El abogado constitucionalista se refirió a la acordada de la Corte Suprema que establece que el tribunal puede funcionar con tres jueces. “Es extraordinariamente razonable la decisión en esta acordada de la Corte”, dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).
Gustavo Ferreira es abogado constitucionalista, doctor en derecho y consultor de la defensoría del pueblo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Lo llamo para que nos dé su opinión sobre esta acordada de la Corte que establece que comenzará a funcionar con tres Jueces con sorteos de conjueces. Quería saber si le parece acertada la decisión y cómo se imagina el funcionamiento en esas condiciones de manera más o menos prolongada a lo largo de 2025.
La situación es verdaderamente rara, Jorge. En el año 2020, yo le aconsejé al presidente de la República, Alberto Fernández, enviar un proyecto al Congreso para aumentar la cantidad de miembros de la Corte, originalmente nueve, y después cambié de idea y pensé que 15 era importante. ¿Por qué? Porque la Argentina es un país muy, muy grande, es un país muy, muy rico, con una riqueza cultural enorme, y en la Corte Suprema es necesaria la cantidad para abarcar todos los enfoques. Tres miembros va a ser la menor cantidad, obviamente, que ha existido en la historia de la Corte, que comenzó a funcionar en 1863. Hay algún antecedente porque funcionó durante seis meses en el año 2016 con tres miembros, pero es un número exiguo. Y creo, todavía no lo he podido comprobar, Jorge, pero creo que vamos a estar en presencia de la Corte Suprema de Justicia del mundo con menor cantidad de miembros.
La ejecución de Edgardo Kueider en el Senado, y las sospechas respecto de que parte del dinero que llevó a Paraguay, pudiera ser resultado de pagos para aprobar leyes, entre ellas la Ley Bases, ¿haría factible considerar que la ley bases pueda ser anulada?
En el derecho argentino no hay antecedentes de la declaración de nulidad de una ley. La jurisprudencia se divide en dos: hasta 1963, los jueces de la Corte decían que era imposible ni siquiera analizar el proceso de formación y sanción de la ley. A partir de 1963 se abre una jurisprudencia que dice que se podría ingresar al tratamiento de la nulidad de la ley en tanto y en cuanto se acrediten los requisitos mínimos e indispensables para la configuración legislativa. No obstante, desde 1963 hasta ahora, salvo un caso que es un caso aislado en 1998, que fue el caso llamado Nobleza Picardo, no hay una ley de estas características que haya sido acusada de nulidad. En cuyo caso, lo que habría que hacer sería probar el vicio en la voluntad,
Y si tal cosa se probase, ¿se podría anular esa ley?
Sí, claramente. Porque además cuando se aprobó la Ley de Bases para el derrumbe del Estado argentino, el empleo, la economía, y en fin, todo lo que han hecho, de manera ultraveloz, en el Senado hubo un empate, que fue 36 a 36, y tuvo que desempatar la vicepresidenta. En cuyo caso el voto del senador expulsado fue decisivo y determinante. Pero, ¿cómo hacer para probarlo, Jorge? Este es el gran asunto, decir cómo determinar que no hubo discernimiento, intención y libertad, sino que hubo un vicio que llevó a esa conclusión.
Y por otro lado, lo que le señalaba, es que la ausencia de precedentes concretos en este aspecto de la Corte Suprema hace el tema realmente complicado. Como se hace complicada la primera pregunta que usted me hacía, de cómo vamos a seguir funcionando con tres jueces. Esta acordada que se dictó para establecer algunas pautas de funcionamiento fue dictada con la firma de tres jueces y la disidencia de otro. Y ayer, en horas de la tarde, se conoció otra acordada vinculada con un tema absolutamente accesorio, que es la formación de una secretaría judicial ante una jubilación, y hay otra disidencia de la misma persona que había expresado la disidencia en términos que le diría, Jorge, absolutamente inusuales. Hace casi 50 años que leo derecho constitucional y nunca leí una disidencia con el tenor que tiene la que leí ayer.
