El creciente revival del teletrabajo en nuestro país y en el mundo, como consecuencia directa de la Pandemia, la percepción generalizada de que ha venido para quedarse, y la necesidad de hacer algo diferente a lo que veníamos haciendo, podría también revitalizar el modelo de desarrollo de “Gardening” propuesto a principios de los años 90, como parte de los estudios preparatorios de lo que fue el Libro Blanco de Delors sobre Crecimiento, Competitividad y Empleo publicado en Junio de 1993.
Ese Libro, en cuya elaboración contribuyeron numerosos grupos de trabajo paneuropeos, además de responder a la necesidad de consolidar una visión común para Europa en el marco de la emergente Sociedad de la Información proponía un nuevo modelo de desarrollo sustentable basado en el uso de energías limpias, la aplicación de nuevas Tecnologías de la Comunicación y la Información (TICs) y nuevas formas flexibles de trabajo, entre ellas el Teletrabajo.
PACE. Uno de los estudios que sirvieron de base para el Libro fue el Proyecto Europeo PACE que, en síntesis venia a decir que la nueva Sociedad de la Información (también llamada entonces Sociedad Post-Industrial o de Servicios y ahora Industria 4.0 o Sociedad del Conocimiento), tenia una capacidad 4 a 6 veces mayor de generar riqueza que la sociedad industrial, producto de la mayor productividad resultante de la aplicación de las nuevas tecnologías. Es decir, la posibilidad de pasar de un ingreso medio en los países desarrollados de 20.000 a 100.000 ECUs anuales (el ECU es la moneda europea que precedió al Euro). Pero también alertaba que había 2 riesgos muy importantes, si no se adoptaba un nuevo modelo de desarrollo adecuado. Uno de esos riesgos era el Medioambiente (hoy cambio climático) y el otro era la Exclusión Social (hoy desigualdad social), ya que cada día habría menos personas mas ocupadas y mas personas cada vez mas desocupadas (marginadas).
Hoy, casi 20 años después podemos decir que esas previsiones han estado bastante acertadas. Vivimos en una sociedad más rica, pero más amenazada por el cambio climático y cada vez más cuestionada por la creciente desigualdad social.
Uno de los varios grupos, que me toco integrar, era el del Teletrabajo, definido por Jack Nilles como “la posibilidad de enviar el trabajo al trabajador, en lugar de enviar el trabajador al trabajo”, posibilitada por las nuevas tecnologías TICs. Esa definición, que podría sonar casi a un trabalenguas, representaba para los nuevos trabajadores de la información, la posibilidad de trabajar en cualquier momento y desde cualquier lugar. Es decir, la posibilidad de un trabajo “Just in time”, que encajaba perfectamente con los principios de gestión dominantes en aquel momento en la industria Just in Time, que a su vez conduciría una economía sin fricciones (friccion-less economy), completamente optimizada, sin excedentes de oferta, ya que la misma se ajustaría a la demanda en tiempo real.
Legislación. Pero esta separación física del trabajador del lugar de trabajo, también traía aparejadas otras posibilidades igualmente relevantes en términos políticos y de desarrollo económico. En términos más políticos si se quiere, esa separación venía a romper dos ecuaciones tradicionales, que a su vez han sido los pilares de la Legislación Laboral en la sociedad industrial: hombre=lugar de trabajo, lugar de trabajo=horario de trabajo. A punto tal, que en muchos países, en el lenguaje coloquial, ir al trabajo, equivale a trabajar, mas allá de que se desarrolle o no una función productiva en el lugar de trabajo.
Obviamente, este conflicto aparente y en cierto sentido inevitable con la legislación laboral vigente ha venido ralentizando una adopción más generalizada del teletrabajo, que mas allá del marco regulatorio, se practica cada vez más y por más gente favorecido por el avance en el despliegue de las modernas redes de comunicación basadas en fibra óptica de nueva generación.
