Lo golpearon en la cabeza cuando estaba cerrando su local, una gomería de la localidad de San Francisco Solano, en el partido de Quilmes. Lo llevaron hasta el fondo, donde le anudaron un cable alrededor del cuello y lo colgaron de una viga. Era el último paso de un plan macabro que había sido planificado con mucho tiempo, pero que salió mal.
Leonor Báez, de 50 años, enamoró a Héctor Eduardo Ramírez (44), al punto que hasta lo convenció de casarse. El 6 de marzo pasado, veinte días después de haber contraído matrimonio, intentó asesinarlo con la ayuda de su ex pareja, Iginio Morales (48). Báez fue detenida porque su flamante marido sobrevivió. Y cuando despertó contó que no había intentado quitarse la vida como todos creían, sino que su mujer y otro hombre lo habían atacado a golpes.
Ayer, la Justicia de Quilmes dictó la prisión preventiva para Báez, al entender que intentó simular un suicidio con el fin de heredar sus bienes.
La medida fue dispuesta por el juez de Garantías 1 de Quilmes, Luis Miguel Gabián, a pedido del fiscal de ese distrito, Ariel Rivas, quien le atribuye el delito de homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa.
También quedó con prisión preventiva en la misma causa Morales, la ex pareja de la mujer.
El ataque. Héctor Ramírez hacía solo veinte días que se había casado con Báez cuando fue golpeado y colgado de una viga de su gomería, situada en Mosconi y calle 853, de San Francisco Solano, partido de Quilmes.
Si bien inicialmente los acusados creyeron que habían matado a Ramírez, este fue llevado en estado muy grave a un hospital, donde se repuso y denunció a su esposa y la ex pareja de ella por intento de asesinato.
Vecinos vieron salir a Báez corriendo a la calle a pedir auxilio porque supuestamente acababa de encontrar a su marido colgado de una viga.
Según testigos, la mujer dijo que su esposo se había suicidado y, en medio de una crisis nerviosa, solicitó ayuda a sus vecinos, que llamaron al 911.
El hombre fue bajado de la viga por un grupo de policías y trasladado a un hospital, donde llegó grave pero con vida.
Cinco días después Ramírez despertó y denunció que su esposa y el hombre que fue visto con ella en el lugar habían intentado asesinarlo.