¿Se está refiriendo a Lorenzetti?
Exactamente.
¿Podría compartir con nuestra audiencia qué es lo que le llamó la atención y hacernos una breve síntesis para que la audiencia lo conozca?
Primero, se dicta una resolución el día miércoles diciendo: “vamos a ver cómo hacemos ahora para seguir trabajando”. Y tres de los jueces, Maqueda, Rosenkrantz y Rosatti, con muy buen criterio, dicen: "Bueno, miren señores, la lista de conjueces…” Cuando la Corte no está integrada con la totalidad de sus integrantes, que en este caso es cinco, se necesita la mayoría absoluta, tres. Como se van a quedar con tres, el día 30 de diciembre dicen: “Bueno, vamos a armar un pequeño esquema, y en ese esquema vamos a ver cómo vamos a desinsacular un nuevo juez en el caso de que no obtengamos tres votos positivos para la resolución de un asunto”. La lista de conjueces, que somos los abogados de la matrícula, está vencida, en cuyo caso hay que convocar a los presidentes de las cámaras federales del país.
Entonces se organiza todo un sistema para que lo más rápido posible se puedan ir llamando a los presidentes de las Cámaras Federales para eventualmente formar la mayoría y lograr tres votos para resolver la enorme cantidad de causas que tiene la Corte Suprema.
Parece lógico porque si el Congreso no se pone de acuerdo en nombrar nuevos Jueces, entonces, hasta que el Congreso nombre nuevos Jueces, parece lógico que se integre de esta manera los faltantes, ¿o no? A mí, como lego, me parece que es el único procedimiento lógico.
Pero por supuesto que es lógico. Porque todos tenemos derecho a la calidad institucional, a la no arbitrariedad, y está bien lo que hacen Rosatti, Rosenkrantz y Maqueda en el sentido de decir: "Bueno, mire, esto viene así, no sabemos cómo se va a integrar”. Y además, tengamos en cuenta que hay una mora del Senado porque los pliegos no han sido tratados ni rechazados". Yo antes de esta entrevista estaba mirando el rechazo de la Corte. Sabe que en el año 2016 Obama mandó a un magistrado, Garland, y el Senado no lo trató directamente. Pasaron 237 días y cayó el pliego.
Acá no pasó absolutamente nada. Acá se hicieron las audiencias y nosotros no sabemos qué es lo que va a suceder con estos magistrados, si el Senado les va a dar el acuerdo o no. Por lo pronto, la Corte dice: "Bueno, tenemos que seguir funcionando", porque, repito, hay miles y miles de causas, de las cuales miles son cuestiones provisionales, además de que tienen que ver con el día a día de muchas de las argentinas y los argentinos. En ese caso, votó en disidencia Lorenzetti, diciendo que no era necesario y que había una jurisprudencia de más de 100 años, que solamente con la aplicación de eso iban a poder zanjar la cuestión.
Lorenzetti, en la disidencia, ¿dice que no hay que llamar a conjueces?
Y básicamente dice eso, porque está diciendo Lorenzetti que esta respuesta sería una respuesta del tribunal ante la inminente designación de dos magistrados que están en el Senado. Pero esta indecisión no se ha tomado porque el acuerdo no se ha verificado. Entonces, se vienen los plazos encima. La Corte es un tribunal permanente. Más allá de que haya feria durante el mes de enero, sigue trabajando, y el mes de febrero para la Corte es mañana.
Pero déjeme entender: ¿cuál es la disidencia? ¿Cuál es el modelo que plantea Lorenzetti para seguir sesionando si quedan solamente tres jueces y no se pusieran de acuerdo? ¿Cómo se zanjaría?
Propone básicamente no hacer nada. Dice que lo que se está haciendo es incorrecto porque no es necesario, porque sería inminente la designación de estos magistrados.
