La causa por el ataque que sufrió el fiscal penal Fernando Cartasegna en su despacho de los tribunales de la ciudad de La Plata presenta muchos interrogantes y hasta pistas contradictorias que empantanan la investigación. Lo poco que se sabe hasta el momento es que el funcionario judicial, que tiene a su cargo diversas investigaciones contra el crimen organizado, apareció maniatado y con signos de un intento de ahorcamiento con cables. Todo lo demás son meras especulaciones.
1 - La pista de los “policías caranchos”. Es la hipótesis que planteó el propio fiscal cuando el sábado de la semana pasada fue amenazado por dos hombres y una mujer que vestían ropa policial. La causa es una derivación de otra más compleja: el aparato de recaudación ilegal de la Policía de Buenos Aires en la capital provincial, que se descubrió en febrero de 2016 con el hallazgo de sobres numerados con dinero en la Jefatura Departamental de La Plata. Lo extraño es que el fiscal todavía no había recibido la causa cuando fue amenazado por primera vez. Y un dato: ningún instructor de la denominada causa de los sobres recibió amenazas a lo largo de la investigación (y eso que nueve policías fueron detenidos y hasta uno de ellos murió en la cárcel por un dudoso paro cardiorrespiratorio).
Según fuentes judiciales, la causa de los “policías caranchos” surge a partir de una escucha telefónica a uno de los jefes policiales involucrados. La sospecha es que los efectivos pasaban información de víctimas de accidentes de tránsito a estudios de abogados especializados en esta temática. Si el juicio contra los seguros prosperaban, los policías recibían un porcentaje por su participación. Lo extraño es que los principales beneficiarios no son los policías, sino los letrados. En el circuito de “caranchos” suelen colaborar también empleados de hospitales y hasta periodistas. El negocio es millonario: en el primer cuatrimestre hubo 120 accidentes con heridos y siete víctimas fatales, sólo en la región de La Plata, Berisso y Ensenada.
2 - El empleado infiel. La pista fue aportada por el jefe de seguridad del edificio de tribunales, un efectivo del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) que descubrió, en una actitud que calificó como “sospechosa”, a un empleado de la fiscalía de Cartasegna. Fue el martes pasado al mediodía en uno de los baños privados del ex edificio de Vialidad. Según esta versión, el joven había dejado un panfleto con las fotos de Nisman y Cartasegna que decía “conozcan al próximo Nisman”. El custodio le pidió explicaciones y lo llevó hasta la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4 para que aclarara la situación. Desde la fiscalía minimizaron el tema y deslizaron que ellos mismos le habían pedido que retirara los carteles.
3 - Una red de pedofilia con protección política y policial. Es la causa más pesada que investiga el fiscal Cartasegna, y apunta a un clan familiar de la zona de Cañuelas, que supuestamente contaría con protección policial y contactos con el poder político de la región. El expediente se abrió a mediados de 2015, a partir de la denuncia de una madre cuya hija de 12 años había sido cooptada por la banda. Cartasegna sospechó desde un principio de la complicidad de la fuerza de seguridad local, y por eso resolvió dejar al margen de la investigación a la Policía de Cañuelas. Toda una señal. Además, durante la investigación se habría fotografiado a un funcionario de extrema confianza de la intendenta del FpV Marisa Fassi, conversando con uno de los integrantes de la familia Contreras en un sitio donde se vendía droga.
4 - Un “vuelto” por el tema de la prostitución. Desde que su fiscalía comenzó a especializarse en delitos conexos con trata de personas y pedofilia, Cartasegna impulsó el cierre de gran cantidad de locales nocturnos que funcionaban en inmediaciones a la terminal de ómnibus y la denominada zona roja platense, lo que le trajo nuevos y pesados enemigos. Hay quienes afirman que el odio y el rencor de los proxenetas no fue por los operativos sino porque dejó que otros siguieran funcionando.
5 - La teoría del autoatentado. No tiene mucho asidero, pero es una de las tantas hipótesis que circularon en las últimas horas por los pasillos de los tribunales platenses. Se sustenta en algunas contradicciones del relato de la víctima. Los más arriesgados desconfían de la versión oficial, y hasta se animan a ponerle el mote de “fabulador” a Cartasegna para bajarle el precio a la agresión. Hay que decirlo: la puesta en escena que plantean suena inverosímil.
“No merece mi respeto”. El juez en lo Contencioso Administrativo de La Plata Luis Federico Arias planteó públicamente sus dudas respecto de lo sucedido con el fiscal Cartasegna.
En una entrevista con la radio Cadena Río de La Plata, dijo que le “resulta extraño”. “Hay cosas que no me cierran. No entiendo cómo alguien puede llamar por teléfono si tiene las manos atadas. Hasta ahora el sistema de manos libres no ha llegado a ese extremo. No entiendo cómo alguien puede entrar por la ventana a una fiscalía”, aseguró el magistrado platense.
Sobre la labor de Cartasegna, entendió que su trabajo “deja mucho que desear”. “Un fiscal que se dedica a perseguir prostitutas a mí no me merece respeto”.
De todos modos, Arias hizo hincapié en que el caso debe investigarse a fondo. “Sería un caso terrible si se comprueba que lo que se dice que sucedió, sucedió; más allá de quien sea. Pero digo lo mismo, hay cuestiones que no cierran. Que se investigue y se aclare todo”.