El cadáver del fiscal federal Alberto Nisman tenía ketamina y clonazepam, según arrojaron los resultados de una pericia toxicológica que realiza la Gendarmería. Así lo adelantaron fuentes de la investigación al canal Todo Noticias. Actualmente el expediente lo llevan adelante el juez federal Julián Ercolini y el fiscal federal Eduardo Taiano.
Un estudio toxicológico anterior llevado a cabo cuando la causa estaba a cargo de la jueza Fabiana Palmaghini y la fiscal Viviana Fein, ya había detectado el clonazepam, que es una benzodiacepina que actúa sobre el sistema nervioso central y tiene efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, anticonvulsivos y miorrelajantes.
Ahora, se probó que en el cuerpo del fiscal también había rastros de ketamina, que tiene fines anestésicos pero puede producir otros efectos. De hecho, se usa como droga recreativa por ejemplo en fiestas electrónicas.
Tras ese nuevo dato se plantean dos hipótesis entorno a la muerte en extrañas circunstancias del fiscal de la UFI-AMIA que apareció muerto el 18 de enero de 2015 en su departamento de Le Parc, un día antes de que que presentara ante el Congreso para dar explicaciones sobre la denuncia que había presentado contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre el encubrimiento del atentado a la mutual judía.
La primera teoría apunta a que Nisman se drogó para tener un efecto alucinógeno. La otra opción que barajan los peritos es que si otras personas le hubieran suministrado esas drogas, para anestesiarlo, "estaríamos en presencia de algo mucho más grave, ya que eso justificaría que no haya opuesto resistencia si es que lo mataron", consignó una fuente judicial a la que cita el diario Clarín. Ambas sustancias combinadas podrían potenciar el efecto alucinógeno de la ketamina, o generar cierta pérdida de memoria.
Fuentes de la Gendarmería confirmaron al multimedios que el informe final, con la pericia toxicológica, entre otras que llevan adelante sobre el caso, lo entregarían en las próximas dos semanas a la Justicia.