En días recientes se ha manifestado que podría llegar a haber una solución que contemple la incorporación de Ucrania a la UE pero no a la OTAN. Este resultado, luego del esfuerzo militar ruso, seguramente será compensado con alguna ganancia territorial (símil Crimea) o con una Constitución con tanto federalismo que las Repúblicas pro-rusas serán, en la práctica, un país dentro de Ucrania.
Tratemos de entender la división que aqueja a Ucrania desde 1991, que se suma al clivaje pro-ruso/europeísta, pero suele ser ignorada. Hablamos de la crisis urbano-demográfica y productiva. Viendo la tendencia, notamos que el crecimiento poblacional-productivo ha beneficiado al Centro-Oeste.
Para entender la situación urbana de Ucrania hay que tener presente estos datos: 4 de las 5 aglomeraciones urbanas de más de 1 millón de habitantes (2013) se encuentran cerca de la zona de influencia de Rusia. Las 5 ciudades son: Kiev, Kharkiv, Donetsk, Dnipropetrovsk y Odessa, 1 está controlada por Rusia, 3 están bajo amenaza, y Kiev, parece haber resistido la ofensiva. Y si vemos las 15 de aglomeraciones urbanas más grandes de Ucrania, 7 de 15 están en zonas pro-rusas (Oblasts Donetsk/Luhansk) o bajo el control ruso (Sebastopol), y 3 bajo amenaza: Kharkiv, Dnipropetrovsk y Odessa.
Aunque en términos generales es una pérdida para Ucrania, hay aspectos que favorecerían al gobierno que controle el Centro-Oeste de Ucrania. Veamos algunos números de antes del inicio del conflicto (2014); posteriormente las estadísticas no se han podido relevar de manera efectiva.
Al analizar las principales 15 aglomeraciones urbanas, vemos que el crecimiento poblacional entre 2001 y 2013 es escaso: sólo Kiev tuvo valores positivos importantes (7,2%); luego, las únicas ciudades que tuvieron valores positivos fueron: Ivano-Frankivsk (oeste), Rivne (oeste), Lviv (oeste) y Sebastopol (Crimea). A su vez, las peores caídas demográficas en ese tiempo (entre -14,5 y -5,4%) son de: Górlovka, Kramatorsk, Dnipropetrovsk, Sievierodonetsk, Alchevsk, Luhansk y Donetsk. Sólo una está fuera de los Oblasts de Donetsk y Luhansk.
Más llamativo resulta que del total de ciudades, 10 de las 14 ciudades que más crecieron 2001-2013, fueron abrumadoramente del Oeste/Centro (entre 7% y 21%). Si bien la mayoría parte de números bajos de habitantes, marca tendencia respecto de qué lugar da más oportunidades para vivir.
Esto nos da una pauta de que la crisis refleja un agotamiento urbano-productivo del lado ruso. Fueron ciudades que crecieron al calor de la URSS, pero con los cambios tecnológicos y surgimiento de Asia han quedado detrás, ya que se basan mayoritariamente en metalurgia, minería e industria militar lejos del estado del arte; el único sector dinámico es el agropecuario en la cuenca del Mar Negro.
Del mismo modo, cuando se analiza el factor productivo, también la Ucrania europea tuvo más dinamismo. Por ejemplo, si bien el valor agregado total de los Oblast del Este era importante en 2010, ya que arrastraban el impulso del período soviético, entre 2002 y 2010 –en consonancia con la población– el crecimiento del Valor Agregado de las ciudades del Centro-Oeste superó al resto, con excepción de Sebastopol/Simferópol y Kharkiv. Y otros estudios, que han analizado datos de 2003 a 2017, ratifican que el Producto Bruto Regional (PBR) per cápita creció fuertemente en buena parte del Dniéper al oeste, con pocas excepciones en el resto del país.
En definitiva, el Centro-Oeste es la zona menos golpeada por la guerra, y por ende, está en mejores condiciones para sobreponerse a los efectos de ella (siguiendo la tendencia que hubo entre 2001-2013). En especial, esto sería así si se pacta el ingreso a la UE, ya que desembocaría en fondos de infraestructura, pudiendo replicar lo que pasó con Polonia y República Checa. El resto del país seguramente obtenga más financiamiento chino que ruso, algo con lo que Moscú tendrá que convivir.
*Politólogo. Especialista en Economía y Negocios con Asia Pacifico e India (Untref). Maestría en Relaciones y Negociaciones Internacionales (Flacso/Udesa.