La base fundamental de una efectiva entrevista es probar que usted puede hacer el trabajo al que postula, más aun, que lo puede hacer de forma excepcional. Esta conclusión es el resultado de un aprendizaje de muchos años con los mejores headhunters, con quienes me relacioné para contratar ejecutivos para las compañías multinacionales con quienes trabajé y de la experiencia de contratar como consultor a docenas de ejecutivos de alto nivel.
La verdad es que un currículum no es tan útil como se piensa. Los headhunters saben que el mismo, por sí solo no hace ingresar a alguien a una compañía, ya que no puede responder preguntas sobre la persona o su futuro. Todo lo que hace es describir su pasado y este pasado muchas veces es irrelevante, porque no puede demostrar a ciencia cierta que usted puede realizar el trabajo que la empresa necesita que se haga. Lo que se debe hacer es proporcionar al potencial empleador ejemplos claros de lo que podría hacer por él.
Sea específico con cada tipo de empresa con la que se entreviste. Definitivamente tendrá que crear un currículum diferente para cada una, colocando frases específicas de cómo podría agregar valor. Mi experiencia me demuestra que son muy pocos los candidatos que conocen a fondo a las empresas que los está entrevistando y aún son muchos menos los que tienen alguna idea clara de cómo podrían agregar valor, o qué tendrían que hacer específicamente si es que fueran contratados para esa posición, lo cual paradójicamente, es lo que está esperando escuchar el empleador.
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El vínculo entre el entrevistado y el empleador nace antes de la entrevista. Por ejemplo, un buen headhunter no envía a ningún candidato a una entrevista a no ser que el candidato esté claramente calificado para el trabajo y que además su personalidad encaje con la forma de trabajar en la empresa. Llegar a este punto le demandará la tarea de conocer a la empresa, sus parámetros y oportunidades antes de entrar a la entrevista y esto requiere mucha investigación de su parte. Sobre todo, entender la posición de su nuevo jefe potencial y analizar los desafíos que enfrentará.¿Qué mejor que estudiarlo analizando su perfil en las redes sociales, como LinkedIn o la web? Investigue si tiene conocidos en la compañía que le puedan hablar sobre la cultura empresarial y su potencial jefe.
Una vez que investigó a la compañía y logró conocer sus productos, retos y metas, así como su cultura y sus competidores, el próximo paso es practicar “hacer el trabajo”. Hay que prepararse pensando en varias iniciativas que podría plantear si estuviera en el cargo: hacer buenas preguntas es clave, pues demuestra que entiende el trabajo. Pregúntele al gerente que lo está entrevistando qué esperaría de usted. Demuestre que está preparado para solucionar un problema, enfrentar el desafío y alcanzar las metas que él espera. Explique cómo la compañía podría aumentar sus ventas, ganar dinero o reducir costos contratándolo y lo más importante, hágalo basándose en alguna experiencia pasada que haya tenido. Cada una de estas iniciativas contribuirá a que la entrevista sea positiva, demostrando que usted posee mucho conocimiento y proactividad.
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La cruda verdad: ¡El empleador quiere contratarlo! Una empresa hace entrevistas para contratar a la persona más adecuada para el trabajo. El gerente que está contratando se sentirá súper feliz si la persona que está buscando es usted. ¿Por qué? Simplemente porque dejará de entrevistar y se dedicará a continuar con su trabajo.
Mucha gente trata una entrevista como un interrogatorio, donde el empleador hace preguntas y el candidato da respuestas. Los buenos headhunters tratan a toda costa de evitar este escenario. El secreto está en encarar la entrevista como su primer día de trabajo. Su actitud debe ser como la de un empleado que entra a conversar con su jefe sobre una nueva iniciativa, más que la de un candidato que está esperando a que le hagan una oferta.
“Para conseguir un trabajo, haga su nuevo trabajo”. Me recuerda a un amigo que asesoré sobre cómo conseguir la gerencia general de una gran cadena de supermercados a nivel multinacional. El vicepresidente de la cadena, le había dicho que no tendría más de 20 minutos para escucharlo. Este amigo estudió los mercados donde estaba posicionada la empresa, consiguió cifras del mercado, visitó algunas tiendas, habló con muchos empleados y clientes, y estudió los reportes financieros que se publicaban, entre otras cosas. El vicepresidente que lo entrevistó quedó con la boca abierta y la mandíbula en el piso debido a la claridad de sus pensamientos y conocimientos del negocio. No hubo necesidad de más entrevistas, la reunión terminó durando dos horas y finalmente fue contratado.
En conclusión, tomar la iniciativa para entender a su futuro empleador es la clave para conseguir el trabajo que quiere, pero más importante aún, es convencer al empleador de que usted puede hacer el trabajo que él necesita. Olvídese de las entrevistas que se convierten en interrogatorios con tono defensivo y focalice proactivamente su conversación en demostrar con entusiasmo cómo podría agregar un valor tangible y específico a la empresa. No demuestre que está buscando “solo” un trabajo porque no demostrará compromiso ni pasión.