Son lugares sumamente precarios. No cuentan con servicios ni tienen muebles. En algunos casos, una simple marca o una pintada indica que ese lugar, que para muchos puede parecer abandonado, es un búnker donde se vende droga.
Estos “kioscos narcos” comenzaron a expandirse en el Conurbano más profundo en los últimos meses, con la misma receta que hace varios años implementó la narcobanda Los Monos en la ciudad de Rosario. El principal objetivo es que no exista contacto entre el que vende y el que compra. Para ello usurpan casas o galpones abandonados, tapan ventanas y hacen un pequeño boquete en la pared que sirve de pasamanos para realizar la operatoria.
La organización liderada por la familia Cantero, además, captaba a menores de entre 12 y 16 años (“soldaditos”) para que trabajaran en los búnkeres a cambio de una buena remuneración.
El 3 de junio pasado, y en uno de los operativos más importantes que se llevó a cabo en Lomas de Zamora, los investigadores detectaron que una organización conocida como El Patrón de la Bolsa utilizaba a mujeres y chicos para armar los paquetes de drogas y custodiar los alrededores del refugio donde comercializaban los estupefacientes.
En esos procedimientos fueron detenidas doce personas y se incautaron más de 20 mil dosis de paco, 220 cubos de marihuana y 70 envoltorios de cocaína, entre otras cosas.
Un mes después, en la peligrosa villa Sapito de Lanús, fueron detectados dos búnkeres estilo Los Monos. A ellos se podía acceder sólo a pie, en moto o bicicleta. Los refugios tenían rejas y orificios en la parte superior de una puerta para mantener en el anonimato a los vendedores. En el momento de los allanamientos la policía sorprendió a seis compradores.
“Estos lugares son inseguros y si no los destruimos ingresan otras bandas mafiosas de narcotraficantes”, explica el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo.
Demoliendo búnkeres. Según datos de la cartera que conduce, en lo que va del año fueron derribados al menos 14 “kioscos narcos” en distintos puntos del GBA, casi la misma cantidad que durante todo el año pasado.
Voceros consultados por PERFIL señalaron que La Matanza y Quilmes son los distritos en los que se detectó la mayor cantidad de “kioscos narcos” en los últimos 18 meses, con ocho búnkeres derribados cada uno.
De acuerdo con estos datos, en 2016 la Policía Bonaerense identificó seis refugios en Quilmes, dos en La Matanza y dos en Lanús, y uno en los partidos de Lomas de Zamora, Tigre, Morón, Tres de Febrero, Esteban Echeverría y General Pueyrredón. Este año derribaron búnkeres en La Matanza (6), Lanús (3), Quilmes (2), Esteban Echeverría (1), Lomas de Zamora (1) y Morón (1).
Desde el Ministerio de Seguridad de Buenos Aires indicaron que el plan que manejan es que todos estos sitios sean convertidos en hogares para ayudar a los más necesitados. “Cuando sus estructuras son sólidas y habitables pedimos a la Justicia transformar esos inmuebles en hogares para ayudar a los que más lo necesitan”, indicó el ministro Ritondo.
“Este es un mensaje claro y visual de la lucha contra el narcotráfico. Recuperar el espacio que habían ocupado los narcos es muy importante para la sociedad”, apuntó a PERFIL el comisario general Fabián Perroni, jefe de la Policía de Buenos Aires.
Un ejemplo es la decisión que en los últimos días adoptó el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena, que ordenó convertir la casa en la que vivía el capo narco conocido como Rey Arturo en una nueva sede de la organización Las Madres Contra el Paco y por la Vida.
Este capo narco, de 60 años, que tenía una colección de espadas antiguas, vivía en la localidad de Monte Grande en una lujosa casa ubicada en la calle García Fernández al 1000. Su residencia contaba con sistema de vigilancia con cerco eléctrico, pileta climatizada y hasta cancha de fútbol 5. Ahora tendrá otro destino.
Un puesto de venta en la villa de Lugano tendrá un destino social. Los Gula, una banda narco que operaba en la Villa 20 de Villa Lugano, fue desarticulada durante un operativo que reunió a funcionarios de distintas áreas, entre ellos el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la ministra de Seguridad de la nación, Patricia Bullrich.
La investigación demandó cerca de seis meses e incluyó seguimientos ABL visualizados las 24 horas por personal del Departamento Sistemas Contra el Narcotráfico.
Los efectivos trabajaron de manera encubierta hasta poder identificar a cada uno de los integrantes de la organización. Una vez que obtuvieron la información se notificó al Juzgado Nacional en lo Criminal Correccional Federal N° 5, a cargo de Marcelo Martínez, que ordenó el allanamiento de treinta domicilios.
Los operativos se realizaron de manera simultánea. Fueron demoradas 21 personas y se procedió al secuestro de más de 20 mil dosis de paco y 20 kilos de marihuana, entre otras sustancias.
Los Gula habían improvisado un sistema complejo de vigilancia que anunciaba la presencia de extraños o de los uniformados en el barrio.
“Con este operativo liberamos a la gente del barrio de una mafia que los tenía amenazados, que le vendía droga a sus hijos”, sostuvo Rodríguez Larreta.
En los procedimientos los investigadores detectaron varios puntos de venta. Sobre la casilla que la banda utilizaba como búnker, Bullrich explicó que “los investigadores evalúan que allí no sólo vendían sino que había una pequeña cocina que transformaba la cocaína en dosis de paco”.
Rodríguez Larreta anunció que ese lugar “va a quedar en manos de la Ciudad” para darle “un destino social”.