POLICIA
el sospechoso es un joven italiano

Confirman que la trans argentina fue asesinada y detienen al último cliente

Naomi Cabral (48) fue encontrada sin vida sobre la cama de la habitación de un hotel que alquilaba en Roma. Estaba desnuda y el cuerpo no presentaba, a simple vista, golpes ni heridas. Por eso fue clave el resultado de la autopsia para confirmar que a la mujer trans, oriunda de Chaco, la habían asfixiado. Los investigadores revisaron las cámaras de seguridad y el celular de la víctima, y así llegaron hasta un sospechoso: un joven ciudadano italiano de 35 años que fue detenido.

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Víctima. Naomi Cabral tenía 48 años, era chaqueña y hacía muchos años vivía en Roma. Hasta se había reunido con el Papa. El 6 de octubre fue encontrada muerta en un hotel de esa ciudad. La habían matado. | cedoc

Ya se encuentra en la cárcel un ciudadano italiano de 35 años acusado por el homicidio de Naomi Cabral, una transexual argentina de 48 años que vivía en el litoral de Roma. 

Naomi fue estrangulada en la noche entre el 4 y el 5 de octubre en una habitación del Hotel Samoa, en Tor San Lorenzo. Las dos pistas claves gracias a las cuales los carabineros de las localidades de Frascati y Anzio, junto a la fiscalía de Velletri, lograron resolver el caso fueron las imágenes de las videocámaras de vigilancia instaladas en la zona del hotel y los datos del celular de Naomi. 

Los investigadores pusieron bajo lupa sobre todo a las personas con las que se encontró en las últimas horas de vida, además de sus contactos telefónicos. Los medios locales precisaron que hay incluso imágenes del hombre ahora detenido que ingresa en el hotel junto a la víctima. 

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El caso había sido definido en un principio como confuso porque el cuerpo de Naomi no presentaba indicios de violencia física ni rastros de sangre en la habitación. Sin embargo, la operación de autopsia reveló que su muerte se produjo mediante estrangulamiento, y se cree que fue durante un aparente juego sexual. 

Naomi era una trabajadora sexual. Había nacido en la provincia de Chaco, pero desde hacía varios años vivía en Italia. De acuerdo con la investigación, recibía a sus clientes en un departamentito del Hotel Samoa de Tor San Lorenzo, cercano a Torvaianica, en pleno litoral romano: allí fue encontrada sin vida el pasado 6 de octubre por Claudia, transexual, compatriota y vecina de Naomi.

Desde que fue asesinada hasta el momento en el que su amiga Claudia golpeó, inútilmente, a la puerta del cuarto de Naomi y la encontró sin vida, pasaron muchas horas. 

Toda la historia que gira alrededor de Naomi, no solo su desenlace, tiene un trasfondo “pasoliniano”. En esta área del sur de la capital hay campos bien cultivados y establecimientos industriales, además de mucho cemento y largas cuadras con departamentos de pisos bajos.

Andrea Conocchia es el párroco de esta zona apretada entre la orilla del mar y la Pontina, la autopista que llega hasta Roma desde el sur. El sacerdote cuenta con orgullo su visita hace un tiempo a la diócesis Merlo-Moreno en Buenos Aires mientras recibe a PERFIL en la iglesia de la Beata Vergine Immacolata, al término de una concurrida misa en un día laboral.

“Torvaianica tiene el perfume y los colores de la periferia. Acá hay personas buenas, muy simples, y amigos emigrantes con empleos temporarios que durante el invierno no se sabe dónde viven, adónde van. También hay bolsones de marginalidad y, por otra parte, el hecho de que en nuestro territorio haya habido –y quizá siguen estando– ‘familias’ de la mafia es algo que todo el mundo sabe”, contó. 

Y continuó: “Corre muchísima droga así como arrestos por el tráfico de drogas y la usura. Muchos adolescentes han sido abandonados a su destino”.

Andrea nunca descartó la posibilidad de que Naomi haya sido víctima de una muerte violenta. “Quizás ese día en ese cuarto del hotel hubo alcohol, drogas (¿sobredosis?) o quizá la causa del deceso fue por prestaciones sexuales particulares”, aseguró. 

El sacerdote, que está en primera línea en esta compleja realidad económica y social, organiza desde hace tiempo encuentros de grupos de transexuales con el Papa. Acompañadas por la religiosa francesa Genevieve Jeanningros, el pasado 27 de abril Francisco recibió a cuatro transexuales sudamericanas de Torvaianica: Naomi era una de ellas.

“Esa fue la primera de una serie de iniciativas similares que logramos organizar tras el estallido de la pandemia. Todo empezó cuando Naomi y otras chicas se presentaron un día al portón de nuestra iglesia y nos pidieron comida: les dimos pasta, tomates, harina, verdura, café, azúcar. A partir de allí, me fueron contando que se prostituían. Como no podían trabajar en la calle por las medidas antivirus, necesitaban urgentemente ayuda, no lograban ni siquiera pagar los cuartos donde reciben a sus clientes”. 

Pero en un momento el padre tuvo una idea y les propuso: “Ustedes son argentinas, si escriben la historia de sus condiciones de vida quizás el Papa, que es como un párroco de todo el mundo, les va a dar una mano”. Enviaron las cartas y les aprobaron la ayuda. “Acto seguido, nos hizo llegar en una ambulancia cincuenta vacunas anticovid, además de tests, hisopados, alimentos: todo destinado a nuestra comunidad de transexuales, de la que el Papa es muy amigo. El encuentro que tuvimos con el Papa fue precisamente para agradecer esas ayudas”.

¿Cómo reaccionó Francisco tras conocer la noticia de la muerte de Naomi? “Sor Genevieve lo visitó nuevamente hace poco y le llevó una tarjeta con una foto, en la que figura Naomi, de nuestro encuentro con él. Francisco agradeció el gesto y comentó que así podrá rezar y recordarla”.

 

“Estaba desnuda, boca abajo, en la cama”

Naomi no respondía los llamados ni los mensajes. Hacía unos días que no la veían y eso llamó la atención de sus amigas y miembros de la colectividad trans. Fue Claudia, oriunda de Jujuy, quien la encontró muerta. 

“Una compañera me avisó que hacía dos días que no la veía y que no respondía al teléfono, hecho que me llamó la atención. Entonces la contacté por WhatsApp y tampoco, nada. La llamé al teléfono fijo y lo mismo, daba apagado. Ahí fue cuando subí a su departamentito –una cama, televisor, cocina y cuarto chiquititos– y le golpeé la puerta, le dije: ‘Naomi, abrí, soy yo, Claudia’. Golpeé más fuerte y la puerta se abrió, no estaba con llave: ahí fue cuando la vi, imaginate cómo me quedé. Estaba desnuda, boca abajo, en la cama. Vi todo desde afuera, no la toqué ni entré al departamento”, le contó a PERFIL. 

Y recordó: “Hemos compartido lindos momentos porque vivimos en el mismo lugar. Y siempre me decía: ‘Nunca te me enfermes, mi vieja, porque en tal caso quién me va a cuidar...’. Somos todas trans, somos una unión. ¿Qué es lo que quiero ahora? Que Naomi tenga una buena sepultura”.