La acusación contra Luciano Sosto (39), el sommelier que pasó más de cuatro años preso por un crimen que no cometió, estuvo plagada de irregularidades desde el inicio, aunque la fiscal de instrucción y los jueces que lo condenaron a prisión perpetua se encapricharon con una hipótesis que hacía agua por todos lados. Un poco abrumado por la repentina salida de la cárcel, pero feliz por la decisión de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, “Lucky” celebró este jueves su libertad con su papá y sus amigos de siempre, esos incondicionales que lo acompañaron a lo largo de su extensa detención en el penal de Marcos Paz.
Sosto fue liberado este jueves a las 4 de la madrugada después del fallo de la Sala I integrada por Luis García, María Laura Garrigós de Rébori y Horacio Días. El sommelier había sido detenido el 27 de diciembre de 2013 acusado por el crimen de su mamá, Estela Garcilazo (69), estrangulada, golpeada y sometida sexualmente ese año en su departamento del barrio porteño de Palermo.
En el juicio oral y público, tanto la defensa de Sosto como la querella coincidieron en la inocencia del acusado. También su padre y, obviamente, sus amigos del alma.
“Ahora está reencontrándose con sus afectos, muy tranquilo. Después de cuatro años de estar detenido todo es nuevo para él, así que está readaptándose”, cuenta a PERFIL el sommelier Aldo Graziani, creador del reconocido restorán y vinoteca Aldo’s, quien junto a Maco Lucioni (sommelier y consultor especializado en bebidas y gastronomía) e Inés de los Santos (una de las bartenders más influyentes de Buenos Aires) fueron el gran sostén que tuvo Sosto para sobrevivir a los más de 1.400 días que pasó injustamente en la cárcel.
“Lucky” abandonó la alcaidía de Villa Lugano (donde completó los últimos trámites) con los brazos levantados como quien festeja un gol agónico. En la puerta lo esperaban sus nueve amigos más cercanos y su papá Carlos Sosto.
De allí se fueron hasta la clásica cantina “Guido’s Bar”, que abrieron exclusivamente para celebrar, e inmortalizaron el momento con una foto del brindis que fue compartida en las redes sociales por la mayoría de los amigos que encabezaron la cruzada para que lo liberaran.
“Todos estábamos esperanzados con que llegara este día porque la causa era una locura desde el vamos. Esperábamos este resultado de Casación, pero lo que pensábamos era que diciembre estaba perdido y que recién en febrero íbamos a tener novedades”, dice Graziani.
Lucioni, que nunca dejó de visitarlo en la cárcel, cuenta que a ‘Lucky’ “todavía no le cayó la ficha”. “Todavía está con la cabeza en la cárcel. Te dice a esta hora estaba comiendo, a esta hora me estaban cerrando la celda, o éstas son los radios que escuchaba. De a poco está empezando a desactivar esas rutinas. Pero lo que no quiere es quedarse solo. No quiere quedarse solo porque es lo que más lo remite a la cárcel”. Por eso, desde que recuperó su libertad está viviendo en la casa de uno de sus amigos.
“Nunca dejamos de visitarlo”, afirma a PERFIL Lucioni. “El primer año de ‘Lucky’ en la cárcel fue de padecimiento, el segundo de espera y esperanza porque llegaba el juicio, el tercero de mucha bronca por la condena, y el cuarto de ilusión por el tratamiento en Casación”, agrega.
Yu Sheng Liao, director de la revista U-Likeit! y amigo de Sosto, también celebró su liberación: “Los que lo conocemos sabíamos que él nunca pudo haber hecho algo así. Es un gran profesional y me alegra mucho que se haya terminado esta pesadilla”.
“Confusión conceptual”
En el dictamen de la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de Capital Federal, el juez Luis García entendió que el perfil de Sosto “se ubica en las antípodas del autor de semejante hecho. Era una persona refinada, a quien no se le conocían actitudes violentas”.
El mismo magistrado aseguró que los jueces del tribunal que condenaron al sommelier a la pena máxima “confundieron la inexistencia de material genético identificable con la inexistencia de aporte de un sujeto masculino”. Para García “el argumento de la sentencia es defectuoso por confusión conceptual”.
Carlos Sosto, padre del sommelier, les envió a los jueces una carta antes de su decisión: “Pongo las manos en el fuego por Luciano y puedo asegurar que él es absolutamente inocente. Lo hago como padre y como ciudadano, porque estoy convencido de ello”.