Mientras que desde el punto de vista del desarrollo, la separación física del trabajador del trabajo permitiría una redistribución del trabajo en el territorio, desconcentrando los grandes centros urbanos y favoreciendo al desarrollo en red de ciudades de tamaño medio, pivoteando alrededores de distintos, y en la medida de lo posible complementarios, clústeres productivos de base tecnológica, que constituyan verdaderos ecosistemas de innovación.
Cultivar el territorio. A diferencia de la sociedad industrial en que las grandes ciudades definían la centralidad y se relacionaban por tamaño, en la nueva sociedad de la información se diluye el concepto de centro-periferia, ya que lo realmente importante es estar en la red, ser un nodo de la red. Nodo, que a su vez, se relaciona con el resto de la red en base a flujos de información (datos). Si los datos son el petróleo de la sociedad de la información, parece obvio que cuantos más datos procese un nodo, más se valorizará.
Y la última, pero no menos relevante consecuencia de este cambio de paradigma, es que en esta emergente sociedad de la información el trabajo sigue al trabajador, va donde el trabajador va, con lo cual este puede elegir donde vivir temporal o permanentemente. Por tanto, la calidad de vida del lugar de residencia del trabajador se convierte en la variable clave para competir en este nuevo modelo de desarrollo, que algunos expertos comenzaron a llamarle de Gardening, un tanto en oposición al modelo tradicional de Hunting.Lo de Gardening se refiere a la necesidad de cultivar el territorio, es decir de mejorar su atractivo residencial, priorizar la calidad de vida, porque de lo que se trata es de atraer a los trabajores mas quilificados, ya que ellos a su vez atraerán a los mejores trabajos y las mayores oportunidades de negocio.
Argentina tiene toda una tradición de la educación como el principal factor para la movilidad social ascendente
Crecimiento. Es decir, se trata de un modelo de desarrollo endógeno y centrado en las personas y su empoderamiento intelectual. No se trata de vivir con lo nuestro, se trata de “crecer de adentro hacia fuera” aprovechando y potenciando nuestros recursos humanos. Es decir, atrayendo y empoderando a las personas para que con su conocimiento y voluntad emprendedora ayuden a identificar y desarrollar las mejores oportunidades de empleo y crecimiento económico para sus comunidades. El mercado para ese trabajo no reconoce fronteras ni distancias. Es simplemente, el mundo. El ejemplo mas obvio es el desarrollo de la industria del software. Mientras que el modelo tradicional de Hunting es un modelo de “afuera hacia adentro”, muy dependiente de las inversiones externas, generalmente de corto plazo y enfocado a aprovechar el mercado local, que presenta muchas dificultades practicas y cuya relación coste-beneficio no siempre es muy clara.
El modelo de Hunting procura “cazar” oportunidades de inversión externa en un mercado internacional muy competitivo. Para empezar, para un número dado de relocalizaciones de grandes empresas, suele haber un número de al menos un orden de magnitud mayor de Agencias de Desarrollo ofreciendo distintos tipos de estímulos, principalmente fiscales, para lograr atraerlas. Es decir, la demanda supera con creces a la oferta, por tanto el poder de negociación recae en esta ultima, que impone sus condiciones, cada vez más leoninas.
Presión. Por otra parte, muchas veces, y con un coste fiscal muy grande, estas empresas/inversiones se convierten en enclaves que resultan extraños al tejido productivo local, con lo cual resulta muy difícil lograr una mínima endogenizacion de sus procesos. Y luego, cuando se van, dejan detrás un tejido productivo muy dañado y una gran desocupación, que reproduce el problema inicial.
Un ejemplo clásico son los enclaves mineros, que no traccionan ni integran empresas locales, excepto por pequeñas empresas proveedoras de servicios de bajo valor añadido. Y cuando se marchan, dejan detrás no solo pueblos fantasmas, sino muchas veces un considerable pasivo ambiental.
