El Challenger 604, el avión que transportó 944 kilos de cocaína a España, habría sido cargado en Argentina. Al menos siete fuentes independientes, no relacionadas entre sí, coinciden en destacar que Matías Miret y los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá no pudieron haber subido la droga en Isla de Sal, en Africa, donde se detuvieron por 40 minutos para llenar el tanque de combustible, publicó hoy Clarín.
La explicación, dicen los consultados, tiene un razonamiento lógico: no se puede subir un cargamento de casi una tonelada de peso en ese lapso de tiempo. A las 5:50 (hora argentina) comenzó la carga de combustible y fue Miret (copiloto) el encargado de todos los trámites en el exterior.
De acuerdo al matutino, antes de despegar, llegó a consultarle vía mail a Gustavo Juliá si todo estaba bien: "No te preocupes por Ezeiza, no hay que hacer nada. Está todo arreglado". El 30 de diciembre, poco después del mediodía, el jet partió de la base aérea de Morón con destino a Ezeiza, donde permanecía desde el 5 de noviembre, ya que por las refacciones nunca pudo quedar en el Aeroparque Jorge Newbery.
Según se supo, los vuelos fueron operados por la empresa norteamericana Federal Insurance Company, la misma que se usó para los vuelos de prueba previos al viaje a Barcelona. "Antes de salir, el piloto cargó unas cajas de champagne y nada más", le dijo al diario un mecánico del hangar de la escuela de vuelo "Flight Center".
El caso. Los hermanos Juliá y Miret fueron detenidos el 6 de enero pasado en el aeropuerto de Barajas. A pedido de la ministra de Seguridad, Nilda Garré, se abrieron dos líneas de investigación: por una lado, el vínculo con la banda de la modelo colombiana Angie Sanclemente Valencia y por el otro un pedido para que se investigue si el cargamento partió de Buenos Aires.