“Mica”, “Sofi” o “Naty” son los seudónimos de algunas de las “viudas negras” que pudieron ser desenmascaradas y terminaron en la cárcel. Otras chicas, como las protagonistas de los recientes ataques en el barrio porteño de Palermo o el caso de “Valentina” en San Isidro, todavía permanecen en el anonimato a pesar de que sus rostros salen con una simple búsqueda de imágenes en Google.
En la jerga policial, se llama “viuda negra” a las mujeres que seducen a hombres para luego dormirlos con somníferos y desvalijarles sus casas o departamentos. Es una de las modalidades delictivas más viejas, pero en los últimos años se potenció con la llegada de las apps de citas.
En Palermo, donde hubo tres robos similares en pocas semanas, uno solo tuvo su origen en Tinder, la red social más popular entre los que buscan pareja. Fue el caso del hombre de 61 años que conoció a una joven mujer y la invitó a su departamento del piso 16 de la torre Quartier Boulevar (ver aparte), en la avenida Juan B. Justo 1045.
El hijo de la víctima denunció el hecho en la comisaría C14 cuando su padre lo llamó para contarle que lo habían “intoxicado y golpeado”. El ataque ocurrió el 22 de marzo pasado, y la Justicia intervino al día siguiente.
De acuerdo con el relato que hizo el damnificado, conoció a la mujer por Tinder y poco después arregló con ella una cena romántica en su departamento. Los videos de las cámaras de seguridad del edificio registraron la llegada y la salida de esta misteriosa mujer, que curiosamente llevaba colocado un barbijo negro.
“Papá recién se pudo despertar pasadas las 8 de la mañana siguiente, doce horas después de haber bebido algo con esta mujer que lo drogó con algún psicofármaco. Balbuceando llamó a la guardia y ellos me llamaron a mí. Cuando llegué, estaba todo revuelto y él estaba lastimado, porque mareado se debe haber caído y golpeado”, explicó el hijo del hombre, en declaraciones a la agencia Télam.
La mujer ingresó cerca de las 20 horas y salió a eso de las 22.30 con una bolsa en la que se cree llevaba el teléfono celular marca Samsung de la víctima, las llaves del lugar y unos 100 mil dólares.
Pese a que su rostro se puede ver con claridad en los videos del edificio y en las cámaras de las calles linderas, esta “viuda negra” todavía no pudo ser identificada. “Se está trabajando para dar con ella y en las últimas horas hemos avanzado bastante”, reconoció a PERFIL uno de los investigadores que intervienen en el caso.
De acuerdo con las fuentes, el falso perfil que utilizó esta mujer fue eliminado y la cuenta de teléfono con el que intercambió los mensajes con la víctima está inactiva. “Una vez que cometen el hecho, descartan el aparato y el chip para no ser rastreadas. No dejan muchas pistas”, señaló otro de los detectives.
Para registrarse en Tinder, por ejemplo, solo se necesita asociar la cuenta a una línea teléfonica (para recibir un código de seguridad), una casilla de mail o Facebook. Para evitar caer en una estafa o una trampa sexual, los especialistas recomiendan analizar el perfil de la cuenta y, en lo posible, verificar si la foto es real.
“El riesgo siempre está”, responde a este diario otra de las fuentes sobre si existe un método efectivo que disminuya el peligro de ser víctima de un delito en medio de una cena romántica. “Hace poco tuvimos un caso de un hombre de 68 años que fue víctima de una chica de 24. Fue todo muy rápido, y la víctima nunca dudó hasta que se despertó y descubrió que le habían desvalijado la casa”, señaló este vocero.
La llamativa seguidilla de casos en Palermo comenzó a fines de febrero, cuando un turista extranjero fue víctima de dos viudas negras en su departamento de calle Guatemala al 5800. “Me llevaron a la cama, empezaron a reírse y todo se apagó”, reconoció el hombre, que no quiso realizar la denuncia.
“No me lastimaron. Mi pasaporte y las tarjetas estaban, pero mis dispositivos electrónicos no y la plata tampoco”, contó al diario Clarín. Las dos chicas fueron grabadas por las cámaras. Se cree que podrían haber actuado en otros casos, pero hasta el momento no pudieron ser identificadas.
El otro caso reciente en la zona también tuvo como víctima a un extranjero. Ocurrió días después del ataque en la torre Quartier Boulevar. Según fuentes policiales, el 27 de marzo pasado un hombre de nacionalidad venezolana fue víctima de un “viudo negro”. Lo llevó a un hotel de la calle Scalabrini Ortiz al 2400, lo drogó y le robó su teléfono Iphone y su computadora personal.
Pudor y vergüenza
Valentina es el nombre que eligió una viuda negra para seducir en Tinder. Publicó dos o tres fotos provocativas, algunos datos de supuestos intereses, y rápidamente llamó la atención de varios hombres. Uno de ellos, de 63 años, cayó en sus redes y terminó drogado y golpeado en su casa de San Isidro. “Estudio contabilidad y trabajo en la oficina de mis padres”, le dijo para generar confianza en una conversación por WhatsApp. Se encontraron en septiembre del año pasado, y el hombre terminó internado de los golpes que recibió. La mujer actuó con tres cómplices y nunca pudo ser identificada.
Según los investigadores, la mayoría de los casos no trascienden porque las víctimas tienen pudor o vergüenza a la hora de hacer la denuncia. Algunos hechos avanzaron y llevaron a la cárcel a las autoras, como el caso de la viuda negra de Balcarce (foto), detenida el año pasado por varios hechos.
Quartier Boulevard
Una torre lujosa con un antecedente trágico
El imponente edificio Quartier Boulevard de la avenida Juan B. Justo, entre Soler y Guatemala, fue escenario de otro episodio policial. En enero pasado una mujer cayó desde el piso 25 y perdió la vida en el acto, lo que generó una enorme conmoción en el lugar.
El cuerpo impactó violentamente contra la estructura de vidrio y metal que cubre la entrada de la torre. “Yo estaba sentado, escuché un grito y la vi caer como una bala. Parecía una bolsa de papa”, contó ese día un artista callejero que estaba a unos pocos metros. “Después me acerqué y me descompuso lo que vi. No tendría que haber ido”, agregó.
La escena era dantesca, porque el cadáver había quedado desmembrado, con la parte superior en el piso y los miembros inferiores en la estructura.
Hasta el lugar llegaron los bomberos del Cuartel de Bomberos, quienes finalmente rescataron el cuerpo.
De inmediato, la Justicia ordenó el secuestro de las cámaras de seguridad del edificio y de la zona y tomó declaración a los vecinos que estaban en el edificio a la hora del hecho.
El personal de seguridad privada del lugar, por ejemplo, aseguró a los policías que trabajaron en la escena que previo a encontrar el cuerpo se escucharon gritos y después un fuerte ruido.
Si bien se trabajaron varias hipótesis, la más fuerte es la de un suicidio. “La víctima había intentado quitarse la vida a fines de 2021 y se encontraba bajo tratamiento psicológico”, dijo uno de los investigadores.