El 3 de agosto se confirmó el cierre exitoso de las negociaciones por la deuda con los bonistas externos y el jueves se conoció que la empresa petrolera estatal obtuvo un 58% de aceptación para reestructurar la suya, el viernes comunicaron desde medios de comunicación que llegaba un aumento del 7% en los combustibles para compensar el desfasaje inflacionario desde la última suba de diciembre de 2019. A todo ello, ese mismo viernes hubo declaraciones que decían “prefiero tener naftas caras que no tener naftas”, de parte de su presidente y el fin de semana tuvimos primero el titular de “Aumentarían las naftas un 7%” y el domingo con “Confirmado: aumentan las naftas”.
Viendo toda esta situación, el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación comunicó que “no hay definición sobre aumento de combustibles”, mientras los aumentos no se informen en forma fehaciente por este Poder Ejecutivo Nacional –que es muy distinto al anterior en cuanto a su comunicación– ello no existe. Debemos entender que los combustibles, con su fórmula actual de composición de precio, aumentan de acuerdo al precio internacional del barril de petróleo Brent (50%) + valor de cotización oficial del dólar estadounidense (40%) + valor del biodiésel (10%) y en diciembre de 2019 sus valores principales eran el barril Brent a US$ 60 y la cotización oficial del dólar en $ 63; mientras que a hoy son barril a US$ 48 y dólar a $ 77, pero nunca interviene la inflación. Si el estado financiero de la empresa tuvo en el segundo trimestre de 2020 una pérdida de $ 85 MM, es, igual que todas las empresas del mundo, por la situación de la cuarentena a raíz de la pandemia de Covid-19.
Al mismo tiempo el viernes 7 de agosto por la mañana el ministro de Desarrollo Productivo de la Nación se reunió con los concesionarios de gas domiciliario para garantizarles durante el período 2021-2024 un precio de US$ 4 por millón de BTU contra los US$ 8,50 o 9 que se están pagando hoy en día. Eso quiere decir que ya está en marcha la nueva Ley de Combustibles convencionales con todos sus costos (explotación, traslado y distribución) en pesos tanto líquidos como gaseosos; ello genera una energía cercana al 50% de su valor actual en gas y cerca de 25% en la luz (puesto que el 50% del costo es gas) y la eliminación de los subsidios a la energía que hoy representan cerca de $ 700 MM que se pagan desde la provincia de Bs. As. y CABA desde 2019 inclusive pero que el Estado nacional debía emitir para que esos estados lo paguen.
Cuando observamos todo esto debemos pensar quién se beneficia o a quién se perjudica con las operaciones desde los medios de prensa. En este sentido se trata de que no llegue a realizarse la decisión ya tomada del cambio de rango de la Secretaría de Energía a Ministerio con un ministro más experto en el área comunicacional y conocedor del proceso de determinación de costos con el que vamos a comenzar a pensar en cuánto sale en $ el litro de nafta y no el valor US$ del precio de la nafta ya que en nuestro país trabajamos, cobramos y vivimos en pesos y no en dólares, dejando esa moneda para las transacciones internacionales de comercio exterior.
*Economista y tributarista.