Darío Badaracco, el principal acusado del crimen de Araceli Fulles, fue capturado la noche del viernes y fue indagado ayer por la fiscal Graciela López Pereyra.
Fuentes de la investigación habían asegurado a PERFIL que confiaban en que el prófugo no podría ir demasiado lejos debido a la ausencia de capital para sostener una fuga prolongada. Tenían razón: el presunto femicida intentó ocultarse en el barrio Rivadavia I, cercano a la villa 1-11-14, pero fue reconocido por una vecina cuando deambulaba por la calle. La mujer corrió a avisarles a los gendarmes que vigilan los alrededores del barrio de Bajo Flores, pese a que el Gobierno había anunciado el retiro de la fuerza de seguridad de la zona.
Badaracco fue detenido en la intersección de las calles Cobo y Curapaligüe por gendarmes del Puesto Unidad 34 que aún funciona en el lugar.
Al ser interrogado, negó ser el hombre buscado por el homicidio de la joven de San Martín. Los gendarmes lo retuvieron mientras pedían antecedentes por radio. Acorralado, confesó ser el prófugo y no se resistió al arresto.
Minutos más tarde, los gendarmes que lo capturaron se tomaron una foto con Badaracco sentado y esposado, sin posibilidades de volver a escapar.
“Estaba solo como loco, como drogado, perdido. Yo sentía que andaba buscando a otra chica. Tenía una bolsa en la mano y estaba todo sucio”, contó a la prensa Nancy González, la mujer embarazada que reconoció a Badaracco.
“Les dije a mis amigas, ‘¿qué hacemos, chicas, lo seguimos?’ Cuando la Gendarmería lo rodeó, él se sentó, lo pusieron contra la pared. No dijo absolutamente nada. Estaba quieto, duro”, describió.
Fue traslado a la Unidad de Investigación Cinturón Sur y al mediodía partió hacia la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de San Martín, donde la fiscal Graciela López Pereyra lo indagó.
A la fiscalía también fue trasladado el resto de los detenidos por el crimen y encubrimiento.
El viernes por la noche culminó el allanamiento a la casa de la madre del principal sospechoso, donde se halló el cuerpo de Araceli enterrado en cal. En la vivienda, la Policía Bonaerense encontró precintos de ferretería que podrían ser compatibles con el surco de la ahorcadura de la víctima.
Además, los investigadores secuestraron en el lugar una remera musculosa negra, con motivos de estrellas, y zapatillas color rosa marca Adidas, que podrían pertenecer a Araceli, de acuerdo con la descripción de las prendas que vestía cuando desapareció.
La investigación también busca determinar si la joven estuvo secuestrada antes de ser asesinada, debido a que en un baño de la casa se halló un pedido de auxilio escrito en un papel higiénico con la inscripción “Ayuda me tienen en el... Ara”.
Más críticas a la fiscal. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se sumó a las voces de la familia respecto de la actuación de López Pereyra. “El crimen de Araceli Fulles fue brutal” y “la fiscal del caso tendrá que repasar un poco sus tareas”, dijo ayer a la mañana la funcionaria, en diálogo con radio La Red, en referencia a que se demoró casi un mes en hallar a la joven. “Araceli fue encontrada enterrada en la casa del principal acusado, y eso es grave”.
La ministra contó que, durante el arresto, “hubo algo de disturbios en el barrio 1-11-14 porque los vecinos le gritaban ‘asesino’, ‘asesino’ a (Darío) Badaracco”.