Una mujer sufre una infidelidad que quiebra a su familia ideal. Su marido es famoso, ella es artista y debe reaccionar porque los rumores pronto serán noticia. Podría ser Shakira, pero se trata de Nora Ephron, quien pasó por algo similar cuarenta años antes. ¿Qué consejo le daría su madre ante tamaña traición?, se preguntaba ella entonces. “Tomá nota”, y es exactamente lo que hizo. Cuatro años después publicó Heartburn, la novela que narra su separación y la catapultaría a ser una de las mejores guionistas de comedias románticas de la historia del cine.
Vale aclarar que su marido no era solamente famoso: era un héroe nacional. El periodista Carl Bernstein, junto a Bob Woodward, fue quien destapó el escándalo de Watergate que destituyó al presidente Nixon. ¿Se enojó acaso por el libro de su ex? Por supuesto que sí. “Él me engañó y después se comporta como si yo fuera la que lo traicionó –se descarga ella en el prólogo-. ¡Ni que no supiera que era escritora! ¿Qué pensó que iba a pasar?”. Lo mismo podríamos preguntarle a Piqué. Después de todo, Shakira es reconocida mundialmente por desahogarse en canciones. “Todos tenemos nuestros propios procesos para manejar el duelo. En mi caso, escribir música es como ir al psiquiatra, solo que más barato”, dijo la artista colombiana en la revista Elle.
En Heartburn (Se acabó el pastel, en la traducción de Anagrama), lo primero que hace el personaje al “ver la mermelada casi vacía” es irse de la ciudad con su hijo a cuestas y juntarse con su viejo editor para volver a escribir su columna de cocina. Tenía siete meses de embarazo, y le preocupaban los chimentos. Su amiga Betty, escandalosamente chismosa, sospechaba infidelidades al ver a una esposa con piernas depiladas en invierno. Si en los setentas la humillación pública era una amenaza latente, qué decir de la actualidad, cuando ni siquiera hablan a tus espaldas: podés leer lo que dice el mundo entero en las redes sociales. En un comienzo, Shakira se mostró como una mujer dolida y respetuosa ante la separación. Todo cambió con la sesión de Bizarrap.
Mujeres que facturan
La propuesta del productor musical es crear canciones en el momento, y tal vez por eso la respuesta de Shakira resulta un tanto cruda en relación con sus mejores éxitos, pero la controversia parece exagerada: que no tiene sororidad, que del despecho no sale buen arte, que el Casio no es tan mal reloj… Lo cierto es que Bizarrap ya había sacado rédito de la polémica cuando Residente atacó a J Balvin, y la fórmula volvió a explotar con un debate que se ramifica en múltiples direcciones.
“Salvo casos extremos, hablar mal de tu ex es hablar mal de vos mismo. Nadie está diez años y tiene dos hijos con un pelotudo, excepto otro pelotudo”, twitteó Juan Sklar, animándose a las críticas. Y tiene un punto, porque acusar a Piqué de buscarse una chica simple como él suena contradictorio, teniendo en cuenta que ella antes eligió al tipo que trabaja más los músculos que la cabeza. El cliché del hombre que prefiere que lo admiren antes que lo desafíen le sirve para justificarse, pero la comparación le da un aire de superioridad que no le sienta bien. Por supuesto que Shakira tiene con qué, y aunque el sentimiento sea genuino, tal vez tenga más que ver con el lugar donde lo dijo.
Bizarrap viene del Freestyle y el Trap, uno de los pocos reductos del arte donde todavía se puede ser contestatario, sexista y agrandado sin arriesgarse a ser cancelado. Si bien Shakira es una estrella del pop, parece apropiarse del género en esta colaboración. Algo se trastoca cuando la masculinidad tóxica sale disparada de boca de raperas como Young M.A y Nicki Minaj, que lograron abrirse paso en una industria de hombres camuflándose como ellos. Shakira no llega a tanto, pero al atacar a la amante se la crítica por no estar a tono con la época. La revolución feminista vino a proponer otra cosa. Sin embargo, para ella es costumbre usar la traición como combustible. El silencio sería una forma de sumisión. Como dirá Nora, tan ácida como el título de su libro: “Mostrame una mujer que llora cuando un árbol pierde hojas en el otoño y te mostraré una estúpida”.
