Una de las cosas que nos inculcó el Presidente fue que nunca dejemos de salir a la calle a escuchar a la gente. Lo hago al menos una vez a la semana, porque tener contacto directo con las personas nos enfoca. A través de ellos, de primera mano, sabemos qué necesitan, qué los preocupa, qué los agobia, y asumimos personalmente el compromiso de llevarles una solución. Para eso estamos acá.
Cuando empezamos a ir a los barrios con el equipo de la Anses, las familias nos hablaban del endeudamiento al que estaban sometidas. Como su economía era informal, los bancos no les prestaban dinero y no les quedaba otra que caer en manos de los usureros, que les cobraban intereses abusivos. Terminaban pagando hasta cuatro veces más de lo que habían pedido. Algunos me contaban que estaban asfixiados por las deudas; otros recibían amenazas porque no podían pagar. De una forma u otra, todos se sentían solos, tenían miedo.
Era muy injusto que solo la gente de mayores recursos pudiera acceder a préstamos bancarios, cuando quienes más los necesitaban no podían hacerlo. Esas familias venían poniendo el hombro todos los días y no siempre tenían –no siempre tienen– un trabajo en blanco. Entraban y salían del mercado formal, y eso los dejaba mucho más expuestos que a otros.
Por eso nos ocupamos de esto y ampliamos los Créditos Anses, para igualar las oportunidades de todos los argentinos. Porque acceder a un préstamo es mucho más que tener dinero en el bolsillo. Es tener la posibilidad de ser escuchado, de hacer realidad un proyecto, de pensarse a largo plazo. Porque somos un Estado presente.
Y gracias a esto, es muchísima la gente que solicitó su préstamo desde 2016: en total, entregamos más de 9 millones. Eso quiere decir que resultaron muy útiles y, como la demanda seguía siendo alta, decidimos avanzar en ese sentido. Tanto es así que el 17 de abril pasado subimos los montos y mejoramos las tasas. Y en solo dos semanas y media, otra vez, los resultados fueron arrasadores: entregamos más de un millón de créditos y, de ese total, sabemos que más del 40% lo va a usar para hacer reformas en su vivienda.
Pese a esto, algunos sectores nos achacan que con esta medida la gente se endeuda. No es así. Estas personas hubieran sacado un préstamo de todas formas, solo que con sus derechos vulnerados. Además, para evitar endeudamientos, justamente, establecimos que nadie pueda pedir un préstamo con una cuota superior al 30% de la jubilación o prestación que cobra. Por otra parte, la transacción es transparente porque se hace sin intermediarios: ahora se deposita, directamente, en la cuenta del titular. Hasta que logramos las metas que nos hemos propuesto como país, Créditos Anses tiene el objetivo de proteger a los argentinos en esta etapa de transición, para que las familias puedan pasar mejor este momento difícil. Eso no cambia, sin embargo, nuestro trabajo más profundo y de largo plazo. En estos tres años y medio de trabajo, siempre atentos a las necesidades de la gente, fuimos mejorando el acceso a los Créditos Anses en todo sentido: ahora el monto es mayor, se puede pedir más de un crédito, hay más beneficiarios y el trámite es más simple.
Además, para que la gente pueda hacer rendir un poco más su Crédito Anses, también lanzamos una red de descuentos de entre 10 y 25% en comercios todo el país: Beneficios Anses.
Estas son medidas que nos incluyen a todos. Cuando una familia que tiene un emprendimiento saca un crédito, se genera un movimiento en sus vidas y también en las de su entorno. Lo mismo pasa si esa familia decide hacer reformas en su casa. Son cambios que les dan la oportunidad de concretar sueños que seguramente tenían postergados. De tomar las riendas de su propia vida y animarse a imaginar un futuro diferente.
*Director ejecutivo de Anses.