La Policía no descarta que en el crimen del criador de caballos de polo haya habido uno o más entregadores y apuntarían al círculo íntimo de la víctima. Alcides Campusano fue asesinado el sábado por tres personas encapuchadas que entraron a su casa en el partido bonaerense de Navarro y le cortaron el cuello delante de su esposa.
Campusano, un criador de caballos de 54 años, sufrió un profundo corte en el cuello. Sus asesinos habrían decidido matarlo luego de no encontrar el dinero que fueron a buscar y le taparon la boca con una toalla para que no se escucharan sus gritos.
Los investigadores del caso buscan a vecinos que pudieran haber escuchado o visto escapar a los asaltantes, ya que hasta el momento mantienen la incógnita de cómo los asesinos llegaron y se fueron del lugar, ya que nadie vio entrar ni salir gente de la vivienda del empresario.
En tanto, el fiscal de Mercedes, Héctor Zunino, le sacó el caso a los efectivos de la comisaría local y se lo entregó a la Delegación de Investigaciones (DDI) de Mercedes, a cuyos investigadores pidió que profundizaran la búsqueda de testigos.
Un pesquisa dijo a Télam que el fiscal prefiere que no esté en el tema la comisaría local "porque es un pueblo chico y se conocen todos", por lo que decidió pasar todo el expediente a la DDI de Mercedes.
Además, porque la esposa del hombre asesinado mantenía una relación de amistad con el jefe de la comisaría de Navarro y en la fiscalía temen que esto pueda afectar la investigación.
Por otra parte, a los investigadores les llamó la atención que ninguno de los accesos a la casa de Campusano estuvieran violentados, por lo que creen que alguien les abrió la puerta de la casa a los delincuentes, o bien los asesinos contaban con las llaves.
Sobre este punto, los pesquisas determinaron que varios empleados de Campusano tenían las llaves de la casa, entre ellos las tres empleadas domésticas que trabajaban de lunes a viernes en el cuidado de los hijos del matrimonio.
En tanto, la esposa de Campusano poco pudo aportar sobre los delincuentes, de quienes dijo que actuaron encapuchados, con guantes de látex y con vestimenta oscura. Además aún no se pudo determinar si éstos escaparon en algún vehículo o si salieron corriendo.
Hasta el momento, un vecino de una casa lindera fue el único que se acercó a los investigadores y dijo que cerca de las tres de la mañana escuchó la rotura de un vidrio, por lo que salió a la calle a mirar lo que ocurría, pero como no vio nada, se volvió a acostar.
Pero los investigadores creen que algún otro vecino puede haber escuchado o visto salir a los delincuentes y, de esta manera, aportar algún dato importante sobre el vehículo en el que pudieron haber huido.
El hecho. Un jefe policial informó a DyN que el episodio se produjo en la noche del sábado, cuando tres encapuchados irrumpieron en la casa de la víctima y lo sorprendieron junto a su esposa cuando dormían. En una habitación contigua, se encontraban las dos hijas del matrimonio.
Tras maniatar y amordazar a Campusano y su esposa, revisaron la casa en busca de dinero, presuntamente de la venta de unos caballos. Al no encontrar el dinero que buscaban, uno de los delincuentes golpeó a la víctima con un palo de polo y le cortó el cuello tras introducirle una toalla en la boca para que no se escucharan sus gritos.
"Los investigadores no descartaron la posible existencia de un entregador en el hecho entre familiares, amigos o conocidos de Campusano, ya que los delincuentes buscaban una determinada cantidad de dinero -unos 40.000 pesos- que suponían tenía la víctima, producto de la venta de unos caballos que se habría concretado recientemente", contó el policía.
La esposa de la víctima, tras reponerse de la odisea vivida, denunció lo ocurrido en la comisaría de Navarro, donde se instruyeron actuaciones por "homicidio en ocasión de robo".
Fuentes: DyN y Télam
