“Me raptó y durante tres días me violó y me mantuvo encerrada en sus dos casas. Fue un calvario, con un vidrio me hizo cortes en las muñecas. Me decía que me iba a matar y que no le importaba nada”. Contundente y con lágrimas en los ojos, una joven santiagueña detalló ante la Justicia el calvario que vivió en manos de su ex pareja, hijo del diputado nacional José Herrera.
No es la primera vez que Marisa Mansilla (27) denuncia a su ex pareja César Alejandro Herrera (32) por violencia de género, pero esta semana la situación empeoró. El jueves la joven denunció que fue violada, golpeada y torturada por el hombre y que logró escapar arrojándose del auto en movimiento. “Sólo quiero justicia y que no le pase nada a mis hijos”, le imploró al juez de instrucción Ramón Tarchini Saavedra. El magistrado ordenó ayer la detención de Herrera, quien se entregó pocas horas después.
La agresión comenzó la semana pasada. Según contó Mansilla, el hombre apareció en su casa de la ciudad de Clodomira donde vive con sus hijos. “Entró, me violó y me dijo: ‘Yo hago lo que quiero’,” recordó. Fue la primera vez que los hijos de la chica presenciaban la violencia física hacia su madre.
El domingo pasado Herrera reapareció con un llamado telefónico. “Me exigió que fuera a Las Termas de Río Hondo (lugar donde reside) para llevarle la ropa que había dejado en mi casa. Llegué el domingo y él me llevó a su casa y ya no me dejó volver. Tenía un arma. Esa noche me violó”, recordó, en diálogo con el diario El Liberal a la salida del juzgado.
“Me dijo que yo quería arruinarle la vida. Me pateó hasta que no pude más y me torturó. Después me trajo, en su auto, a su casa de la Capital. Allí volvió a violarme. Como pude, me escapé de la cama. Por mensaje de texto le pedí a mi hermano que me rescatara”. Cuando llegó su familia para ayudarla, ella les imploró que se fueran porque “estaba bien”. Mintió porque Herrera la amenazaba con una pistola, según la chica.
“Cuando se fue mi hermano, fue una pesadilla. Me pateó y luego, con un vaso roto me cortó en la muñeca y el cuello”, lloró. Más tarde la obligó a subir al auto y la llevó de una propiedad a otra. “Pero cuando volvíamos a Santiago, vimos un operativo policial en el puente y me largué del auto así como estaba”. De esa manera recobró su libertad.
El abogado de la chica, Marcelo Castillo Gioya, opinó: “La Justicia debe ser rápida porque el acusado estuvo preso siete días en el 2013, también por un hecho de violencia”. Por ahora, Herrera sigue detenido.