Con un Gobierno que en numerosas ocasiones resalta en sus discursos la necesidad de mirar al futuro, el mundo político, empresarial, social y económico trata de pronosticar cómo será la Argentina dentro de algo más de una década. Este planteo llegó hasta la 23° Conferencia Industrial, organizada por la Unión Industrial Argentina. De la misma, participó el CEO de Perfil Network y cofundador de la Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, en el panel "Proyectando Argentina 2030: consensos y diálogo social para el desarrollo".
Con el triunfo de Cambiemos en las elecciones legislativas del 22 de octubre está más asegurada la posibilidad que el presidente Mauricio Macri se presente en los comicios de 2019 para su reelección. Eso abrió un nuevo escenario para el oficialismo y también el futuro del país. “Las discusiones se centran sobre si será María Eugenia Vidal o Marcos Peña su sucesor en 2023, quienes a la vez también podrían ser reelectos si el peronsimo se continuara insignificantizando y la oposición siguiera sin encontrar su principio de cohesión. De ser así, dentro de doce años en el 2030 seguiría Cambiemos en el Gobierno después de haber votado las elecciones de medio turno del segundo período presidencial del sucesor de Macri en octubre de 2029 algo no tan impensable porque ya hubo 12 años de kirchnerismo y 10 de menemismo”, analizó Fontevecchia.
En esa línea, el CEO de Perfil Network comparó al actual Presidente con otros que en su momento estuvieron en la Casa Rosada: “La visión sobrevalorada que hoy se tiene de Macri, genio, ídolo, estadista, ya se tuvo de Néstor Kirchner y de Carlos Menem”. “De Macri se dijo ‘no dura tres meses’ a fines de 2015 cuando asumió, ‘se va en helicóptero’ se decía en 2016, ‘pierde las elecciones y comienza su ocaso y el pato rengo’ en el otoño de este año para pasar a decir ‘estos se quedan para siempre’. Lo mismo pasó con Néstor Kirchner, desgarbado, sangrante el día de su asunción por un golpe contra una cámara, con una voz y una sintaxis oral poco atrayente, chirolita de Duhalde. Y lo mismo con Carlos Menem al asumir en 1989. Fueron subestimados primero, idolatrados después”, analizó.
Según Fontevecchia ese es “el problema central de nuestro país que con el octavo territorio del mundo y la mayor cantidad de recursos naturales per cápita del planeta llevamos 80 años de crecimiento por debajo del promedio mundial. Y que lo que hoy llamamos grieta no es más que una de sus tantas expresiones sintomáticas del erratismo de nuestra sociedad, porque lo mismo que se ama luego se odia”.
“La volatilidad es inversamente proporcional al desarrollo. Cuanto mayor sea el grado del péndulo del humor social, más subdesarrollo padecerá esa sociedad (...).. El recurrente stop and go de la economía argentina es consecuencia y no causa del estado de ánimo de la sociedad comunicacional menteinfantilizada”, expresó el cofundador de Editorial Perfil.
El reciente distinguido en los Premios Konex 2017 afirmó que para que haya desarrollo industrial se necesita un desarrollo mental, evolución que depende entre otros factores de los medios de comunicación: “Precisamos un cambio verdadero de nuestro sistema de producción de sentido, es decir, de los medios de comunicación y de nuestro periodismo hoy atrapado en un polemicismo hiperbólico definido por un lado como el periodismo de guerra y por el otro militante. Los medios no son los únicos constructores de subjetividad de una sociedad, muchas veces solo aprovechan la marea siendo procíclicos para beneficio propio pero en un cortoplacismo miope de la misma miopía de quien gana al póker en el Titanic o se hace rico vendiendo las sogas con la que luego será ahorcado. Lo mismo se puede decir de los jueces y los políticos. Son tres profesiones la comunicación, la justicia y la política que si bien siempre tuvieron intersticios vienen perdiendo aceleradamente la frontera de separación entre ellas”.
“Soy muy optimista con Argentina del 2030 y también con Sudamérica primero porque resulta plausible pensar que después del acelerado desarrollo asiático de fin de siglo pasado y comienzo de este, el nuevo sector del planeta donde están dadas las condiciones de posibilidad para un catch up de los países más desarrollados es Sudamérica. Pero también porque creo que la revolución que la tecnología produce en los medios de comunicación genera una disrupción que, aunque inicialmente produce fake news y posverdad, permitirá como respuesta la emergencia de un ecosistema mediático diferente al actual con nuevos jugadores y un equilibrio menos hegemónico”, concluyó.
Cómo se adaptan los medios al cambio tecnológico. Fontevecchia precisó que si bien la tendencia es que haya una conversión hacia lo digital, ese no será el único soporte en el que se consuma los medios en el futuro: “Mi particular visión del futuro de la industria es que no va a quedar una sola empresa de medios de un solo medio y de una sola plataforma, van a ser todos multimedios y multiplataformas, van a ser conglomerados en los que todos los medios van a tener su parte analógica, atómica, digital, no creo que el papel vaya a desaparecer, pasará lo mismo que con el teatro. Antes del invento del cine tenían 3000 mil butacas, había 40-50 actores en escena y eran dos funciones todos los días y 3 los fines de semana. Hoy en día a lo mejor hay solo 4 personas en el escenario, pero hay más cantidad de personas en la industria del teatro que a comienzos del siglo pasado”.
A su entender, la revolución que producen las nuevas tecnologías obligan a una mejoría en el sistema de negocio. Asimismo, diferenció a los medios de las redes sociales: “No es lo mismo un medio de producción que produce contenidos que otro que hace conectividad. Google y Facebook se han quedado con el 80 por ciento de la publicidad mundial en los últimos 5 años, que evidentemente estamos en un proceso de transición que es insostenible a lo largo del tiempo”.
“Todos tenemos que ponernos creativos para producir nuevas formas de capturar venta y poder financiar un sistema de producción de contenidos que no decrezca. Es un reto y a la vez una oportunidad”, puntualizó.