Nahir Galarza fue condenada a prisión perpetua el pasado 3 de julio por el crimen de Fernando Pastorizzo. Por el momento, la joven estudiante se encuentra detenida a la espera que le lean el próximo 24 de este mes los fundamentos del fallo en primera instancia, tras lo cual va a poder iniciar las correspondientes apelaciones a Cámara de Casación, Corte Suprema de Justicia y CIDH.
Desde el entorno de la estudiante denuncian que Galarza “vio invadida su celda (de solo dos metros de ancho por dos metros de largo) en forma compulsiva y sin explicación alguna, por la inclusión de otras dos jóvenes veinteañeras detenidas con dictado de Prisión Preventiva en la Comisaría del Menor y la Mujer”.
Según sostienen, la justicia entrerriana exigió realizar un operativo bajo el pretexto de reacondicionamiento de las celdas por cuestiones climáticas pero se apunta a que en realidad estas reformas tenían como finalidad que la acusada no pudiera saber quien era su nuevo compañero de celda, un agente detenido supuestamente por corrupción.
“La histórica celda de Nahir fuese forrada en los barrotes de puerta y ventanas con papeles, nylons y cintas adhesivas, se supo que la intención real habría sido que Nahir Galarza no viera al nuevo detenido, no solo porque se trataba de un masculino sino, por tratarse de un policía de la ciudad acusado por corrupción”, indicaron en un comunicado de prensa, en donde añadieron que el arresto se mantiene en secreto incumpliendo con las normativas de la Comisaría del Menor y la Mujer.
El detenido estaría acusado de corrupción por levantar sobres con coimas y de avisar con anterioridad a los narcotraficantes sobre inminentes allanamientos que la justicia dispondría en su contra. En uno de los procedimientos, murió de un tiro en la cabeza el Suboficial Froilán Pedroza, encargado oficial de custodiar a Galarza en sus traslados desde la comisaría a los tribunales.