El potasio es un elemento muy abundante en el planeta y en la tabla periódica se simboliza con la K. En el gabinete nacional la K también ha ganado espacio a partir de los cambios realizados a la composición inicial.
La Tabla Periódica de los Elementos Políticos. Mientras que en política la letra K se asocia de forma instantánea al kirchnerismo, en química, es el símbolo del Potasio. Cuando Mendeléyev diseñó su tabla periódica, pronosticó algunas propiedades de elementos hasta entonces desconocidos de los cuales supo
anticipar los lugares que ocuparían en la tabla cuando fuesen descubiertos. Posteriormente se demostró que la mayoría de sus predicciones eran correctas.
Si bien los gabinetes nacionales escapan a la precisión de los pronósticos de la química, la metáfora alude al grado de pureza de su composición estableciendo un paralelismo entre la tabla periódica y la afinidad política de cada ministerio y organismo con los principales liderazgos de la coalición de gobierno del Frente de Todos.
A principios de la gestión presidencial de Alberto Fernández, existía una retórica dialoguista que invitaba a imaginar escenarios en los que los consensos básicos, para la recuperación de la economía y la superación de la grieta, eran posibles. La formación inicial de ministros y funcionarios principales tenía esa impronta. Sin embargo, el sueño del consenso no duró.
Dos composiciones del Gabinete. La gestión presidencial de Alberto Fernández comenzó con 15 ministerios y 5 organismos referenciados con su autoridad política. Cabe aclarar que no hay ministerios “puros” dado que en las segundas y terceras líneas orbitan funcionarios con otras lealtades –CFK-Massa-gobernadores-intendentes del conurbano bonaerense– que muchas veces tensionan el funcionamiento del gabinete.
La gestión de Alberto
Fernández comenzó
con quince ministros
referenciados con su
autoridad política
En retrospectiva, durante la primera etapa del gobierno, las tensiones del gabinete presidencial culminaron favoreciendo la expansión del Potasio (K). Cuando se produjeron vacantes, AF careció de tropa propia para ocupar los espacios, mientras que CFK siempre tuvo un nombre listo para jugar.
El primer cambio se dio en Anses a finales de abril del 2020. El escándalo de los jubilados amontonados en la puerta de las entidades financieras en plena pandemia eyectó del gobierno a su director Alejandro Vanoli. La asunción al frente del organismo de María Fernanda Raverta, que se venía desempeñando como ministra de Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, cambió la afinidad política de la cúpula en favor de CFK. Al mismo tiempo, el ascenso de Raverta le permitió a La Cámpora cubrir la vacante en el gabinete de Kicillof con su secretario general, Andrés “Cuervo” Larroque.
La carta de CFK del 27 de octubre del 2020 y la recordada frase “hay funcionarios y funcionarias que no funcionan”, hizo escala obligada en el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat (MiDTH), desencadenando la renuncia de María Eugenia Bielsa para dar paso a Jorge Ferraresi, ex intendente de Avellaneda. Otro giro al potasio.
Desde el inicio de la gestión, la presidencia de YPF estuvo a cargo de Guillermo Nielsen (cercano al presidente), sin embargo las principales decisiones no tardaron en pasar por las manos de
Sergio Affronti, CEO de la empresa con afinidad a CFK. A principios de este año, Pablo González asumió en lugar de Nielsen, y la presidencia de YPF se alineó en el mismo sentido que su CEO.
Si el Gobierno pierde
las elecciones, se
replegaría en el núcleo
duro y aumentaría
el símbolo K
En agosto pasado, renunció el Secretario de Energía, Sergio Lanziani, cuya área hasta entonces dependía del Ministerio de la Producción. Se anunciaron en simultáneo el traspaso de la Secretaría al ámbito de Economía y el nombramiento de Darío Martínez, un diputado por Neuquén afín a CFK. Este cambio fue en la sintonía del subsecretario de Energía Eléctrica y del interventor del Ente regulador del Gas, Federico Basualdo y Federico Bernal, quienes respondieron siempre a CFK y pusieron, desde el arranque, frenos a cualquier intento de incrementos tarifarios significativos.
Con la salida de Marcela Losardo, a mediados de marzo de este año, AF sufrió una pérdida importante dentro del esquema propio de gestión. La llegada de Martín Soria al Ministerio de Justicia implicó una transmutación al potasio de la cartera judicial, considerando que el viceministro del área, Juan Martín Mena, es un funcionario de confianza de CFK.
Los cinco recambios demuestran que los vacíos tienen alta probabilidad de ser llenados con potasio, el elemento K.
La composición química que viene. Sin pretensiones de emular al visionario Mendeléyev, que acertó cómo se completarían los huecos en blanco de su tabla de elementos, se bosqueja una prospectiva de la composición del gabinete nacional en dos escenarios distintos en función del desempeño electoral del oficialismo en las próximas elecciones.
Si el Gobierno gana las elecciones intermedias, ampliaría la base política (más participación de los gobernadores e intendentes del PJ, de los sindicatos y cámaras empresarias afines). Un gabinete químicamente más complejo que podría incorporar figuras de un virtual Consejo Económico y Social como parte del propio Ejecutivo. El crecimiento de la coalición de gobierno tiene su mayor área de expansión potencial en los gobernadores provinciales, esto implica una mayor inclusión potencial de elementos afines al Presidente con la moderación como carta de invitación a la coalición de gobierno. Sin un triunfo, esa carta sale del mazo.
Si el Gobierno perdiera las elecciones, se replegaría en el núcleo duro de la coalición: en la composición de ese gabinete se incrementaría el símbolo K y habría que pasar entonces de la analogía química a la genética.
*Analistas Asociados de Eco Go.