POLICIA
Masacre en Hurlingham

Masacre en Hurlingham | "Le pegó cuatro disparos en el pecho a mi hermana"

El hermano de la mujer policía asesinada en el partido bonaerense de Hurlingham, aseguró hoy que a la pareja de la víctima "le agarró la loca"

El hermano de la mujer policía asesinada en el partido bonaerense de Hurlingham, aseguró hoy que a la pareja de la víctima "le agarró la loca" y, tras cometer la masacre en esa casa, se dirigió a otra vivienda y asesinó a más miembros de la familia.

"Mi hermana estaba en la habitación con la pareja (identificado como Diego Loscalzo) y al novio le agarró la loca y empezaron a discutir”, describió Diego Maguna, el hermano de Romina, una de las víctimas de la masacre de William Morris que trabaja como oficial del Comando de Patrullas de San Martín.

“Estaba mi sobrino ahí. Sacó el revólver y le pegó cuatro disparos en el pecho a mi hermana. Cuando bajó la escalera, le quisieron sacar el arma y a mi otra hermana le pegó siete tiros. A una chica amiga de la familia le pegó tres tiros y le rompió el fémur", contó Maguna. “Después lo fue a buscar a mi hermano a su casa y lo mató a él, mató a mi mamá, le pegó un tiro a mi cuñada que perdió el bebé (que tenía fecha de cesaría para hoy) y le pegó un tiro a la hija de mi cuñada", siguió.

Marcelo, un vecino de la casa donde vivían Romina y Diego, aseguró en declaraciones con la prensa que el panorama que encontró en la casa fue desgarrador. “Estaban Romina y su hermana tiradas en el piso y otra chica más que desconozco herida en la pierna”, dijo.

“El hijo de la víctima (llamado Uriel, de 11 años) salió corriendo, vino a casa y lo hice entrar rápido pensando que le estaban robando. Ahí lo llevé a un cuarto para que se tranquilizara y me dijo que Diego le había puesto el arma en el pecho y él le dijo ‘papá no me mates’ porque a pesar de que no era su papá biológico le decían así”, relató Marcelo, quien fue el primero en llegar a la terrorífica escena y en dar aviso a los servicios de emergencia.

Según el testimonio del vecino que sostiene que “antes de la balacera no se escucharon gritos ni nada que pareciera una pelea”, “la relación entre Diego y Romina era la de una pareja normal. Se llevaban bien entre ellos, incluso él (por el agresor) tenía buena relación con los hijos ella”.