Antes fuimos amigos.
Era en los setenta, y nos encontramos mucho. Horacio siempre fue un intelectual, un pensador, un hombre unido a un libro.
Recuerdo el día que me encontró llevando en brazos Filosofía de la historia de Hegel, aquello dio para mucho. Horacio insistía que un político que intentara leerlo era un desafío.
Horacio siempre fue un intelectual, un pensador, un hombre unido a un libro
Lo detuvieron mientras yo era diputado, en el setenta y cuatro, ayudé a su salida. Nos escribimos durante el exilio, nos reencontramos en el regreso, era el tiempo de la revista Unidos. Formé parte del grupo que la sostenía, ayudábamos en tiempos de Alfonsín.
Una solo vez escribí en esa revista, que había alcanzado su respeto social, escribí sobre Borges, Horacio me ayudó editando. Fueron tiempos de encuentros, convivencia, esfuerzos en común para una nueva política.
Murió el sociólogo Horacio González tras estar 34 días internado por Covid-19
Fui secretario de Cultura de Menem en gran parte por mi relación con Horacio y su grupo, además de otros.
Hubo una fractura con la violencia, coincidimos en diferenciarnos. Hubo una fractura con los Kirchner, en esa nos fuimos distanciando.
Fue una gran persona y un amigo importante, de los que duele haberse separado. Tuvimos más historias, complejas, solidarias, siempre estuvo cuando lo necesitaban.
Escribió un libro que para mí se titulaba “Historia del hombre que dio un grito de corazón”. Me lo había regalado y no pude encontrarlo, ni siquiera estoy seguro. Sus diálogos con Jorge Rulli, profundos, desafiantes, lo iniciaban diciendo “somos espíritus en estado de disponibilidad”. Un librito en portugués que tengo a mano, muchas noches de guisos y de charlas. Siempre tuve ganas del reencuentro, no se dio.
Siempre tuve ganas del reencuentro, no se dio
Al inicio del gobierno de Néstor convoque a Beatriz Sarlo y Tulio Halperín Donghi a un almuerzo con Néstor y Cristina. Esa era mi propuesta, ellos pensaban distinto, yo soñaba con el Perón de la Unidad, Néstor decidió otra cosa. Y se formó un grupo que terminó por distanciarnos a todos. Horacio fue el mejor más allá de la distancia.
Yo nunca me animé a leer a Hegel, igual nos separamos por otra cosa.
Un amigo distante duele más.
Adiós Horacio