El asesinato del empresario pesquero Raúl “Cacho” Espinosa amenaza con regresar. Uno de los dos sospechosos del crimen, ocurrido en enero de 2003, fue detenido ayer en Morón. Se trata del ciudadano uruguayo Ademar Araujo, quien había purgado varios meses en prisión por su presunta participación en el homicidio del director de la Pesquera San Isidro en plena campaña presidencial de Néstor Kirchner.
Ayer, la fiscal Paula Hondeville detuvo a Araujo en un restaurante por su supuesta participación en otro asesinato ocurrido en la localidad de Hurlingham. Las imputaciones contra Araujo no son menores. Se sospecha que el pasado 18 de octubre habría ultimado de un cuchillazo a su yerno Matías Acosta mientras discutía con su hija Laura Araujo. “La puntada en el pecho contra Acosta fue fatal”, relató una fuente policial. Con esos datos, Hondeville libró una orden de captura contra Araujo. Ayer, su mujer declaró en el Departamento Judicial de Morón. Y la fiscal ordenó seguir los pasos de la mujer hasta que dio con Adamar Araujo en un restaurante en la esquina de la municipalidad de Morón.
En enero de 2003, Espinosa fue asesinado a balazos en la puerta de su casa en Puerto Madryn. Días antes de su muerte, el empresario pesquero había estado reunido con la entonces candidata Elisa Carrió a quien le formuló graves denuncias contra la empresa pesquera española Conarpesa, que mantenía una estrecha relación con Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz.
Un portadocumento con la identificación de Araujo, supuestamente olvidado en la escena del crimen, bastó para que la Justicia de la provincia de Chubut resolviera su encarcelamiento. Sin embargo, un fallo de la Cámara de Apelaciones de Trelew sobreseyó a Araujo en julio de 2004.
La investigación por la muerte de Espinosa llegó hasta los empresarios españoles, al punto de que estuvieron prófugos de la Justicia y sembró cuestionamientos sobre el financiamiento de las campañas a manos de empresas pesqueras.