Finalmente llegó el tan conversado 11 de agosto y tuvimos nuestras PASO. Ahora vendrá una etapa de comentarios concentrados seguramente en los resultados, aún cuando hay otros temas que no debieran ignorarse, como por ejemplo la pertinencia de esta consulta.
Las PASO nacen a la vida política con la Ley 26.571 denominada por los propios legisladores como “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”. Por medio de la misma los “representantes del pueblo” imponen a sus representados una nueva obligación, con una diligencia que no siempre muestran para dictar leyes que impulsen el desarrollo económico que nos saque de la pobreza y el estancamiento; como tampoco las que perfeccionarían la recuperación por parte del Estado de los bienes sustraídos por actos de corrupción; o la no prescripción de este tipo de delitos para incrementar así la “la transparencia” en el manejo de los recursos del Estado.
Las PASO nacen denominada por los propios legisladores como “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral"
Diligencia legislativa que no impidió que las fuerzas políticas decidieran en componendas secretas quiénes serían sus candidatos presidenciales. Algo muy previsible pero que no alcanzó para desanimar los “nobles propósitos” de los legisladores, quienes por medio del artículo 19 de dicha ley, dispusieron que la elección tenga lugar “aún en aquellos casos en que se presentare una sola lista”.
Otro efecto de esta imposición legal es el alargamiento de la campaña electoral, con lo que se afecta no sólo el funcionamiento de las actividades del Poder Ejecutivo y del Legislativo, sino que dado el contenido demagógico de estas campañas se sigue alimentando en los ciudadanos la fantasía de que los problemas económicos y sociales que sufrimos desde hace décadas se solucionarán con sólo poner más dinero en los bolsillos de la gente.
En cuanto al significado de estas PASO el mismo se asimila al de una gran encuesta, con características diferentes a las difundidas hasta ahora, dada su mayor confiabilidad a partir que se recogen las intenciones del voto de todos ciudadanos y no de unos pocos que hacen parte de una muestra, la que se supone representativa del universo pero que siempre ofrece dudas.
Pasando ahora a los datos, escrutado cerca del 90 % de los votos la fórmula Fernández-Fernández aventaja a la de Macri-Pichetto por unos 15 puntos; resultado que se repite en la provincia de Buenos Aires. Ambos difíciles de revertir, más aun si tenemos en cuenta que en octubre los votos en blanco no se tienen en cuenta para el cálculo del porcentaje alcanzado. Puede pensarse en un efecto del “voto útil” que cambie en favor de alguna de las fórmulas si se teme el triunfo de la adversaria; así como una mayor afluencia de votantes empujada por los resultados actuales; o un posible cambio de escenario económico en estos largos dos meses que nos separan de octubre.
Pero la magnitud de la diferencia lleva a pensar que no será fácil revertir estas intenciones de voto. Solo resta saber si estamos frente a un futuro triunfo de los dos Fernández, o de existir diferencias entre ellos, al de uno solo de ellos. Si este fuera el caso deberá esperarse a saber cuál de ellos se impone para conocer qué Argentina tendremos en el futuro.
