¿Se imagina el lector que Klaus Schawb, el líder del Foro Económico Mundial, afirme que las personas no somos interesadas, las empresas no buscan maximizar el beneficio, y que el objetivo de la sociedad no es el desarrollo económico sino la felicidad? De alguna manera, esto es lo que plantea Schwab en la iniciativa de El Gran Reinicio.
¿Idealismo retórico o realismo transformativo? Si esta iniciativa tiene sustento en la realidad, ¿qué transformaciones veríamos en el capitalismo mundial? Y además,¿qué relación tendría con “el capitalismo noble” impulsado por nuestro presidente Alberto Fernández? Ante estos tres interrogantes, propongo tres reflexiones.
Primero, el dilema de la retórica idealista o la transformación real. Como señala Schwab, cada cinco años hay llamados a grandes iniciativas que proponen algo similar: se cuestionan fuertemente el actual modo de hacer negocios y proponen modelos ligados a la creación de valores socialmente compartidos y a la ética pública y privada. Entre los ejemplos más relevantes pueden citarse los Objetivos del Milenio de 2000 o los Objetivos de Desarrollo Sustentable de 2015 de Naciones Unidas. Sin embargo, como afirma Warren Buffet, una de las personas más ricas del mundo, en una entrevista: “El problema real, en mi visión, es que la prosperidad ha premiado desproporcionadamente a las personas más ricas”.
Pero el dilema de la retórica o transformación solo se resuelve cambiando la mirada, primer paso de la transformación. Tomando datos de la realidad, en 1993, el Consenso de Washington puso su mirada en el PBI per cápita como indicador y el efecto derrame como estrategia para Latinoamérica, y la única transformación conseguida es ser la región más inequitativa del mundo desde la década del 90.
¿Qué pasaría si los líderes pusieran su mirada en el desarrollo integral sustentable, centrado en las personas, las familias y las organizaciones intermedias, en vez del crecimiento económico como propósito? Este propósito integral se apoya en las realidades que llevaron a ganar premios Nobel a Amartya Sen en 1999 y a Abhijit Banerjee, Esther Duflo and Michael Kremer en 2019. Igualmente, la evidencia empírica demuestra que la familia es factor de desarrollo infantil y social, al generar mayor desarrollo económico, mayor movilidad, menor pobreza y menor desigualdad. Para ser claros: el llamado de Schawb se apoya en datos, no relatos.
Atendiendo a la segunda pregunta: ¿Qué transformaciones veríamos en el capitalismo mundial? Una reciente entrevista a seis líderes académicos y ejecutivos internacionales da cuenta de varios cambios que empiezan teniendo a la vez una visión enriquecida (la que respondía a la primera pregunta), metas centradas en las personas, la economía al servicio del bien común, el trabajo cooperativo en red y acciones concretas a nivel local y escalables globalmente. Iniciativas como B Corporations, Imperative 21, Blueprint for Better Business y Conscious Capitalism son algunos ejemplos.
Por último: ¿Qué relación tiene la iniciativa de Davos con “el capitalismo noble” impulsado por nuestro presidente Alberto Fernández? Mucha relación en la letra y en el potencial de transformación a desarrollar. En la letra, porque el llamado al gran reinicio se vincula con nuestra carta magna, que trasciende los gobiernos de turno. En la Constitución están escritas las ideas de la centralidad de la persona, incluyendo las más vulnerables (por ej. art 75.23), el rol de la familia, las asociaciones y las provincias (por ej. Art 14 bis y 75.19), y el propósito del desarrollo humano, progreso económico y justicia social (art 75.19). En el potencial de transformación, por nuestra identidad y cultura abierta y solidaria a la vez, y los sectores estratégicos en los que Argentina es líder (como la soja) o tiene el potencial de serlo (como los servicios informáticos, turismo, hidrocarburos). El reciente lanzamiento del Consejo Económico y Social, que trasciende los gobiernos de turno y se aprobará por ley, es una oportunidad para transformar las potencialidades argentinas en desarrollo integral sustentable real. Está en nuestra visión y acción la posibilidad de pasar de la retórica idealista a la transformación real.
*Profesor del IAE Business School, Universidad Austral.