de liderazgo".
Las críticas a la escuela llegaron a lo más alto de la política danesa y la primera ministra Mette Frederiksen calificó las revelaciones presentadas por un reciente documental de TV como "imperdonables": "La escuela debe asumir la responsabilidad y poner fin a la cultura subyacente".
La ministra de Educación e Infancia, Pernille Rosenkrantz-Theil, dijo que nunca vio denuncias tan graves como las que se hacen contra el internado Herlufsholm.
La investigadora sobre acoso escolar Helle Rabøll Hansen se entrevistó con antiguos alumnos y dijo: "Las historias son muy brutales y violentas". Pero aclaró que muchos exestudiantes, ya adultos, tienen miedo a hablar: "Lo que pasa en Herlufs queda en Herlufs", dijo una de ellas.
Los pecados de Herlufsholm
Los príncipes habían sido advertidos cuando, a principios de 2021, anunciaron que Christian estudiaría en esa escuela. Y el diario sueco Expressen publicó entonces que la institución "ha sido sacudida por la violencia y acusada de cerrar los ojos ante el castigo y la intimidación".
El caso más resonante, que salió en los medios daneses, es el de un guardia de la escuela que fue apuñalado en 1994, después de lo cual un estudiante de 19 años fue acusado de intento de asesinato pero que terminó siendo absuelto en el juicio, donde se interrogó a más de 50 testigos.
En 2006, un estudiante de 16 años fue acusado de violar a una niña de su misma edad, pero fue absuelto en el tribunal. Una década después, un niño 15 años fue denunciado por violar a una compañera de 14 años, pero nunca fue investigado.
En noviembre de 2021 cuatro estudiantes fueron expulsados porque habían grabado videos de violaciones grupales a compañeros. Más recientemente, en febrero, un compañero del príncipe Christian ingresó a la habitación de un alumno más joven que él y lo violó.
"Herlufsholm ha sido la escuela de la élite durante varios siglos y es conocido como un lugar con rituales crueles, castigos físicos y acoso traumático", dijo la revista danesa Her & Nu en una dura advertencia sobre el lugar donde iba a ser educado el futuro rey.
Castigos y humillaciones entre estudiantes
"Cuando la escuela contrató a Klaus Eusebius Jakobsen como nuevo director en 1993, comenzó un enfrentamiento con la cultura espantosa que caracterizaba el lugar con estudiantes mayores, quienes con el título de prefectos, castigaban a los más jóvenes, con el beneplácito de los maestros", dijo la citada revista.
"Algunos de los medios de poder que tenían los prefectos cuando asumí el cargo fueron la imposición de castigos al internado", confesó Jakobsen. Todo ocurría ante la indiferencia de las autoridades, dijo.
Según Expressen, los alumnos de mayor edad sometían a los nuevos estudiantes a bromas pesadas y a severos rituales de iniciación que incluían, entre otros, la "prohibición de salir de su habitación por un período de tiempo".
Los alumnos mayores daban "órdenes de limpieza de áreas comunes, los obligaban a trotar en el bosque y en el campo de deportes y, a veces en medio de la noche" además de obligarlos a hacer "flexiones de brazos" y "golpearlos en hombros y brazos".
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"Con un poco de vergüenza, hasta 2016 todavía veía a algunos profesores y a algunos prefectos aplicar reminiscencias de castigos como lagartijas", relató Jakobsen.
"Y ocasionalmente he observado nuevos métodos que los estudiantes de mayor edad, aunque a menudo aquellos que no se convirtieron en prefectos, pensaron que podrían usar para humillar y poner en su lugar a sus compañeros más jóvenes".
Según el informe de la Agencia Nacional de Educación y Calidad, en Herlufsholm existieron "graves violaciones de la ley" y "una cultura de silencio" por parte de los directivos. Denunció casos de "intimidación grave, violencia, comportamiento transfronterizo, incluidas agresiones sexuales y violaciones, así como varios casos de episodios relacionados con robo, vandalismo y narcóticos".
Los ex alumnos del Herlufsholm todavía lidian con lo vivido
Jakobsen asegura hoy que muchos exalumnos le dijeron que la estricta educación impartida allí y la conducta de sus compañeros de mayor edad tuvieron grandes y devastadoras consecuencias para su salud mental.
Los exalumnos dijeron también en un documental que era común que los estudiantes más jóvenes fueran atacados en medio de la noche, y uno de ellos aseguró que vio a un compañero abusando sexualmente de otro estudiante sin que nadie hiciera nada al respecto.
A principios de mayo, un documental de la cadena danesa TV2 volvió a denunciar la cultura de acoso y violencia sin paliativos, junto con denuncias de agresión sexual, reinante en Herlufsholm.
"Comenzaré un proceso a partir de hoy con los estudiantes con miras a detener o cambiar algunas tradiciones que tienen un elemento de cultura poco saludable", reaccionó su director, Mikkel Kjellberg.
Pero Kjellberg dijo que muchas de las denuncias eran "casos aislados" y negó que la escuela tuviera una cultura "dura", solo restos de "costumbres de tiempos pasados". Agregó que "no tenía la impresión" de que las autoridades de la escuela no hubieran protegido a los estudiantes.
Pero Kasper, quien pasó tres años de "pesadilla" en Herlufsholm asegura hoy, ya siendo un adulto, que allí "se promueve el carácter ser duro y brutal con otras personas". "Te lavan un poco el cerebro yendo allí", recordó otro exalumno, Roar.
"Eran los mayores quienes decidían todo, y sus palabras eran ley... era muy tradicional ser castigado físicamente si no seguías las reglas y hacías lo que decían", dijo un exalumno llamado Peter.
"Ellos controlaban mucho de lo que estaba pasando. Ellos eran los que tenían la última palabra", dijo Kristoffer. Kristian, otro de exestudiante dijo que su paso por el internado le había servido para "aprender sobre lo repugnante que puede ser la gente entre sí".
Fotos: TV2 / Berlingske.dk / Se og Hor / bt.dk / Ritzau / herlufsholm.dk
