Una adolescente de 16 años es intensamente buscada. Se la vio por última vez el jueves pasado, cuando regresaba del colegio a su casa de la localidad de Villa Madero, en el partido de La Matanza. Su padre dijo que hace tres meses la habían querido secuestrar.
La joven se llama Briana Reganzani. La última persona que la vio es una compañera del colegio, de la que se despidió en la esquina de Rivera y Cabildo. Ambas salieron de la escuela y en esa dirección se separaron, algo que hacían habitualmente. Briana caminó sola unas cuatro cuadras más pero nunca llegó a su casa.
El último contacto con Briana fue a través de un llamado telefónico que le hizo a su mamá, Miriam, mientras que su última conexión a WhatsApp fue a las 14.07, cuando intercambió mensajes con su novio.
Una cámara de seguridad de la zona registró cuando la adolescente caminaba con su compañera.
Según contó la compañera de Briana, a las jóvenes les llamó la atención que cuando caminaban rumbo a sus casas un auto pasó dos veces por la cuadra. Les pareció sospechoso pero no le dieron importancia en ese momento.
“No tuvo ningún problema con nosotros, queremos que aparezca. Estamos desesperados. Se habla de un auto rojo que pudo habérsela llevado”, relató a la prensa su papá, Guillermo, agregando que hace tres meses “intentaron secuestrarla”. La
familia de la chica, junto a vecinos, se concentraron ayer en la puerta de la comisaría pidiendo la aparición de la adolescente.
“Ella salió del colegio 13.45 y caminó con una amiga y la mamá por la calle Rivera. En la esquina de Cabildo se separaron y desde allí le perdimos el rastro. Estamos desesperados, nunca se había ido de casa, ya pasó casi un día”, informó Marcela, tía de Briana.
El padre de la joven contó que su hija tenía una aplicación en su celular que funciona como un botón anti-pánico, y que lo instaló hace unos meses luego de que la joven sufriera un intento de secuestro, también cerca del colegio.
La denuncia fue radicada en la Comisaría 1ª de La Matanza como averiguación de paradero. Interviene la fiscalía a cargo de Andrea Palín (UFI 9).
Briana mide 1,50 metros, tiene el cabello castaño claro, ojos miel, no tiene tatuajes y es de contextura delgada. Cuando desapareció llevaba el uniforme verde y una campera negra.