Pensaba escribir antes de la votación en el Congreso, pero por una cuestión de tiempo y trabajo no pude hacerlo. De todas maneras mi opinión no se modificó y confieso que, como argentina, escribo desde una gran tristeza.
Elegí el título pensando que con esta ley se pierde la vida del inocente, la madre queda desbordada y al padre ni se lo nombra.
Antes que nada me presento. Soy María Valeria Quinteros Conticello, médica psiquiatra egresada de la UBA. Realicé mi residencia en el hospital Alejandro Korn, en la periferia de La Plata, y durante años trabajé en el municipio de Almirante Brown. En la actualidad me desempeño como psiquiatra en el hospital Churruca.
Elegí ser médica para ayudar a las personas a vivir mejor, decidí ser psiquiatra para brindar mi apoyo a esas personas que presentan alteraciones mentales y, en general, son excluidos. Siendo estudiante me asombré al ver todas las modificaciones que realizan dos células (óvulo y espermatozoide) que pasan a ser una; con distinto ADN, con distinto corazón, cerebro y demás órganos. Considero que la vida comienza allí y debe ser respetada, cuidada y valorada como tal. Independientemente de la voluntad de sus padres, ese nuevo ser existe y debería ser protegido por su estado de vulnerabilidad.
Es importante tener en cuenta que durante el embarazo se generan mecanismos endocrinos protectores que permiten que esa mujer se sienta más plena y pueda brindarle al niño que está en su vientre un lugar, con esto basta observar los cambios externos e internos que se producen; así mismo en el reino animal, sobre todo en los mamíferos, quedan claras estas modificaciones con el comportamiento al que se conoce como "conducta maternante" (basada en el aumento de la hormona oxitocina, que también se produce en los humanos).
En la práctica cotidiana está evidenciado que cuando una mujer decide, por cualquier medio, interrumpir su embarazo se genera un desequilibrio hormonal, que puede llegar a presentar síntomas de angustia, depresión, ansiedad e incluso hasta el suicidio. Esto puede suceder a continuación del aborto o permanecer latente; pero se debe tener claro la mujer no vuelve a ser la misma. Esto impacta negativamente sobre su cabeza y sobre sus órganos internos. Estas situaciones deben tenerse en cuenta cuando se habla de Salud Pública dado que una mujer deprimida también pierde parte de su potencial. Sería bueno plantear que hay otros medios o formas para evitar este desenlace que termina con la muerte del inocente.
Se habla mucho sobre si la madre desea o no ese embarazo y de padres que se ausentan. Considero que, contemplando esas situaciones, deberíamos promover una Ley de Adopción que brinde contención a esa mujer y a ese niño que viene en camino y podrá ser acogido en una familia luego del nacimiento. De esta manera una mujer que embarazada decide no ser madre, podría tener otro tipo de contención.
Creo que esta ley tiende a abolir lo más importante y respetado que debe ser el derecho a vivir. Tapar el tema de la pobreza o la muerte de mujeres víctimas de violencia con esta ley es solo una pantalla que no suma ni nos une como argentinos.
*Médica Psiquiatra
