POLICIA
Desesperacin familiar

Empresario secuestrado: no llegan a reunir el rescate

Sólo pudieron juntar poco más de 200 mil pesos y no tienen posibilidades de llegar al medio millón de dólares exigido por los captores. Franco Andreola cumple dos semanas en cautiverio.

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La familia del empresario del transporte Franco Andreola, quien hoy cumple dos semanas de estar secuestrado, sólo pudo juntar un poco más de 200 mil pesos para el pago del rescate y no llega al medio millón de dólares exigido por los captores, informaron hoy fuentes de la investigación.

La esposa de Andreola es quien encabeza la negociación y espera que los secuestradores llamen para que acepten los 225 mil pesos que pudo juntar para que su marido sea liberado sano y salvo, según señaló una fuente de la investigación.

"No están en condiciones de reunir los 500 mil dólares que los secuestradores exigieron desde un primer momento. No tienen posibilidad de juntar más de lo que ofrecen", dijo la fuente consultada.

"Los secuestradores tienen que ceder y darse cuenta de que los Andreola no pueden cumplir sus exigencias. Esperamos que vuelvan a llamar, esta vez para acordar el pago", agregó el informante.

Desde que el viernes pasado los secuestradores dieron la primera prueba de vida con un casete dejado en la zona sur del conurbano, en el que el propio Andreola daba el resultado de la victoria de los Pumas frente a Francia por 17 a 12 en el Mundial de Rugby, la familia está dispuesta a pagar.

Incluso, para cumplir con otra de las exigencias de los delincuentes, pidió a los detectives de la División Antisecuestros de la Policía Federal que trabajaban en el caso que se retiraran de la casa del barrio inglés de Caballito.

El caso está en manos del fiscal federal Federico Delgado y el juez federal Ariel Lijo. El secuestro ocurrió el 29 de agosto último cerca de las 23:45, cuando un grupo de empresarios del transporte de larga distancia se encontraba cenando en un quincho de la firma El Rápido San José, que pertenece a la compañía Flechabus, en la calle Río Cuarto 1963 del barrio porteño de Barracas.

En medio de la cena, al menos siete delincuentes ingresaron al lugar, que está en un galpón de la firma, y con armas amenazaron a todos los presentes.

Ninguno de los comensales opuso resistencia, de manera que la banda estuvo sólo 15 minutos en el lugar y hasta entonces todos creían que se trataba de un simple robo. Pero los delincuentes preguntaron quién era el dueño de un automóvil Mini Cooper estacionado en la puerta del galpón.

Andreola, que vende en la Argentina las carrocerías Busscar, de origen brasileño, dijo que era de él y mostró la llave, pero los delincuentes no fueron al auto, sino que tomaron al hombre por la fuerza y se lo llevaron en uno de los vehículos en los que habían llegado.

Los dueños de Flechabus, los hermanos Raúl y Guillermo Derudder, y los otros empresarios presentes denunciaron el hecho de inmediato en la comisaría 30, con jurisdicción en la zona, pero la policía no pudo alcanzar a los delincuentes.

Los delincuentes tardaron dos días en realizar la primera llamada extorsiva en la que pidieron 500 mil dólares de rescate. La hipótesis inicial fue que los secuestradores se equivocaron de persona, ya que Raúl Derudder había vendido dos días antes un Mini Cooper igual al que tiene Andreola.

La sospecha de la confusión de empresario se acentuó el miércoles pasado cuando los secuestradores se comunicaron para decirle a la familia: "Si no tienen la plata, pídensela a Raúl Derudder".

Sin embargo, fuentes judiciales aseguraron que antes de capturar al empresario, los delincuentes les robaron pertenencias a los presentes, miraron las billeteras y documentos de todos, incluso de Andreola, por lo que el fiscal y el juez federal que manejan el caso creen que en realidad sabían a quién se llevaban.

Fuente: Télam