Si querés llorar, no llores
¿Cómo evitar ser una víctima cuando los hechos te ubican en ese rol? En la serie I may destroy you, Michaela Coel le da vueltas al asunto tras sufrir una violación. Ella imagina todos los futuros posibles -matar a su victimario, deconstruirlo y hasta empatizar con él- para comprender que no hay final feliz posible. Solo queda aceptarlo. Y, en su caso, hacer una serie increíble. “Si cuento la historia controlo la versión. Te puedo hacer reír, y prefiero eso antes de que sientan lástima por mí”, dice Eprhon. Es muy difícil compadecerse de una mujer capaz de adaptar su novela a una película protagonizada por Meryl Streep y Jack Nicholson. En el documental de HBO Everything is copy, su propio hijo Jacob revela que el divorcio de sus padres se demoró porque Carl Bernstein exigía que Mike Nichols, el director, firmara ante escribano que no lo representarían como mal tipo.
Quizás la mejor respuesta ante una humillación pública es gozar en público, como el icónico orgasmo de Meg Ryan en el restorán. ¿Cómo es que Nora pasó de sufrir un desamor tan grande a convertirse en la reina de las comedias románticas? Hay que creer en el amor después de una gran decepción, y justamente de eso se trata Cuando Harry conoció a Sally: son dos personas con el corazón roto que se hacen amigos porque no se animan a enamorarse. Al estreno de la película ya había pasado casi una década de su separación y la guionista hasta se había casado de nuevo, pero nunca se olvidó del dolor. El mismo que sentía el director Rob Reiner, que venía de un mal divorcio con la directora Penny Marshall. El film entonces es el resultado de dos puntos de vista sobre un mismo dolor. En el final original Harry y Sally no terminaban juntos, pero por fortuna Reiner se enamoró durante el rodaje, cambió el desenlace y nos regaló la mejor comedia romántica de todos los tiempos. Una luz de esperanza para Shakira, que guarda su corazón en una caja de seguridad después de que le disparan al pecho con una bazooka en el videoclip de Monotonía.
Tres canciones para un crimen
Hasta ahora fueron tres las respuestas de Shakira a Piqué. Primero llegó Te felicito, donde lo aplaudía por actuar tan bien y le cantaba: “Tu herida no me abrió la piel, pero si los ojos”. Después llegó Monotonía, donde se mostraba dolida y reflexionaba que los había matado la rutina. Con Bizarrap dejó los matices de lado y en modo vengativo encontró su lugar de comodidad. No sabemos si las canciones muestran una progresión de su duelo, pero según Ephron “la traición no viene mal al salir de una relación porque ofrece una narrativa simple y clara donde una persona hizo algo tan horrible e imperdonable que la otra es inmediatamente absuelta de todo pecado”. Claro que no todos los géneros piden lo mismo: a una balada le calza mejor el sufrimiento y con Bizarrap conviene descargarse, pero su ira en cierta medida la expone.
Diez años después de componer You oughta know, Alanis Morisette se arrepintió de haberse tomado el fin de su relación con el comediante David Couiler de una manera tan personal: “Escucho la furia como protección de mi vulnerabilidad. Estaba devastada. Era más fácil sentir el poder de mi enojo que ser la mujer quebrada tirada en el piso”. Nora se sacaba la bronca revelándole a quien quisiera oírla la identidad de Garganta Profunda, la fuente secreta de su ex marido en el escándalo Watergate. Nadie le creía, hasta que el propio Mark Felt, del FBI, salió a la luz en 2005. “Mi religión es: supéralo. Dicen que con el tiempo el dolor se olvida. Es el cliché del parto: el dolor se olvida. No comparto esa opinión. Me acuerdo del dolor. Lo que se olvida en realidad es el amor”.
El amor de Shakira y Piqué fue de película. Ella inauguró el Mundial 2010 cantando y un mes después se llevó a la casa a un campeón del mundo. Hasta que pueda olvidarlo, el consejo de la guionista es usar al humor como antídoto: “Una de las cosas que más me enorgullece es que pude convertir un evento que para mí era terriblemente trágico, a una comedia. Y si eso no es ficción, no sé qué lo es”. Seguramente todavía no pasó suficiente tiempo como para que Shakira pueda reírse de sí misma, pero al menos ya puede reírse de Piqué. En la revista Elle dijo: "Cuando sentía que me faltaban las fuerzas, como si no tuviera piernas, esos días escribía canciones, y sentía que revivía y salía fortalecida”. La mención a quedarse sin piernas es un dardo sutil y certero. Ella salió de la relación justo a tiempo, antes que a Piqué le caiga la depresión post retiro encima de la crisis de los cuarenta. Y lo hizo con una canción que ya lleva 145 millones de vistas en Youtube. No es poco.
*Reconocido autor y guionista de la serie "Punto de Quiebre", entre muchos logros más.