Pilar Riesco estaba feliz: había retomado sus estudios universitarios y conseguido trabajo como empleada en un banco. No tenía antecedentes suicidas. Ni atravesaba por un cuadro depresivo. Por eso, los investigadores del caso dudan de la versión que brindó su novio y principal acusado por el caso. Es que a nadie le cierra la hipótesis de un suicido.
La víctima tenía 21 años. El domingo pasado a las 2 de la tarde discutió con su pareja, Patricio Leonel Reynoso (31), un joven que trabaja en una distribuidora de helados, una empresa que pertenece a su familia.
La pelea arrancó la noche anterior y continuó al día siguiente. Pilar y Patricio durmieron juntos. Según el relato del sospechoso, consumieron marihuana, discutieron una vez más y él después se fue con amigos a un boliche. Cuando regresó –siempre según su versión– Pilar estaba durmiendo en su habitación. Cerca de las 2 de la tarde, cuando despertaron, volvieron a pelearse. Lo que pasó después es motivo de investigación.
“Se lo acusa de haber estado en el lugar del hecho, pero todavía no sabemos el grado de participación”, explica a PERFIL un vocero que trabaja en la investigación.
La causa está caratulada como “averiguación de muerte dudosa y sospecha de criminalidad”.
La operación de autopsia estaba prevista para este jueves, pero las fuentes consultadas no informaron si finalmente se llevó a cabo o no. El estudio es determinante porque podría develar si la chica presentaba golpes previos en el cuerpo y lesiones compatibles con una defensa antes de la caída.
Cuando un cuerpo cae en altura hay distintos factores que afectan la manera en la que llega al suelo. No es lo mismo uno que se deja caer que otro que es arrojado con fuerza. Para ello también serán claves las pericias complementarias. Y la reconstrucción.
Qué dijo. Reynoso no se negó a declarar. Y hasta ahora siempre repitió lo mismo: que su novia se quitó la vida.
De acuerdo con las fuentes judiciales, el acusado detalló, ante la jueza en lo Criminal y Correccional 51, Graciela Angulo de Quinn, y el fiscal penal Martín López Perrando, cómo fue que su novia terminó cayendo por el balcón del cuarto piso de su departamento “E” ubicado en la calle Alagón al 300, en el barrio porteño de Nueva Pompeya. Dijo que Pilar se sentó en la baranda, pasó una pierna, después la otra y se tiró. “Se quiso suicidar”, fueron las palabras que utilizó para explicar cómo Pilar terminó cayendo al vacío.
¿Por qué discutieron? El acusado reconoció que las peleas entre ellos eran frecuentes y recordó que en la última discusión ella lo increpó y le dijo que “no lo quería más”. “En un momento me tiró con un portarretrato que tenía una foto nuestra”, apuntó.
Los informantes reconocieron que los testigos son claves y señalaron que los vecinos que declararon confirmaron que hubo una fuerte discusión entre ellos.
Pilar nunca denunció a su pareja por violencia de género, pero sus amigos y personas cercanas reconocieron que el acusado tenía reacciones violentas y que la relación entre ellos era “tóxica”, al punto que se habían separado varias veces. De hecho, hay quienes dicen que últimamente se veían de manera esporádica y que él supuestamente la perseguía con el objetivo de recomponer la pareja.
Los investigadores no pasan por alto un dato, aunque nada tiene que ver con el caso que investigan. En abril del año pasado el novio de Pilar fue noticia cuando agredió a un colectivero en el barrio porteño de Once, en un video que rápidamente se viralizó (ver aparte). La reacción es la de una persona que evidentemente no puede controlar sus impulsos.
Una amiga de Pilar lo describió como una persona agresiva y “adicta a las drogas”.
Pilar estaba estudiando la carrera de Recursos Humanos en la Universidad de la Marina Mercante y recientemente había empezado a trabajar en un banco, dos motivos que también sirven como sustento para descartar la versión del suicidio que plantea desde un primer momento su novio.
Por estas horas, los pesquisas aguardan los resultados de una serie de pericias y nuevos testimonios que servirán para trazar un perfil más ajustado de la pareja. Además, queda pendiente la reconstrucción del hecho que recién podrá llevarse a cabo cuando termine la cuarentena obligatoria dispuesta por el gobierno nacional.
Si bien la principal hipótesis apunta a un femicidio –por eso el acusado permanece detenido–, los voceros reconocieron que todavía no están en condiciones de descartar la versión del suicidio.
La familia de Pilar, que actúa como querellante en la causa, está convencida de que la joven fue asesinada y que el móvil suicida es una farsa que planteó el acusado para no hacerse cargo del crimen.
Por lo pronto, la jueza Angulo de Quinn negó la excarcelación que pidió la defensa del acusado al entender que su libertad podría entorpecer la investigación. Veremos qué decisión adopta en las próximas horas.
Escrachado por violento
N. F.
Hace un año el novio de Pilar Riesco fue noticia por un video viral que circuló por las redes sociales y llegó a todos los noticieros. En las imágenes Patricio Leonel Reynoso aparece en primer plano con un palo en la mano. Está furioso. Se acababa de bajar de una Renault Capture y amenazaba al conductor de un colectivo. La escena parecía extraída de la película “Relatos Salvajes”. Fue en el barrio porteño de Once, casi en la esquina de la avenida Pueyrredón y Tucumán, el 7 de abril de 2019.
Era domingo y no había tanto tránsito. Sin embargo, el ahora sospechoso por la muerte de su novia bajó de su auto e increpó al colectivero. “Gordo ortiba, gordo ortiba”, le grita mientras con el palo le destroza los dos espejos retrovisores. Un pasajero filma toda la secuencia con su teléfono celular, pero eso no lo hace retroceder. Como si no hubiera pasado nada, regresa hacia su auto, guarda el palo en el baúl y escapa de la zona.
A partir de la difusión del video, el agresor pudo ser identificado por las autoridades. Lo ubicaron en una heladería de la avenida Belgrano, donde se lo notificó de la causa que se le había iniciado por “daños”.
Por este caso, Reynoso cumple una “probation”. El dato fue revelado por el portal Infobae y coincide con el perfil violento que describen los vecinos y allegados a la joven que declararon en la causa que se tramita en el Juzgado en lo Criminal y Correccional 51, a cargo de Graciela Angulo de Quinn.