Uno de los testigos que declaró hoy en el juicio que por el
secuestro de Cristian Schaerer fue acusado de falso testimonio y, poco después,
detenido durante la jornada de debate que se desarrolló hoy en el
Tribunal Oral Federal de Corrientes.
Se trata de
Héctor Enrique Rivera, a quien el tribunal había citado para que aportara datos
relacionados con el automóvil
Corsa gris, que fue utilizado en distintas etapas de la noche del secuestro de
Cristian y que habría intentado beneficiar al abogado Ángel Barbieri, uno de los cuatro
acusados en este debate.
De acuerdo con lo indicado por una fuente ligada a la investigación,
Rivera sería amigo de uno de los acusados –el abogado Ángel Barbieri– y, sin
que él lo supiese, su voz aparecía en varias de las grabaciones de las escuchas
telefónicas de comunicaciones que el letrado mantuvo con el resto de la banda de
secuestradores.
Contradicciones fatales. Al ser interrogado hoy por la fiscalía y la querella,
Rivera comenzó a incurrir en u
na serie de contradicciones y aseveró que no conocía a Barbieri y que nunca había
tenido ningún tipo de contacto con el automóvil en cuestión.
Ante esta situación, tanto el fiscal Oscar Resoagli, como el abogado querellante, Ernesto
González, solicitaron se le haga escuchar dos grabaciones en las cuales aparecía su voz conversando
con Barbieri. Inclusive, en una de ellas le dice a éste que el auto “ya está listo, está
reparado” y que “sólo le falta la parte electrónica”.
Más tarde, Rivera continuó contestando con
evasivas y contradiciéndose, pese a la advertencia del tribunal. En determinado
momento, el fiscal Resoagli manifestó que no tenía más preguntas para realizar y solicitó la
detención del testigo por “falso testimonio”.
Luego de un breve cuarto intermedio, el tribunal accedió a la solicitud y ordenó la inmediata
detención del testigo que quedó a disposición del juez federal por
el delito de "falso testimonio" y se investigará además su posible vinculación con
el secuestro de Cristian.
Cómo sigue el juicio. De los otros cuatro testigos que debían declarar hoy, sólo
se presentaron
Julián Rubén Ruiz Díaz y Manuel Fernando Le Gentil, socios de una empresa de telefonía
celular que le vendió a Barbieri cuatro aparatos, utilizados luego para comunicaciones
entre los secuestradores y la familia de Cristian.
Ambos testigos reconocieron a Barbieri como quien compró los celulares y aportaron detalles
que comprometieron aún más la situación de este acusado y de su ex pareja, Judith Alvarenga, ya que
los testimonios también la reconocieron como quien iba al negocio con Barbieri y que realizaba
gestiones en nombre de éste.
La situación exaltó a Barbieri, que en su condición de acusado ejerce su
autodefensa y a los gritos le planteó al tribunal la nulidad de pruebas fotográficas
aportadas por Juan Pedro Schaerer, padre del secuestrado, que lo involucran aún más con el
hecho. De esta manera, Barbieri argumentó que el padre de Cristian es un prófugo de la justicia y
por lo tanto no puede aportar pruebas, lo que fue rechazado de plano por el tribunal. Además, los
jueces le advirtieron a Barbieri que está “evaluando seriamente” determinar su
incapacidad para autodefenderse, teniendo en cuenta lo “inapropiado y fuera de lugar”
de sus manifestaciones.
Cristian Schaerer fue secuestrado el
21 de septiembre del 2003 y en noviembre de ese año
se pagaron más de 277 mil dólares de rescate, pese a lo cual, el chico nunca fue
restituido a sus familiares. El caso es que el paradero del joven sigue siendo hoy una incógnita.
La causa cuenta
con más de treinta personas detenidas. Una decena de ellas se encuentran en
Paraguay y ocho de ellas ya están en condiciones también de ser sometidas a juicio en los próximos
meses.