Carina Ramos tiene 37 años y pasó los últimos 13 presa de diversas redes de trata de personas en nuestro país. Fue secuestrada, violada y torturada; amenazada por la misma policía, y realizó denuncias judiciales que quedaron en la nada.
Su historia comenzó en 1998, en Mar del Plata: le ofrecieron trabajar en el prostíbulo Smok y se negó. La brigada de Mar del Plata, implicada en el caso del "loco de la ruta", la amenazó de muerte y logró que termine siendo explotada allí.
"Me mantuvieron dos años en el prostíbulo. En este lugar pagaban coimas a la comisaría del Casino, a la DDI, a la División Narcotráfico y al juez Horacio García Collins (destituido en el 2001). Gracia a la coima a la policía estos avisan a los dueños de los allanamientos por drogas o por indocumentadas", narró Carina a la ONG La Alameda, a donde se acaba de refugiar junto a su hijo.
Ramos radicó la denuncia ante la Justicia y el programa de Protección de Testigos bonaerense, pero le retiraron la custodia una vez que los acusados quedaron detenidos. Luego, en 2002, comenzó a trabajar "por no tener recursos" en Black's, en el barrio porteño de Recoleta, donde además de prostitución y venta de drogas, los dueños pagaban coimas a la división Trata de Personas, Drogas y la Comisaría Nº 17, según su denuncia.
En Black's, que según La Alameda trabajan en connivencia con hoteles como el Alvear y el Hilton, había un grupo que "presionaban para vender drogas para los clientes", narró Ramos en diálogo telefónico con Perfil.com. "Les dije que no y me empezaron a amenazar de muerte: o hacia negocio con ellos o me hacían desaparecer", agregó.
En 2006 entró en escena Rubén Alberto Barrionuevo, alias "El Facha", presuntro narcotraficante de 50 años en prostíbulos como Cocodrilo, Salomé y El Corralón. "Me secuestró, me violó y me golpeó, estaba obsesionado conmigo", contó Ramos, quien logró radicar una denuncia por “privación ilegitima de la libertad, violación y golpes”, y fue puesta bajo custodia de Gendarmería y en el programa de protección de testigos.
María del Carmen Tucci, subdirectora de Asistencia Integral a la Víctima del Delito de la Procuración General de la Nación, quien ayudó a Ramos a realizar la denuncia y lograr la custodia, le recomendó irse del país. Pero al no tener otro medio de sustento, siguió trabajando en diversos prostíbulos -aún bajo custodia- para juntar el dinero para irse.
Luego apareció Juan Antonio Araya, entonces subcomisario de la Federal, quien según La Alameda no frecuentaba prostíbulos pero se dedicaba a evitar las denuncias contra sus dueños. "Siempre me recomendó que no hiciera la denuncia", sostuvo Ramos. El policía le ofreció alquilarle un departamento a cambio de que dejara caer la denuncia contra "El Facha". Cuando lo hizo, la echó del inmueble.
Ramos continuó trabajando en diversos locales, alternando entre Black, Cocodrilo y Madaho's. Cocodrilo, según su versión, "es un antro de narcos y barras bravas de Boca" donde los policías que asisten "pueden consumir lo que quieran, tanto alcohol como mujeres, y nunca pagan". En Madaho's fue secuestrada, golpeada y violada por un grupo de hombres que decían cumplir órdenes de "El Facha". Según Ramos, "El Facha" desapareció, supuestamente por problemas con la policía.
Sin custodia. "El 1 de enero de 2012 Néstor Mangieri (coordinador de Protección de Testigo), me dejó en la calle con mi hijo", contó Ramos, presuntamente porque su denuncia "era igual que otras 200" y no produjo resultados. Ahora se hospeda en La Alameda y acaba de tramitar la denuncia ante el juez federal Rodolfo Canicota Corral.