El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, consideró que "la situación de las pulseras que se colocan a presos con arresto domiciliario tiene que ser analizada y revisada", luego del caso del múltiple asesinato del matrimonio Mansilla y sus dos hijos, ocurrido en el partido bonaerense de Campana y provocado presuntamente por un hombre que tenía colocado ese dispositivo.
Fernández dijo que el arresto domiciliario con la pulsera magnética "no fue concebido para casos como el de Angel Fernández", uno de los principales sospechosos por el crimen, quien gozaba de un arresto domiciliario a pesar de haber sido condenado por homicidio y violación.
En declaraciones a radio América, el ministro afirmó que este tipo de reclusión es "para casos leves: señores mayores, mujeres en condiciones de embarazo o con chicos, y situaciones muy particulares, pero siempre de delitos de menor cuantía, para quien no representa un peligro para la sociedad".
Por otra parte, evaluó que "el gobernador Daniel Scioli ha encarado con firmeza el análisis de la actuación del magistrado que ordenó la soltura (el juez de Garantías de San Martín, Nicolás Schiavo), o por lo menos condicionada con la pulsera, del autor de estos hechos terribles y que terminaron con esta macabra situación. Es el punto más importante en este caso".
"La situación de las pulseras estas tiene que ser analizadas y revisadas. Tienen que tener todas las condiciones y garantías de seguridad para que no puedan ser quitadas en primer lugar, que no puedan ser burladas", prosiguió.
Empero, evaluó que "en estos casos, bajo ningún punto de vista" se puede beneficiar al preso con el arresto domiciliario: "Yo no creo ni en la mano dura ni en la mano blanda, sino en ajustarse al derecho. Si el derecho dice que usted cometió un delito, y le marcan una pena determinada, cúmplala, punto. No demos más vueltas".
Fuente: DYN