Al menos dos delincuentes tuvieron que haber participado del doble crimen de una madre y su hija cometido ayer en su chalet de la localidad bonaerense de Moreno. Eso es, al menos, lo que especulaban hoy los investigadores del caso, teniendo en cuenta lo que hallaron en el escenario de los homicidios.
Además, los primeros informes periciales realizados en las víctimas determinaron que la primera en morir fue Isabel Da Silva Cunha, de 59 años, a quien golpearon y asfixiaron con una bolsa de nylon. La hija, Liliana Cavaco, de 39, fue ultimada a golpes, media hora después.
Fuentes policiales citadas por al agencia Télam revelaron, también, que además del cortafierro hallado en la escena del crimen, los homicidas utilizaron otro objeto contundente y con capacidad de corte que no fue encontrado en el lugar, por lo que se presume que se lo llevaron.
La diferencia de temperatura de ambos cadáveres determinó los horarios de fallecimiento de ambas, ya que se enfrió primero el de la madre pese a que estaba en un lavadero con 33 grados centígrados, mientras que el de la hija fue hallado en un escritorio con aire acondicionado encendido.
En tanto, la participación de dos o más personas en el doble crimen fue estipulado por los pesquisas al analizar la mecánica del hecho y al comprobarse que es casi imposible que lo haya perpetrado un solo homicida.
En la autopsia de Cavaco, la dueña de un videoclub, los forenses del cuerpo médico de la Policía Científica de Mercedes establecieron que la causal de muerte fueron las lesiones punzocortantes que presentaba en el cráneo.
Dichas lesiones, sin embargo, no son compatibles con el cortafierro ensangrentado que fue encontrado en la casa de Aristóbulo del Valle al 1600 de Moreno, con lo cual emplearon otro tipo de arma para golpearla.
"Se trata de un arma con peso propio, volúmen y energía sinética que tiene un borde que penetra y corta", explicó una fuente policial. El vocero también indicó que Cavaco presentaba otras lesiones contusas que sí podrían ser compatibles con el cortafierro y además presenta algunos signos de defensa.
Según las fuentes, los forenses de la morgue del hospital de General Rodríguez tienen la impresión de que el ataque fue cometido por al menos dos personas y que uno de ellos se habría llevado el arma con la que mataron a Cavaco, mientras que otro abandonó el cortafierro en el living.
En el caso de Da Silva Cunha, se estableció que si bien presentaba varias heridas, la causa de la muerte fue la asfixia mediante una bolsa de nailon que le colocaron en la cabeza, luego de haberla golpeado con el cortafierro.
El doble asesinato fue descubierto por Maximiliano, el hijo de 18 años de Cavaco y nieto de Da Silva, quien estaba durmiendo en su habitación cuando mataban a su madre y su abuela y dijo no haber escuchado nada extraño.
Según fuentes judiciales, Maximiliano contó que a las 10.05 su madre entró a su habitación para despertarlo y le prendió la luz, pero él continuó durmiendo hasta las 10.35, horario en que se levantó porque un veterinario tocó el timbre para atender alguno de los cuatro perros que hay en la casa.
Siempre según la versión que dio el muchacho, cuando el veterinario se retiró, empezó a buscar a su madre y a su abuela y así fue como encontró ambos cadáveres en el fondo de la planta baja. El chico llamó de inmediato a su padre -que está separado hace 12 años de su madre-, quien llegó al lugar y llamó al teléfono 911 de emergencias policiales.
El fiscal Navarro aseguró que la versión que dio el chico "es creíble y comprensible" y que en base a sus dichos se están "elaborando hipótesis de trabajo" . Sin embargo, voceros cercanos al letrado indicaron que no se descarta ninguna hipótesis, por ahora, y que es investiga todo lo vinculado a las mujeres asesinadas, cuyos restos fueron inhumados esta mañana en el cementerio de Moreno.