Un fiscal de juicio pidió hoy reclusión perpetua para cuatro de los imputados del secuestro y homicidio del adolescente Diego Peralta, cometido en julio de 2002, y penas de 5 y 15 años para los otros cuatro acusados, informaron fuentes judiciales.
El debate continuará mañana desde las 9 en los tribunales federales de La Plata con los alegatos de los defensores y por la tarde se dará a conocer el veredicto.
El fiscal platense Carlos Dulau Dum pidió la reclusión perpetua para Marcelo "Chelo" Cejas, Julio César Rotella, David "Chaca" Pereyra y Rosa Pistillo, alias "La Gorda Rosita", como "coautores" de los delitos de "secuestro extorsivo seguido de muerte" y "homicidio calificado por alevosía, ensañamiento, la participación de dos o más personas y para ocultar otro crimen".
Al describir los agravantes genéricos del accionar delictivo de los sospechosos, el fiscal enumeró el cobro del rescate cuando la víctima ya estaba muerta, que Peralta era menor de edad, la nocturnidad en la que se resguardaban y la crueldad con la que mataron al adolescente.
Respecto de estos cuatro imputados, José Vera, abogado de la querella, también pidió el máximo castigo previsto en el Código Penal en base a la misma calificación legal.
En tanto, el fiscal pidió 15 años de prisión para Enrique "Baty" Báez y Lauro "El Chino" Shimabukuro al considerarlos "partícipes primarios" del secuestro extorsivo y 5 para el remisero Fermín Amarilla por entender que actuó como "partícipe necesario" del mismo delito.
Por último, Dulau Dum pidió al Tribunal Oral Federal (TOF)1 de La Plata que condene al octavo imputado, José Pablo García, a cinco años de cárcel por el delito de "tentativa de extorsión", mientras que Vera solicitó seis años y seis meses.
Por su parte, el letrado querellante pidió al TOF, integrado por Carlos Rozanski, Horacio Insaurralde y Norberto Lorenzo, que extraiga copias del expediente y las remita a la fiscalía en turno para que investigue por encubrimiento e incumplimiento de deberes de funcionario público a los policías que trabajaron en el caso.
Es que para la querella, los efectivos que intervinieron en la causa en julio de 2002 tuvieron fallas en varios tramos de la investigación, como, especialmente, en el seguimiento del pago del rescate efectuado por el padre de la víctima.
La jornada de hoy se llevó a cabo en el edificio judicial ubicado en calles 8, entre 50 y 51, bajo estrictas medidas de seguridad dispuestas por el tribunal, el mismo que ya condenó a perpetua al represor Miguel Etchecolatz y al ex capellán de la policía, Cristian Von Wernich.
Las precauciones se tomaron hoy debido a que en las anteriores dos audiencias se registraron algunos incidentes con una persona del público y un testigo de identidad reservada.
Diego Peralta, de 17 años, fue secuestrado la mañana del 5 de julio de 2002 en la localidad bonaerense de El Jagüel cuando se dirigía en un remís, conducido por Amarilla, al colegio privado al que asistía.
Los captores llevaron al chico a una vivienda del barrio Los Plátanos, en Berazategui, lo doparon con tranquilizantes y pidieron a su padre 200 mil dólares de rescate, ya que, de acuerdo con una información errónea que tenían, creían que el hombre guardaba esa cifra en su casa.
Según la confesión de Marcelo Cejas, al tercer día de cautiverio la banda decidió asesinar a Peralta porque creían que Luis Peralta, padre del cautivo, no quería pagar el rescate, y suponían que Diego les había visto la cara y los reconocería.
De acuerdo a lo que declararon los médicos forenses durante el juicio, Diego Peralta fue asesinado entre el 8 y el 13 de julio de 2002, 35 días antes de ser hallado el cadáver.
"Recibió 10 heridas punzo cortantes, tres de ellas en la espalda y diez en el cuello y una de estas puñaladas le cortó la yugular, lo que le ocasionó la muerte", precisó la autopsia.
Tras asesinarlo, los delincuentes lo arrojaron a las aguas de una tosquera de Ezpeleta atado a un riel, donde fue encontrado su cadáver el 12 de agosto de 2002.
Pese a que ya lo habían asesinado, la banda cobró el 20 de julio de ese año un rescate de 9.000 pesos y 2.000 dólares que Luis Peralta arrojó cerca de la cancha de Claypole.
Fuente: Télam.