El modelo puede resultar un tanto light al principio porque parte de las personas y pone en valor variables competitivas blandas, que los modelos de desarrollo tradicionales no suelen tener en consideración. Sin embargo, es mucho más profundo, resiliente y sustentable. Y obliga a repensar los criterios de competitividad.
Para empezar, impacta directamente sobre el territorio, no solamente en términos de infraestructura y equipamiento sino en las otras muchas variables que hacen a la calidad de vida, como la seguridad, el cuidado del medioambiente, el acceso a servicios públicos de calidad, incluida la educación, la sanidad y la justicia, y el desarrollo por parte de los administradores locales de un ambiente propicio para la innovación y el desarrollo de nuevos negocios.
Atraer talento. Un territorio concebido y desarrollado de esta manera debiera actuar como un imán para atraer talento. Mientras que la convivencia de estos talentos en ese territorio debería favorecer una fertilización cruzada que potencie la innovación y el desarrollo de nuevos emprendimientos que generen sinergias empresariales y ponga en valor los recursos naturales de esa comunidad, teniendo siempre al mundo como mercado.
Esto es así porque el modelo pivotea alrededor del talento atraído y/o generado que es la principal variable competitiva en esta nueva sociedad del conocimiento. Por tanto la educación de calidad y la formación orientada al empleo en un mercado global son fundamentales para atraer, generar y retener ese talento y los emprendimientos resultantes. Este modelo es, por sobre todas las cosas, un orientador de las políticas de desarrollo de largo plazo basado en el conocimiento y en la innovación y no pretende sustituir ningún otro modelo de forma excluyente, sino mas bien complementarlos incorporando talento para una integración mas inteligente en el mercado internacional.
Llegados a este punto, cabria preguntarse sobre la factibilidad de este modelo de Gardening en Argentina. Mi repuesta es que no solo es factible, sino que representa nuestra mejor opción para pensar y desarrollar una Argentina diferente con una actitud de innovación permanente que ponga en valor la calidad de sus recursos humanos, su buena dotación de recursos naturales, su buen clima, la belleza de sus paisajes, su buena cocina y su buen, o al menos diferencial, sentido del humor.
Educación. La idea de desarrollarnos de adentro hacia afuera para integrarnos inteligentemente al mundo, implica repensar con criterio estratégico las infraestructuras particularmente de comunicación, la descentralización de las decisiones con un criterio más federal, la progresiva redistribución en el territorio de los conglomerados que hoy se hacinan en el AMBA, el desarrollo de un turismo más inteligente que permita a los trabajadores del conocimiento compatibilizar turismo con trabajo y así extender sus estancias, desarrollar talento propio, aplicar esa inteligencia a poner en valor nuestros recursos y desarrollar un economía más diversificada y resiliente, y recuperar la autoestima y la ilusión de crear un País mejor.
Argentina tiene toda una tradición de valoración de la educación como el principal factor para la movilidad social ascendente, tiene todavía un considerable stock de conocimiento heredera de esa educación, ha desarrollado una industria del software que ya representa el segundo rubro mas importante de nuestras exportaciones, cuenta en cada provincia con al menos una Universidad Nacional integrada a un Sistema de Ciencia y Técnica, que aunque francamente mejorable, puede y debe contribuir al desarrollo y puesta en valor de los recursos humanos y naturales de esas provincias. El Estado, más allá de fortalecer el Sistema de Ciencia y Técnica y generar políticas que estimulen la inversión privada en I+D, tiene que ser mucho mas proactivo en su acompañamiento al sector privado orquestando y direccionando el crecimiento, promoviendo proyectos tractores (mission-oriented) que movilicen todos los recursos de investigación públicos y privados en pro de una mayor innovación y abocados a la concreción de resultados tangibles, y apostando por el emprendimiento y la formación continua de las personas que son el verdadero soporte del nuevo modelo económico.
En otras palabras, un pilar fundamental en que podría apoyarse un modelo de desarrollo de Gardening están o pueden desarrollarse. Solo hace falta la visión y la voluntad política de ponerlo en marcha.
*Exsecretario de Minería de la Nación