Un adolescente de 13 años fue asesinado hoy de un balazo en el pecho frente a su familia en el partido bonaerense de Luján, por ladrones que los interceptaron cuando viajaba por la Autopista del Oeste junto a su papá, su tío y otros dos menores y los tomaron como rehenes para robarles el vehículo.
Durante esa privación de la libertad, y mientras los llevaban en un auto de los maleantes, un tío del chico sufrió heridas cuando se arrojó del automóvil en movimiento para escapar de los asaltantes. Al parecer, el chico de 13 años -identificado como José Luis Quispe- quiso hacer lo mismo, hubo un forcejeo y recibió un disparo en el tórax que le produjo la muerte poco después.
Horas después de la tragedia, el rodado de las víctimas -una camioneta Volkswagen Amarok último modelo- y el auto de los ladrones -un Nissan Tiida- fueron hallados en el partido de San Isidro, a decenas de kilómetros del lugar del crimen. Aunque había dudas sobre si fue un robo al voleo o si los estaban persiguiendo con algún dato cierto, los investigadores dedujeron que los delincuentes actuaron con violencia pero sin saber a quiénes estaban robando y que, en realidad, querían hacerse de la camioneta. Es que tras asesinar al chico y dejar a sus víctimas en el medio de la ruta, los ladrones abandonaron la camioneta robada en la localidad de Martínez (partido de San Isidro), sin darse cuenta de que allí dejaban 100 mil pesos intactos que la familia llevaba ocultos debajo de uno de los asientos.
Esta tarde los detectives de la Departamental de Morón intentaban dar con los delincuentes, en base a los testimonios de las víctimas y de los que pudieron ver lo que había pasado, y a través de la recolección de pruebas en el área de San Isidro. Es que en ese partido, en dos puntos distantes, apareció primero la camioneta de la familia que provenía de Santa Cruz (en Prilidiano Pueyrredón y Lima, de Martínez) y más tarde el auto usado por los ladrones, que había resultado chocado en la fuga (en Diego Palma e Intendente Becco, en San Isidro, a media docena de cuadras de la comisaría 1ra. de esa ciudad). Se espera ahora que en las próximas horas puedan concretarse detenciones.
Todo comenzó esta mañana, alrededor de las 6.30, cuando una familia de origen boliviano, oriunda de la ciudad santacruceña de Puerto San Julián, emprendía a bordo de su camioneta Volkswagen Amarok el regreso hacia el sur y se movilizaba por la Autopista del Oeste.
El auto era conducido por Carlos Eduardo Quispe, un albañil de 40 años que había llegado el 8 de enero pasado a la provincia de Buenos Aires junto a su hijo José Luis Quispe, de 13 años, para visitar a unos familiares en la localidad bonaerense de Villa Celina (La Matanza), y cerrar unos negocios para hacer una construcción en la zona de Lincoln, en el oeste bonaerense. Quispe llevaba en el auto a su hijo, a su sobrino Elvis, de 11 años; a su hermano Roberto, de 45, y a un amigo llamado David Maite, de 41 años.
"Había venido a ver en Lincoln un trabajo, tenía que empezar en diez días. Estaban volviendo a Santa Cruz", dijo Julián Quispe, uno de los familiares, en la puerta de la comisaría. Pero cuando viajaban a la altura de Luján se habrían perdido y fueron interceptados por tres asaltantes armados que iban en un auto Nissan Tiida blanco. Uno de los ladrones se puso al frente de la Amarok, mientras que todos los ocupantes de ese vehiculo fueron obligados a ubicarse en la parte de atrás del auto, mientras dos delincuentes los amenazaban.
Cuando estaban por cruzar el peaje de Luján el auto en el que iban los delincuentes y las víctimas tuvo que disminuir la marcha y fue en ese momento cuando Roberto Quispe, de 45 años, abrió la puerta trasera y se lanzó del auto en movimiento.
Fue en ese momento donde -según fuentes del caso- el nene de 13 años habría querido hacer lo mismo y el acompañante del auto le disparó a quemarropa en el pecho con un arma 9 milímetros. El conductor del auto aceleró, derribó la barrera del peaje y llegó a la ruta 28, donde terminaron abandonando a las víctimas. "Los asaltantes tomaron el control de la camioneta y en el peaje se arroja un mayor de la camioneta y los delincuentes siguen su rumbo con el resto; y después, en circunstancias que todavía se investigan, uno de los menores recibió un tiro en el tórax", dijo el jefe de la Departamental General Rodríguez, comisario Walter Astegiano poco después de conocido el hecho.
Esta tarde, la camioneta Amarok apareció estacionada y cerrada en Martínez, partido de San Isidro. Tras levantar las huellas, los detectives abrieron el vehiculo y se encontraron con 100 mil pesos que la familia Quispe llevaba para comprarse una camioneta, una operación que finalmente no habían podido concretar por un problema de papeles, según dijeron fuentes del caso. Por la tarde, el auto por los delincuentes apareció chocado en la esquina de Diego palma e Intendente Becco, a metros del Hospital de Niños Municipal de San Isidro y a siete cuadras de la comisaría 1ra. de esa jurisdicción.
Voceros policiales indicaron que los ladrones habrían chocado un auto en su fuga y cuando el conductor del otro vehículo involucrado bajó para ayudar a las supuestas víctimas, los ladrones le apuntaron y escaparon en su rodado. Los investigadores realizaban en las últimas horas rastrillajes y operativos para dar con los delincuentes.