El gobierno de Alberto Fernández pareciera que para tener cierta estabilidad descansa sobre tres pilares. El primero es desandar todo lo construido por Mauricio Macri como forma de mostrar identidad de gestión, el segundo es conceder todo lo que pide la Vicepresidente hasta solucionar el problema económico, y el tercero es activar las herramientas de propaganda existentes, para hacernos vivir la ficción del relato.
Papá, cuéntame otra vez…lo mismo
La ficción de la gestión
La cartera de Salud del gobierno fue la primera en introducirnos a ese mundo ficcionado, reflotó el cuestionado protocolo de aborto no punible, medida nada urgente pero que tenía impacto en el propio electorado. Luego vino la parodia de las vacunas y el cruce con el ex ministro del área. El choque del mundo del relato con la realidad no se hizo esperar. La Organización Mundial de la Salud advirtió que el coronavirus podría convertirse en una pandemia, pero Ginés González García se mostró más preocupado por el dengue y el sarampión; en efecto, mientras la enfermedad se extendía, éste nos invitaba a que nos sumemos al “autocontrol”. Fue entonces el desborde en Italia el que los hizo reflexionar, pero no tanto, porque todo se resumía a una declaración jurada de los pasajeros que llevaban de ese país europeo. Como hemos señalado, hasta ahora este fue el gobierno del relato sin gestión, el Consejo del Hambre, la tarjeta alimentaria, el Tribunal para juzgar periodistas y opositores de Baltazar Garzón y Barcesat; y el control de precios realizados por Ministros de la Nación han sido anuncios, algunos oficiales y otros no tanto que configuraron el hasta ahora gobierno de “mentirita”. Sumemos ese engendro que mezcla reforma jubilatoria con judicial, cuyas consecuencias aún desconocemos por su magnitud y capacidad de daño.
La identidad en la deconstrucción
La gestión en Seguridad nos ha dejado perplejos por todos los retrocesos ocurridos en apenas dos meses de mandato. La presentación desalineada de la ministra Sabrina Frederic frente a las fuerzas, la derogación del protocolo para el uso policial de armas denominado “doctrina Chocobar”, la prohibición del uso de las tasers, la eliminación del Servicio Cívico Voluntario, el control de los DNI en los trenes, y la muy sugestiva derogación del decreto que transfería el programa de protección de testigos al Poder Judicial, configuran una buena muestra que ante la falta de ideas superadoras, bueno es destrozar lo que hizo el gobierno anterior para diferenciarse. Esta curiosa estrategia enfrenta dos realidades, mientras la ministra de Seguridad tuiteaba “sin puesta en escena” alardeando el decomiso de 1875 kilos de marihuana, nos enterábamos que un avión que salió de nuestro país fue interceptado en México con una tonelada de cocaína. Esto sumado a que la gente en el conurbano bonaerense se moviliza a diario pidiendo protección y el Ministro Saín considera que las decenas de muertes en Rosarios son “un tema estacional”.
Un discurso a favor del aborto
Un gobierno a la medida de la Vice y los amigos
Los nombramientos han sido a medida de Cristina Fernández, desde el yerno de Rossi al BCRA, Reposo a la AFIP, el abogado de la familia Kirchner, Ricardo Nissen a la IGJ., Rosario Lufrano a la TV pública, Chacho Alvarez a la embajada de Perú, Alicia Castro a Rusia, Lorena Riesgo (pareja de Baradel) cargo con Kicillof, Aníbal Fernández a YCRT y Aníbal Ibarra en el BCRA y los ejemplos continúan. El gabinete nacional tiene como ministros incondicionales de Alberto a poco más de tres personas, entre ellos el menemista Felipe Solá, el nieto de Antonio Cafiero y su amigo todoterreno Vitobello; siendo el resto parte de negociaciones con su Vice.
El discurso completo de Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa
La defensa de los intereses judiciales de Cristina Fernández, forma parte de ese “gobierno a medida” y encuentra en Julio De Vido a uno de sus principales defensores, el que estuvo muy activo en twitter contra el Presidente de la Nación. La respuesta no se hizo esperar, y fue Cafiero quien dijo que no hay presos políticos en la Argentina, lo que sí hay son detenciones arbitrarias, de esta forma el Presidente trata de desmarcarse de un tema que lo pone contra las cuerdas, pero al mismo tiempo del máximo interés superior de “La Jefa”. De la misma manera que lo hace “don Julio”, el Ministro del Interior Wado de Pedro y Oscar Parrilli piden por la libertad de detenidos como Milagro Sala, pero para eso van un paso más allá, está en sus planes la intervención del Poder Judicial de la Provincia de Jujuy. Como vemos, no solo se trata de usar al Estado como una agencia de empleo, sino también de poner a disposición todas las herramientas necesarias para ordenar sus problemas con la justicia.
Este gobierno a medida de Cristina, sin rumbo y que encuentra su identidad de gestión en desandar lo realizado por el anterior, no es más que un caldo donde el Presidente es cocinado a fuego lento.
* Abogado. Dirigente del Partido Unite por la Libertad y la Dignidad. Ex candidato a Diputado de la Nación.