Uno de los imputados del secuestro y crimen de Diego Peralta acusó esta tarde a tres de los detenidos de este caso de "haber asesinado al pibe porque el padre no quería poner la plata".
"(Julio César) Rotella, (David Esteban) Pereyra y (Carlos Ramón) Garzón fueron los que llevaron al pibe a la tosquera (en Ezpeleta) y lo mataron porque decían que el padre no quería poner la plata", declaró ante el tribunal Marcelo Cejas, en la primera audiencia del juicio que se sigue en La Plata.
Cejas también relató que los secuestradores y asesinos del joven Peralta, se fumaron "unos porros" tras acuchillar, degollar y arrojar el cuerpo del adolescente a la tosquera.
Así lo afirmó en su confesión, según consta en la requisitoria fiscal leída hoy ante el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata que comenzó a juzgar hoy a siete hombres y una mujer por el secuestro y homicidio de Peralta, ocurrido en julio de 2002.
La madrugada del 8 de julio de 2005, tres días después de haber sido secuestrado, sus captores llevaron al adolescente en un Renault 18 a la vera de una tosquera.
Previamente, los integrantes de la banda discutieron si mataban o no al estudiante secundario, en parte enojados porque no obtenían el dinero solicitado y con la sospecha que podía haberlos visto a través de la venda que cubría sus ojos.
Según la confesión de Cejas, Julio César Rotela dijo "no tira nada matarlo al pibito". "Tengo una hija, yo no voy a participar", dijo Rosa Gisella Pistillo, planteo que compartió Cejas.
"Vos sos un gil, está en juego el compañerismo", le espetó David Esteban Pereyra, alias "Chaca" a Cejas, quien dijo que se "abría", que "no quería dinero ni nada" pero no participaría.
De acuerdo al expediente, Rotela tomó un cuchillo y junto a "Chaca" fueron a buscar a Peralta, a quien llevaron en un auto Renault 18 que conducía Carlos Garzón, alias "Pipi", quien luego fue detenido en Paraguay.
Peralta, sin vendas en los ojos, descendió del auto y comenzó a caminar "como borracho", debido a los tranquilizantes que le habían procurado, lo que motivó que Rotela lo tomara del hombro para ayudarlo.
Rotela, "Pipi", "Chaca" y Enrique "Baty" Báez llevaron a Peralta hasta la tosquera, donde le quitaron el crucifijo que tenía en el cuello, le aplicaron tres cuchillazos en la espalda, lo degollaron y lo arrojaron a las aguas. Poco después, los cuatro hombres regresaron a la casa donde aguardaban Cejas y Rosita.
"Estaban manchados de sangre, César (Rotela) tenía la cara salpicada de sangre, el 'Chaca' no sé", relató Cejas en su confesión.
Los cuatro se quitaron las ropas, las quemaron en los fondos de la casa y se pusieron a fumar porros. Cejas no aceptó, porque no era su costumbre fumar marihuana, consta en la requisitoria.
"No hubo comentarios, ni preguntas", recordó en su confesión Marcelo Cejas, quien hoy compareció ante el Tribunal cubierto con un chaleco antibalas y separado del resto de los imputados.
Tribunal. El juicio está a cargo del Tribunal Oral Federal (TOF) 1 de La Plata, integrado por Carlos Rozanski, Horacio Isaurralde y Norberto Lorenzo, el mismo que condenó a reclusión perpetua al ex represor Miguel Etchecolatz y al ex capellán Cristian Von Wernich.
El proceso se desarrolla en el edificio judicial ubicado calles 8 y 50 de La Plata, y se estima que declararán alrededor de 160 testigos en audiencias que se realizarán tres veces por semana.
Inseguridad. El de Peralta fue el primer secuestro que terminó en asesinato, en el marco de la ola de estos delitos que se registró en 2002 en la provincia de Buenos Aires.
A ocho días del secuestro de Peralta, se produjo el de Juan Manuel Canillas, de 23 años, quien luego de que su familia entregara 700 pesos fue asesinado de un balazo en la espalda en la localidad bonaerense de Florida.
La tercera víctima que fue asesinada fue Axel Blumberg, de 23 años, quien fue capturado el 17 de marzo de 2004 cuando iba a la casa de su novia en Vicente López y luego llevado a Moreno, donde estuvo cautivo seis días y fue muerto cuando intentó escapar.
El cuarto caso se registró el 10 de febrero de 2005, cuando el despachante de aduanas Facundo Azulay, de 37 años, sufrió un secuestro virtual que luego se transformó en real y a uno de sus captores se le escapó un tiro cuando estaba en una villa de Lomas del Mirador.
El 13 de julio del mismo año, Santiago Miralles, de seis años, desapareció cuando jugaba en su casa en la localidad bonaerense de Canning y tres días después del pedido de rescate fue hallado en un pozo ciego de un vecino.
La última víctima fue el productor rural Francisco White, quien murió durante su cautiverio en la ciudad bonaerense General Villegas por motivos que la Justicia aún no logró establecer y fue encontrado sin vida el 27 de septiembre pasado.
Fuente: Télam