Después de ocho períodos ininterrumpidos de Gildo Insfrán, en el poder de Formosa, la Corte Suprema puso fin a la reelección indefinida del cargo.
Para ello, el máximo tribunal lanzó un amparo que presentó la Confederación Frente Amplio Formoseño contra el octavo mandato consecutivo que obtuvo el mandatario para el período 2023-2027.
Por unanimidad, los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Carlos Rosenkrantz concluyeron que la cláusula de la constitución provincial que le permitió competir en las elecciones, y quedarse en el poder durante tres décadas, choca con la Constitución Nacional, ya que atenta contra la periodicidad y renovación de las autoridades, elementos esenciales del sistema republicano, y facilita la concentración excesiva de poder.
Desde la oposición aseveran que el fallo es claro y que Insfrán debe renunciar al cargo al igual que su vicegobernador. “Este fallo es de aplicación inmediata y quiere decir dos cosas: primero, que Gildo Insfrán no va a poder ser candidato a las próximas elecciones y, segundo, que es importante y lo dice muy claramente el voto del juez Carlos Rosenkrantz, que el gobernador ha perdido legitimidad en el ejercicio del poder. Insfrán debe renunciar y el vicegobernador también, y debe efectuarse un nuevo llamado a elección para elegir un nuevo gobernador que tenga legitimidad democrática y republicana. Si no lo hace, la provincia va a tener que ser intervenida por el gobierno federal para restaurar el orden republicano en Formosa", expresó el dirigente radical Fernando Carbajal.
Insfrán fue elegido por primera vez vicegobernador el 10 de diciembre de 1987, momento en el que el texto vigente de la constitución de la provincia no permitía la reelección de los cargos de gobernador y vicegobernador.
Sin embargo, durante su mandato como vicegobernador, que según el texto constitucional vigente debía finalizar el 10 de diciembre de 1991, se reformó la constitución local, lo que le permitió que fuera reelegido como vicegobernador por cuatro años más.
Así comenzó a enquistarse en el poder de manera ininterrumpida durante 37 años, ya sea ocupando cargos de gobernador o vicegobernador de la provincia lo que constituye un caso de personalización del poder incompatible con el sistema representativo republicano.