Pero si, por ejemplo, pasa lo que usted dice de Obama, que pasa un año, el Congreso no lo trata y cae la propuesta hecha por el Ejecutivo. Si pasa todo un año así, ¿qué se haría? ¿Lo lógico sería no sesionar durante un año para forzar al Congreso a decidir?
Es un verdadero problema. Lo que pasa es que las cosas que tomamos de Estados Unidos, las buenas las hacemos más o menos y nosotros deformamos las malas. Este es un buen criterio. Si el pliego no se trata el 31 de diciembre, cayó. Garland, no pudo ser nunca. Después, Biden vino y lo recompensó. Pero no fue Juez de la Corte porque el pliego no fue tratado. Había una mayoría republicana y no le iban a dar la bendición a este magistrado propuesto por Barack Obama.
¿Y no son complementarios un tema y otro? Quiero decir que si tiene razón Lorenzetti y es inminente la aprobación por parte del Congreso de dos nuevos miembros de la Corte, no es excluyente de que, hasta que el Congreso lo nomine, podamos nombrar conjueces. Vamos a suponer que esto suceda en marzo, una vez que vuelvan a las sesiones ordinarias. Bueno, para que en febrero se puedan tomar decisiones, que haya conjueces. Mientras tanto, funciona de esa manera. ¿Son excluyentes una alternativa y la otra o no?
No, estoy absolutamente de acuerdo con usted, las alternativas no son excluyentes. Pero también hay que ver lo que está sucediendo en la práctica de la conducta institucional de la Argentina. Yo debo recordar a la audiencia que fui, durante siete meses, consejero del presidente de la República de manera honoraria. Entre los estudios que tuve que hacer, uno fue sobre las ideas para la Corte Suprema. Y yo lo he conversado con Alberto Fernández, en su momento. Y yo le sugería que enviase un pliego para cubrir la vacante de Elena Highton de Nolasco. Ella se jubiló, y esa vacante no fue cubierta. ¿Por qué? Porque seguramente el pliego no era enviado por el presidente de la República, porque sabía que no iba a tener la aquiescencia en el Senado.
En este sentido, Jorge, hay una falta de responsabilidad institucional en el Senado. Porque esto debería ser tratado, aunque sea rechazado. Para hacerle saber al presidente de la República: "Mire, lo que usted envió no va a ser tratado". Porque nosotros no tenemos el sistema norteamericano, que el 31 de diciembre se caen los pliegos.
Si hay una actitud irresponsable por parte del Senado, que en realidad es una actitud irresponsable por falta del oficialismo y la oposición en conjunto, la Corte lo que tiene que hacer es seguir funcionando. Y mientras no haya la cantidad de jueces necesarios, pareciera lógico esta alternativa para que siga funcionando.
Es extraordinariamente razonable la decisión en esta acordada de la Corte. Además, quienes litigamos en la Corte Suprema, que es mi caso, ejerzo la profesión desde hace más de 40 años, tenemos que tener una previsión. Porque cuando vienen los clientes para darles respuesta, yo no les puedo decir: "Mire, yo no sé cómo se va a integrar la Corte. ¿Qué le parece si vemos en febrero si interponemos el recurso extraordinario o no?" Cuando la gente va a ver un abogado, como somos nosotros, los que nos dedicamos a la Corte Suprema, esto es máxima cirugía, es la última instancia.
Doctor, yo ahí discrepo con usted, porque en realidad no debería importar quién es integrante de la Corte. Usted tendría que confiar en que se va a hacer justicia. O sea, porque con conjueces que van cambiando, tampoco se va a saber quiénes van a integrar la Corte.
No, me expresé mal. Lo que yo quiero decir es que yo no le puedo dar previsibilidad a la persona cuando viene. No, no le puedo decir: "Mire, la Corte está desintegrada y no vamos a interponer nada”. Le digo: “no mire, vamos a interponer el recurso porque están dictada está acordada que a nosotros nos permite seguir litigando” Esto es lo que quiero decir.
MC