¿Alguna vez te despertaste inspirado, con ganas de progresar y de poner algunos viejos planes en acción y, de repente, te topás con un economista vaticinando que Argentina va a estallar y que el dólar va a saltar hasta triplicar su valor, entre otras calamidades?
Pronosticar catástrofes parece ser el hobby o motor de muchos oradores económicos y políticos, que no se dan cuenta del daño que hacen a aquellos que ya dieron el primer paso y lograron tener su comercio o que están en proceso de transformarse en emprendedores. Esto es altamente negativo y provoca un freno en el proceso de expansión de cualquier individuo.
El trabajo de construcción de la marca y del progreso como emprendedores se frena automáticamente cuando el miedo supera nuestra razón. Un estudio realizadopor la Universidad Estatal de Pensilvania (EE.UU.) refleja que el 91% de las preocupaciones de las personas no se hacen realidad, pero se alimentan de sus miedos como si fuesen una verdad absoluta y nos perjudican en gran medida.
Por eso, cada fin de año, además de realizar balances de lo sucedido, es una gran oportunidad para dejar de lado nuestros miedos y pensar que comienzan 365 días de desafíos y oportunidades. Un buen momento para reflexionar en soledad y en silencio, poner un stop en nuestras vidas, abstraernos del mundo por un par de horas, y con un lápiz y un papel fijarnos objetivos y metas comerciales y profesionales.
Tenemos que ser conscientes que estamos en un país con un suelo bendecido, con una población extremadamente creativa y resiliente, donde todo lo bueno está por suceder y que solo nos falta un empujón para volver a crecer y donde esas grandes oportunidades se pueden hacer realidad.
Pero todos los cambios empiezan desde uno y desde adentro hacia afuera, en otras palabras, nuestro mundo interior va a ser el que cree nuestro mundo exterior.
Para eso, compartimos algunas estrategias de fácil aplicación y de rápidos resultados. En las próximas dos semanas crear, al menos, dos hábitos productivos como puede ser comenzar a trabajar en bloques de tiempo: al menos 15 minutos por día de lectura productiva; tomarse un café con uno mismo para pensar en lo que queremos emprender; dedicar 20 minutos lejos de distracciones electrónicas para estar en soledad y escribir lo que nos gustaría mejorar comercialmente, ponerle un plazo de tiempo y sumarle alguna estrategia, etc.
Mantenernos motivados: una de las estrategias
para lograrlo es marcarnos objetivos en la vida. Para salir de la mediocridad hay que ponerse metas y objetivos claros y ponerles un plazo de tiempo.
Otro desafío importante es hacer foco en lo que realmente queremos. Pensar cómo nos vemos de acá a tres o cinco años, dónde queremos llegar con claridad y, una vez que lo tengamos definido, hacer foco en eso y no distraernos.
El poder de un sistema de networking personal: los contactos, relaciones y conocidos son una llave maestra para iniciar canales comerciales, como así también para tener un feedback sobre distintos planos comerciales, cultivar y cuidar muchísimo esta estrategia va a nutrir nuestro negocio.
Inteligencia emocional: Hablarnos, motivarnos y tener presente que las emociones están sobrevaluadas. Descartar el miedo, lo que nos frene y nos distraiga del objetivo.
Darnos oxígeno: ¿hace cuánto no nos tomamos unos días para descansar? Es casi una obligación salir al menos unos pocos días de vacaciones. Esto no es un lujo y es necesario para cambiar el paradigma y darle oxígeno a nuestro cerebro. Lo que nos va a catapultar a un segundo nivel va a ser nuestra creatividad e ideas y eso no aflora haciendo todos los días lo mismo.
Debemos ser ambiciosos a la hora de escribir objetivos y metas. Esta vida no es un ensayo general, es nuestra presentación definitiva, no perdamos el tiempo con cosas chicas. Se puede y vale la pena el esfuerzo de comenzar a ser más disruptivo. No debemos tener miedo a soñar en grande, pero si recordar que, para soñar, el primer paso es estar muy despierto. Hagamos que nuestros objetivos sean realmente altos, ¡animémonos!
*Especialista en Educación Financiera y Emprendedurismo.