Hay varios mitos en cuanto al estrés que están aceptados socialmente y que distan mucho de la realidad. Leyendas urbanas y "verdades" instauradas en el boca a boca. Entender qué es el estrés y cuándo pedir ayuda repercute positivamente en la salud de los pacientes.
1. El estrés es malo. Esto no es una verdad completa. Es malo cuando una persona sufre de distrés de grado 5 o 6. De todas maneras, cierto grado de estrés es necesario para el buen funcionamiento del organismo, el eustrés es necesario para mejorar la calidad de vida.
La clave se encuentra en saber cómo manejarlo, ya que en dosis adecuadas ayuda a que la persona se sienta más productiva y de mejor ánimo. Pero en demasía es nocivo.
2. El estrés nos afecta a todos por igual. Esto claramente no es cierto, ya que como se expresó anteriormente, no son los hechos que rodean a una persona lo que lo estresa, sino su interpretación de los mismos. Por lo cual, dos personas, ante los mismos hechos, pueden tener interpretaciones diferentes, lo que lleve a una persona a estar estresada o no.
3. El estrés es exterior. Esto está en relación al punto anterior, nada externo estresa a una persona, no pasa por un problema fuera de ella, sino más bien, de cómo interpreta esa circunstancia. De todas maneras, es claro que hay circunstancias que pueden ser mucho más inductoras a una situación de estrés, de todas maneras siempre va a depender de cómo cada persona lo tome.
Cómo afrontar situaciones de estrés en las crisis económicas
4. Si no hay síntomas, no hay estrés. Si a una persona no le duele la cabeza o si no se siente agotado, no significa que no sufra del síndrome general de adaptación. Cada persona recibe el “golpe” de una manera diferente, por lo que puede suceder que en algunos la respuesta se dé de formas más sutiles, lo que no significa que esté bien. Además, muchas personas suelen tener más rápidamente síntomas externos y otras personas, síntomas internos, por lo cual cada respuesta al estrés es diferente. En esto es importante aprender a leer el propio cuerpo y ver en qué situación se encuentra.
5. Comer y beber demasiado bajan el estrés. Muy al contrario, querer escapar de este problema con bebida o comida en exceso solo lo perjudican. Hay algunas comidas (chocolate, helado) que pueden producir una sensación momentánea de placer, de todas maneras es momentánea y hacer esto en exceso es realmente perjudicial.
Síntomas de estrés: consecuencias en el cuerpo y en la conducta
Los síntomas del estrés pueden estar afectando la salud de una persona, aunque no se dé cuenta de ello. Quizás se
pueda pensar que una enfermedad sea la culpable del dolor de cabeza persistente, el insomnio frecuente o la disminución de la productividad en el trabajo. Pero, en realidad, es probable que sea el estrés el que causa esto.
Los síntomas del estrés pueden afectar el cuerpo, los pensamientos, las emociones y el comportamiento. Saber identificar los síntomas comunes del estrés ya es un gran paso para poder manejarlos. Si no se controla, el estrés puede desencadenar muchos problemas de salud, como presión arterial alta, enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes.
Efectos comunes del estrés en el cuerpo: Dolor de cabeza. Tensión o dolor muscular. Dolor en el pecho. Fatiga. Cambios en el deseo sexual. Malestar estomacal. Problemas de sueño.
Efectos comunes del estrés en el estado de ánimo: Ansiedad. Agitación. Falta de motivación o de concentración. Agobio. Irritabilidad o ira. Tristeza o depresión.
Efectos comunes del estrés en el comportamiento: Comer en exceso o comer poco. Arranques de ira. Abuso de alcohol o de drogas. Consumo de tabaco. Retraimiento social. Hacer menos ejercicio.
*Flavio Calvo es Dr. en Psicología. Psicólogo presencial y online, docente universitario y autor. @calvoflavio