Un día después de que la fiscalía pidiera la detención e indagatoria de Irene Hurtig, hermanastra de María Marta García Belsunce, el viudo Carlos Carrascosa rompe el silencio desde la cárcel de Campana, donde permanece detenido acusado por el crimen de su mujer el 27 de octubre de 2002.
"Los hechos me están dando la razón, cada vez puedo creer menos en la justicia argentina. Yo soy totalmente inocente”, jura Carrascosa en una entrevista que el diario Crónica publica esta mañana. "Si María Marta estuviera viva, agarraría una ametralladora y los mataría a todos, porque no podría entender tanta injusticia”, agrega contundente.
“Ni Irene, ni Guillermo (Bartoli) ni yo matamos a María Marta. Por eso lo primero que hice cuando me enteré fue llamarla y decirle ‘gorda fuerza, nosotros adherimos a la verdad siempre, y la verdad a la corta o a la larga va a salir. Esperemos y sigamos luchando’”.
En el reportaje, el viudo confiesa su miedo a morir en la cárcel: “Soy hipertenso. El ex presidente Kirchner se murió el mismo día que María, y yo también tengo una carótida tapada como él. Estoy tomando la medicación. Bajé 9 kilos, camino todos los días una hora. Estoy yendo por primera vez a la psicóloga para bajar el estrés pero acá se hace muy difícil. Cuido mi salud, quiero estar vivo para saber quién mató a María”.
Su actualidad gira en torno al armado de un libro sobre su vida con las conclusiones del caso (un expediente de 60 cuerpo) y una rutina diaria que comienza a las seis de la mañana.
En Crónica, recuerda que María Marta era “el paladín de la Justicia y está pasando por esta injusticia y su crimen está impune. En mi casa se encontró rastros de sangre de un hombre y de una mujer, que no son nadie de la familia. ¿Quiénes son esas personas?”.
Como en otras ocasiones, le apunta al fiscal que motorizó la acusación en su contra:“Acá hay un solo culpable de que no se sepa quién mató a María y ese es el fiscal Diego Molina Pico, por su ineficiencia. Siempre miró para un solo lado y no abrió la causa a todas las posibilidades. No pidió la autopsia, que se hizo recién 43 días después, y nadie lo sancionó”.
Al mismo tiempo, reconoció que “en cuanto al pituto, reconozco que fue un estupidez tirarlo. Yo entré en el último minuto al baño, les dije que no tenía ni la menor idea, que los médicos habían desparramado de todo, que a María no me la devolvía nadie y me fui. Fuimos nosotros los que le dijimos al fiscal del pituto, entonces ¿de qué encubrimiento me hablan?”.
En su opinión, la hipótesis del vínculo con el cartel de Juárez para explicar el móvil, también promovida por Molina Pico, es “algo que después no lo pudo sostener ni en su alegato”.
En la grabación por la que quedó incriminada Irene Hurtig, según Carrascosa, “el llanto de mujer que se escucha es de la masajista Beatriz Michelini. Estaba tratando de reanimarla. Es un disparate la acusación”. Los fiscales, sin embargo, confían en que se trata de la hermanastra. “Yo estoy condenado, si camino por la calle tengo un carcelero en cada cuadra. ¿De qué peligro de fuga me hablan? Hace 9 años que estoy preso. Entro a un bar y hay 20 personas que me quieren y otras 20 que me quieren matar. Eso también es estar preso".